Ante los presuntos espionajes del excomisario Villarejo por encargo de empresas como BBVA o Iberdrola o el pago de comisiones para recibir adjudicaciones, como hace unos días se supo por parte de la constructora FCC en Panamá, la CNMV va a endurecer el código de buen gobierno de las sociedades cotizadas para evitar prácticas ilegales. Un cambio que se produce cuando hay varios casos de banca en la Audiencia Nacional.
El organismo supervisor que dirige Sebastián Albella emitió este lunes un comunicado en el que deja entrever el hartazgo ante los numerosos casos que han llegado a los tribunales y de ahí que vaya a ejecutar cambios para que no se produzcan malas prácticas.
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Hartazgo ante los numerosos casos
En primer lugar, recuerda que “las prácticas irregulares de sociedades cotizadas que han dado lugar a actuaciones de jurisdicción penal pueden comprometer la imagen y reputación de nuestro mercado de valores”. Y añade que en las grandes corporaciones, tanto los consejos como la comisión de auditoría “tienen que tratar de impedir o reducir al máximo la probabilidad de que se produzcan prácticas de carácter irregular y asegurar, en cuanto se detecten, el cese de ellas y la exigencia de responsabilidades”.
En segundo lugar, se hace hincapié en que las empresas tengan “establecidas políticas y controles adecuados para prevenir la corrupción y demás prácticas irregulares, así como la identificación, evaluación, gestión y control de los riesgos y de los potenciales impactos asociados”. Igualmente, exige que “se cercioren de que las políticas y controles se aplican con el máximo rigor”. Por último, la CNMV también pone de relieve que los consejeros independientes y externos deben tener un papel clave de “contrapeso” respecto a los consejeros ejecutivos.