Los casos de ciberestafas crecen cada día que pasa y, además, se van perfeccionando: cada vez son más sofisticados y más difíciles de detectar. Casos que están poniendo en alerta a los Mossos d'Esquadra, pero también a los abogados. Ante la dificultad de cazar a los estafadores y que paguen, en los últimos años se ha consolidado una jurisprudencia para delimitar quién asume la factura en estos casos. ¿Quién debe hacerse responsable, el cliente por haber caído en la trampa o del banco, al que han suplantado la identidad?
En una entrevista en El món a RAC1, Francisco José Quevedo, abogado experto en derecho bancario y responsable del Departamento de Fraudes Online de Asoban Abogados, asegura que la ley es muy clara y que el responsable es “ quien ha cometido la negligencia ”.
Por tanto, si alguien se hace pasar por nuestro banco y nos toma el dinero, en ningún caso es culpa nuestra por haber pulsado un enlace o por no haber detectado que era una llamada fraudulenta: “La responsabilidad es del banco. Es la entidad bancaria la encargada de vigilar que nuestros fondos estén seguros. Esto quiere decir que es el banco quien tiene que hacerse cargo del fraude y devolver el dinero al cliente. Además, una persona puede reclamar si ve que la filtración de datos es una negligencia de la entidad bancaria. Lo dice la ley“, ha explicado Quevedo. Y lo ha comparado con otro trabajo para ejemplificarlo: ”Si a mí como abogado me pasa por alto un plazo, es culpa mía, ¿verdad? Pues en este caso es el mismo".
Si se hacen pasar por el banco, la responsabilidad es del banco. Tienen que hacerse cargo del fraude y devolver el dinero al cliente"
¿Hacen suficiente los bancos para proteger a los clientes?
Además, ha querido dejar muy claro que los bancos deben tomar medidas activas para proteger a sus clientes : “No basta con enviar mensajes a la gente diciendo que nunca pedirán datos por teléfono. En el fondo, eso lo que hace es trasladar la responsabilidad a los clientes. El banco debe tener una responsabilidad activa y evitar que sus clientes se vean desprotegidos.
De hecho, ha explicado que el banco dispone de nuestro historial bancario habitual y que debe estar alerta por si detecta algún movimiento extraño: ” Si se está a punto de producir un movimiento que no responde a los patrones que son habituales, el banco debería bloquear nuestras cuentas y tarjetas. Así lo dice el contrato que tenemos con las entidades bancarias y también la ley de servicios de pagos“, ha dicho.
Y esto no sólo se aplica a clientes individuales, sino que la misma regla también debe servir para las estafas que sufren las empresas. Si a una entidad le suplantan la identidad y un proveedor paga a una cuenta que no es la correcta por culpa de un correo electrónico o de una comunicación fraudulenta, el banco también tiene una responsabilidad: ”Evidentemente que las empresas deben tomar todas las medidas de seguridad que tengan a su alcance, pero tanto el banco emisor como el banco receptor tienen parte de su culpa. Deben saber qué clientes tienen“ experto.
Si se está a punto de producir un movimiento que no responde a los patrones habituales, el banco debería bloquear nuestras cuentas y tarjetas"
Ahora bien, las entidades bancarias no siempre responden rápidamente: ”En muchos casos la vía amistosa no funciona. A menudo los bancos se quitan las pulgas de encima y responden de forma negativa o ni contestan. En estos casos, los clientes no tienen más remedio que ir por la vía judicial", asegura Quevedo.
Este artículo fue originalmente publicado por RAC1.