El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha lanzado duras críticas a la nueva propuesta del Gobierno para mantener el impuesto extraordinario a la banca. “Estamos poniendo un impuesto a la obra social de La Caixa”, ha asegurado el directivo en la rueda de prensa de presentación de resultados del tercer trimestre. El banquero ha alertado de la pérdida de competitividad del sector con esta medida, del agravio para las entidades de mayor tamaño, y del impacto en la actividad de la fundación bancaria.
“Como en España, necesitamos reducir el déficit público, se piensa que el bolsillo en que los podemos cargar es el de la banca”, ha señalado. El consejero delegado ha apuntado que la decisión que ha tomado el Ejecutivo de Pedro Sánchez no se puede basar en la rentabilidad del sector. “Estamos en el 13%, cuando el Ibex es del 20%”, ha indicado.
Gortázar ha afirmado que el impuesto extraordinario a la banca es una doble imposición para el sector y ha explicado que su transformación en uno que grava a los intereses y las comisiones de forma progresiva tampoco es una buena noticia. “En las personas físicas, la progresividad tiene sentido. En las jurídicas, que pueden estar formadas por varias personas físicas, no. Es un impuesto que podríamos llamar impuesto CaixaBank porque somos el mayor banco en España”, ha ironizado.
El directivo ha recordado que el principal accionista del banco es la fundación y que esta medida tendrá un impacto en los dividendos que le abona. “Estamos poniendo un impuesto a la obra social de La Caixa. El FROB, el segundo accionista, sale del bolsillo público y entra en otro bolsillo público. La situación también es negativa para los 600.000 accionistas que tenemos porque, si lo hicieran en uno francés, o en una industria española, no lo sufrirían”, ha criticado. El primer ejecutivo del banco apuntó que sería lógico que hubiera una deducción para la obra social.
Además, CaixaBank considera que esta medida supondrá una contracción en el crédito. “La banca tal vez no anuncia una gran inversión, como es el caso de Repsol en Tarragona, pero sí toma muchas. Estamos desincentivando el crédito en España. Nuestros ahorros irán a financiar a competidores internacionales”, ha lamentado.
Gortázar también ha dedicado parte de su intervención a explicar la salida de José Ignacio Goirigolzarri de la presidencia del banco. “He pasado los cuatro años más fructíferos de mi vida profesional”, ha indicado. A preguntas de los periodistas, el directivo ha negado cualquier desavenencia con el todavía presidente en cuestiones competenciales. Goirigolzarri tiene una presidencia ejecutiva, aunque con unas funciones limitadas a la auditoría, comunicación y relaciones institucionales.
El alto ejecutivo de CaixaBank ha descartado cambios en la sede social del banco, que se encuentra en Valencia. Tampoco ha querido entrar a valorar si el futuro presidente de CaixaBank, Tomás Muniesa, tendrá su despacho principal en Barcelona. “CaixaBank es un banco con dos sedes operativas, Madrid y Barcelona, y una sede social en Valencia”, ha zanjado la cuestión.
Sobre los resultados, Gortázar ha querido matizar que el banco se encuentre en beneficios récord. “La rentabilidad sobre activos no está en máximos, que se dieron en 2007 o 2008. En términos absolutos, sí se da, pero es que somos tres veces más grandes”, ha indicado. CaixaBank ganó hasta septiembre 4.248 millones de euros, un 16% más.
En este sentido, el directivo ha reconocido que las previsiones para el año que viene son de caída de ganancias en un escenario de bajadas de tipos de interés. “Los analistas financieros esperan una caída del 9% del resultado medio en el sector. Es un cambio de ciclo, aunque veremos lo que acaba ocurriendo”, ha indicado