Relevo en CaixaBank tres años y medio después de la absorción de Bankia. El consejo de administración de CaixaBank confirmó este miércoles el nombramiento de Tomás Muniesa, un profesional que lleva casi medio siglo en la casa, como nuevo presidente de la entidad en sustitución de José Ignacio Goirigolzarri, que provenía de Bankia. El cambio en la presidencia de la entidad –adelantado por La Vanguardia– se produce después de que el consejo haya aceptado la renuncia voluntaria al cargo de Goirigolzarri.
La entidad –participada por Criteria Caixa, que preside Isidre Fainé y dirige Ángel Simón– escoge a un veterano directivo para encarar el nuevo plan estratégico que definirá el banco el mes que viene, si bien no tendrá funciones ejecutivas. Nacido en Barcelona, Muniesa ha ocupado diferentes cargos de responsabilidad en la entidad desde que era una caja de ahorros en los años setenta, si bien pasó muchos años en el área de seguros. Con su nombramiento se recupera la tradición de que sea un catalán el que ocupe la presidencia de la entidad nacida en Barcelona hace ya 120 años.
De esta manera se pone fin a la etapa de Goirigolzarri, que accedió al cargo en el 2021 en el marco de la fusión por absorción de Bankia, donde ocupaba el puesto de presidente ejecutivo. Precisamente en sus palabras de despedida, recogidas en un comunicado, el propio presidente saliente señala que “tras haber finalizado el mayor proceso de integración del sector en España, el banco está en un momento excelente”. Goirigolzarri añade que “en este momento en el que CaixaBank inicia una nueva etapa, yo doy por terminado un ciclo que inicié con mi incorporación a Bankia en el 2012”.
Al dar el salto a CaixaBank en el marco de los acuerdos para la fusión de ambas entidades, Goirigolzarri retuvo ciertas funciones ejecutivas. Concretamente en los ámbitos de auditoría y en comunicación y relaciones institucionales. Muniesa, a diferencia de sus antecesores, no será presidente ejecutivo, por lo que todas las áreas que dependían de Goirigolzarri volverán a pasar a manos del consejero delegado, Gonzalo Gortázar.
Goirigolzarri ha dejado de forma voluntaria el cargo de presidente que ocupaba desde el 2021
El holding de la Fundación La Caixa –Criteria Caixa– es el primer accionista del banco, con el 31,7% de las acciones. El Estado mantiene a través del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) un 18% del capital, ya que entró como accionista cuando CaixaBank absorbió Bankia, que había sido rescatada.
En un comunicado, el consejo de administración de CaixaBank valoró este miércoles como “enormemente positiva” la gestión llevada a cabo por José Ignacio Goirigolzarri, y destacó “su contribución fundamental en el ejemplar y exitoso proceso de integración de Bankia”.
Por su parte, Gortázar agradeció “el gran compromiso y dedicación de José Ignacio”, y subrayó “la enorme complicidad profesional y personal que han mantenido durante estos años”.
Muniesa ocupaba el cargo de vicepresidente de CaixaBank desde abril del 2018. Llegó a la entidad en 1976. En el comunicado hecho público por el banco, el nuevo presidente reconoce “la gran aportación de José Ignacio Goirigolzarri durante su etapa como presidente de CaixaBank”, e indica que asume la presidencia de la entidad “con una gran ilusión y, también, con una enorme responsabilidad y vocación de servicio”. Muniesa es licenciado en Ciencias Empresariales y máster en Dirección de Empresas por Esade.
CaixaBank cumplirá con la recomendación del BCE sobre las presidencias no ejecutivas
La salida de Goirigolzarri entronca de pleno con la recomendación del Banco Central Europeo (BCE) de que los presidentes de las entidades financieras no sean ejecutivos. Es una recomendación que se obvia en los grandes bancos, donde sí mantienen funciones ejecutivas los presidentes del Santander (Ana Botín) o el BBVA (Carlos Torres). No así en el Sabadell, donde Josep Oliu cedió sus funciones al consejero delegado, César González-Bueno, si bien en los últimos meses, con la opa hostil del BBVA, ha incrementado sensiblemente su actividad y presencia. Goirigolzarri era de los tres presidentes ejecutivos de bancos el que menos carga de trabajo asumía.
Obviamente, los reguladores y supervisores estaban informados de los cambios anunciados este miércoles en la gobernanza de CaixaBank y los daban por buenos. El propio Muniesa ya recibió el visto bueno del BCE cuando fue nombrado vicepresidente de la entidad financiera.
Muniesa lleva casi medio siglo en La Caixa ocupando diferentes responsabilidades
El hecho de que la renuncia de Goirigolzarri sea voluntaria implica que, al ser por propia iniciativa, el directivo descarta una hipotética indemnización. Goirigolzarri es uno de los banqueros españoles con más experiencia y trayectoria más extensa del sector financiero. Casi el mismo año que Muniesa entró en CaixaBannk, Goirigolzarri lo hizo en el Banco de Bilbao (en 1977), donde llegó a ocupar el puesto de consejero delegado una vez transformado en BBVA.
Muniesa será el cuarto presidente de CaixaBank en ocho años. Isidre Fainé cedió el puesto a Jordi Gual a mediados del año 2016. Y fue este el que posteriormente, en el 2021, dio el testigo a Goirigolzarri. Fainé sigue como presidente de Criteria Caixa.
Cuando Tomás Muniesa llegó a la entonces Caixa de Pensions en el año 1976 faltaban aún siete años para que se inauguraran las célebres torres negras que presiden la entrada a Barcelona por la Diagonal y que albergan la sede operativa de la Fundación La Caixa, de Criteria y de CaixaBank. Él entró a trabajar en la sede de La Caixa en Via Laietana. Los que lo recuerdan de aquella época destacan su habilidad y conocimientos en el ámbito de la previsión social. Fue precisamente asesorando a los trabajadores desde CC.OO. en la negociación del plan de previsión interno de la caja de ahorros cuando Isidro Fainé captó su potencial, por sus conocimientos del área aseguradora, para ascenderlo en la entidad. Los dos llevan años trabajando juntos. La confianza de Fainé en Muniesa es máxima. Y la lealtad, mutua. Es casi medio siglo trabajando juntos.
Dentro de la casa se le considera el padre de VidaCaixa, la pata aseguradora del banco que tanto ha contribuido a los resultados de la entidad, especialmente en los momentos más duros como la crisis financiera del 2007. Por eso durante años fue vicepresidente ejecutivo y consejero delegado de la sociedad.
Mucho antes fue responsable de personal y negoció con los sindicatos la integración de la Caixa de Pensions con la Caixa de Barcelona. Y es que la historia de CaixaBank es un continuo proceso de fusión de entidades que tuvo su momento cumbre con la absorción de Bankia.
Tiene el estilo tipo de la cultura Caixa, caracterizado por la discreción y el trabajo silencioso y constante. Si existe el ADN Caixa, Muniesa es uno de sus principales representantes. Gestionó durante años el área del mercado de capitales. Eso le da una ventaja comparativa, al ser conocedor de todas las áreas de negocio. Desde el 2018 es vicepresidente de CaixaBank. Ocupa el cargo de consejero dominical a propuesta de la Fundación La Caixa.
Sus colaboradores insisten en que, como el resto de presidentes, trabajará a medio camino entre Barcelona y Madrid. Pero si José Ignacio Goirigolzarri tenía su casa en Bilbao, Muniesa la tiene en Barcelona. Es un cierto retorno de la presidencia a la capital catalana, si es que es posible conseguirlo en un banco ya tan global como CaixaBank.
En el plano personal se conocen pocos detalles, como sucede con la mayoría de los directivos de las torres negras de CaixaBank. Quizá el más destacado es que lo definen como una persona muy futbolera y amante del Barça. Y en este sentido, Muniesa es lo más parecido a uno de los jugadores de la célebre Masía del Barça.
José Ignacio Goirigolzarri
Del rescate de Bankia a la fusión
José Ignacio Goirigolzarri (Bilbao, 1954) ha dedicado prácticamente toda su vida profesional al mundo de la banca. Tras estudiar Economía y Finanzas en Deusto y Leeds (Reino Unido) y ejercer un tiempo como profesor en la universidad vasca, se incorporó al entonces Bilbao Vizcaya en 1977. Poco a poco fue escalando puestos hasta que en el 2001 fue nombrado consejero delegado del BBVA, cargo desde el que lideró la expansión internacional de la entidad, especialmente en países de Latinoamérica, como México. Otro de sus éxitos comerciales fue el libretón, una campaña con la que logró captar más de 750.000 clientes para el banco azul.
Ya a finales del 2009, sus diferencias con el entonces presidente del BBVA, Francisco González, precipitaron su marcha de la entidad coincidiendo con una de las peores crisis económicas y financieras que ha sufrido España. Su salida conllevó una pensión de 68,7 millones de euros.
Después de tres años retirado de la primera línea de la banca, en el 2012 fue llamado por el entonces ministro de Economía, Luis de Guindos, para pilotar el rescate de Bankia. Allí tuvo que reestructurar las cuentas que dejó su antecesor, Rodrigo Rato. La entidad recibió una ayuda pública de 22.400 millones de euros, lo que obligó a España a solicitar el rescate financiero a sus socios europeos. Durante esta etapa no le tembló el pulso cuando tuvo que poner en manos de los tribunales el uso de tarjetas black por parte de antiguos consejeros y directivos de Caja Madrid, un caso que llevó a Rodrigo Rato a la cárcel.
Su gestión permitió que, en pocos años, Bankia pasara de ser considerada como uno de los mayores problemas del sistema financiero europeo a convertirse en una entidad “eficiente, solvente y rentable”, destacaron ayer desde CaixaBank.
En marzo del 2021, y tras la fusión entre CaixaBank y Bankia, Goirigolzarri fue nombrado presidente de CaixaBank. Desde la entidad subrayaron que, “tras la exitosa ejecución de la integración de Bankia”, CaixaBank ha consolidado su liderazgo como primer banco en España y con una rentabilidad que le ha permitido retribuir de manera recurrente a sus accionistas. Después de cuatro años en el cargo y con la finalización del plan estratégico que se definió tras la fusión, Goirigolzarri deja ahora el sector al que ha dedicado toda su vida.