Guerra a muerte en Oxford Street

Visión global: Reino Unido

La famosa arteria comercial de Londres está de capa caída con el cierre de grandes almacenes emblemáticos.  El alcalde, Sadiq Khan, ha presentado un plan de 180 millones para revitalizarla cerrándola al tráfico

A bus passing The HMV Shop on Oxford Street in London, UK, on Wednesday, Sept. 18, 2024. The Mayor of London has proposed closingOxford Streetoff to traffic in a bid to boost the capital#{emoji}146;s prime shopping destination, despite a previous failed attempt and likely opposition. Photographer: Chris Ratcliffe/Bloomberg

Una vista reciente de Oxford Street, la calle objeto de estudio 

Chris Ratcliffe / Bloomberg

Lo de guerra a muerte es una exageración, pero guerra sí que la hay entre el alcalde de Londres, Sadiq Khan, y los concejales de Westminster por la reforma de Oxford Street, una de las calles más comerciales del mundo, con más de medio millón de visitantes al día, y en crisis tras el cierre de grandes almacenes como Debenhams y House Fraser. El síndico ha anunciado planes para hacerla peatonal, y los segundos quieren una fórmula menos radical y más barata (aceras más amplias y con más árboles) pero que permita el tráfico de coches y autobuses como actualmente.

¿Un Consell de Cent en pleno centro de la capital inglesa, exclusivamente para viandantes, con más árboles, bancos y parterres, con un coste de 180 millones de euros que serían financiados con una combinación de capital público y privado? Ese es el plan que le fue tumbado al alcalde Khan en el 2017 por el Gobierno conservador, y que ahora acaba de resucitar aprovechando la llegada de los laboristas.

Alrededor de medio millón de personas visitan a diario una calle muy querida por los turistas

Khan se ha inspirado en la calle barcelonesa, en el proyecto en curso para la renovación de los Campos Elíseos de París, en las Ramblas y en las reformas sucesivas de la Times Square neoyorquina para su plan de hacer exclusivamente peatonal el tramo entre Marble March y Oxford Circus, con restricciones al tráfico más severas que las actuales hasta Tottenham Court Road. El objetivo es revitalizar una zona que ha perdido caché como consecuencia del declive del comercio minorista, un fenómeno que llevaba años gestándose con el auge de las compras por internet pero que se ha acelerado a raíz de la pandemia con el teletrabajo y el cierre de oficinas.

Los residentes de la zona son reticentes a la idea alegando problemas de acceso a las personas con movilidad reducida por la desviación de las rutas de autobús, un aumento del tráfico en los alrededores, y un supuesto incremento de la delincuencia y los problemas de seguridad debido al aumento de visitantes. En cambio los comerciantes en general son favorables, tanto las pequeñas tiendas de souvenirs como los grandes almacenes Selfridges y John Lewis, dos de los que por ahora han sobrevivido a la crisis.

Las obras para la transformación en vía peatonal crearían dos mil puestos de trabajo en la construcción

A todo esto Marks & Spencer, que tiene tres edificios actualmente en desuso en pleno corazón de la calle, está a la espera de la decisión del nuevo Gobierno del Labour para su derribo y reconstrucción, o para una reforma radical en la que sólo se salve la fachada del más emblemático de ellos. La empresa considera que en su actual estado son insalvables, porque las escaleras mecánicas no conectan unos pisos con otros, los lavabos se atascan, la calefacción no funciona y el diseño de las plantas impide desplegar la ropa y los productos de una manera eficiente y atractiva.

La batalla legal se desarrolla desde hace tiempo, pero los tribunales respaldaron en marzo pasado la decisión del anterior Gobierno conservador de bloquear el derribo y posterior reconstrucción por consideraciones medioambientales (se liberaría una gran cantidad de asbestos), y por la oposición de los vecinos millonarios del barrio de Mayfair que –al igual que con el plan para hacer Oxford Street peatonal– no quieren ni ruido ni obras, y prefieren que los taxis les lleven a la puerta. La decisión definitiva la tomará la ministra de Vivienda y Asuntos Locales, Angela Rayner, sometida a presiones encontradas.

Los grandes almacenes Debenhams y House of Fraser han cerrado sus locales por la crisis

A primera vista se ve llena de turistas ávidos de comprar, muchos chinos y de los países del Golfo cargados con bolsas de marcas de lujo, pero las apariencias engañan y una calle conocida en el mundo entero lleva años de declive, con locales vacíos y edificios enteros cubiertos de andamios para transformar antiguos grandes almacenes en bloques de pisos u oficinas. Su reconversión le daría un necesitado empujón, al tiempo que crearía dos mil puestos de trabajo en la construcción para la realización de las obras.

La batalla por el futuro de Oxford Street se remonta a los años sesenta y un plan nunca realizado para que la gente caminara sobre unas plataformas elevadas, con el tráfico por debajo. En la actualidad sólo pueden circular autobuses y taxis negros oficiales, pero el alcalde Khan espera la luz verde del Gobierno para dar el último paso y hacerla cien por cien peatonal.

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