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Djokovic, expulsado de Flushing Meadows tras golpear con la bola a una jueza

US Open

La expulsión del número 1 proyecta a Pablo Carreño a cuartos en Nueva York

Djokovic se siente “triste y vacío” por su gran error en el US Open

Djokovic trata de atender a la jueza de línea, que se retuerce de dolor

AL BELLO / AFP

En el mundo de Rafael Nadal y Roger Federer parece no haber espacio para Novak Djokovic.

El imaginario del tenis se divide en dos bandos.

Unos son de Nadal.

Otros son del suizo.

¿Y qué papel juega Djokovic en todo esto? Es el antihéroe.

Organiza un torneo benéfico en los Balcanes, el Adria Tour, y se salta los protocolos de seguridad y un montón de asistentes dan positivo por coronavirus, incluidos él mismo y su mujer, y Dimitrov, y Coric.

Luego se va a Nueva York, donde no están Nadal ni Federer, y parece aprovechar para abrirse paso. Se suceden los días y el serbio sobrevuela el torneo, avanzando hacia octavos. Convoca una rueda de prensa para hablar de una nueva asociación de tenistas.

Incomprendido

En julio, en el Adria Tour, el serbio se saltó los protocolos de seguridad contra la Covid-19; ahora, ha provocado otro disparate

Dos horas antes de enfrentarse a Carreño, se deja ver: juegan Angelique Kerber y Jennifer Brady –se rinde la primera en dos sets– y en las tribunas del Louis Armstrong Stadium, desiertas, se asoma Djokovic, móvil en mano.

El serbio baila, se filma gesticulando, acaso un vídeo para Instagram, o para Tik Tok, y luego vuelve adentro, que en un rato debe enfrentarse a Pablo Carreño.

Tan bien le van las cosas que, entre bastidores, hay quien se pregunta:

–¿Quién jugará la final?

Y le responden:

–Djokovic contra Djokovic.

El chascarrillo recorre los mentideros.

Luego Sasha Zverev se lleva por delante a Alejandro Davidovich (6-2, 6-2 y 6-1), una de las esperanzas de futuro del tenis español, y al fin Djokovic sale a la pista.

Juega bien, sirve de maravilla y mueve a Carreño, que parece un ventilador, de un lado al otro de la pista, sobre todo cuando Djokovic sirve.

El serbio parece haber resuelto el primer set, pero suceden varias cosas que le desconciertan. Primero resbala y cae y se hace daño en el hombro izquierdo. Luego lanza una pelota contra la grada, suerte que estaba vacía. Y luego cree haberse llevado el set pero el ojo de halcón da dentro una pelota que Djokovic creía fuera.

Iracundo, Djokovic hace cosas raras.

Y remata su serie de desplantes al perder el servicio en el undécimo juego (6-5 abajo), cuando se va a descansar al banquillo.

El director del torneo discute con Novak Djokovic, que al fin asume su expulsión del US Open

Danielle Parhizkaran / Reuters

¿Qué hace?

Golpea la bola hacia la zona de jueces de línea e impacta en una de ellas.

Corre a disculparse, mientras la mujer se retuerce de dolor –ha recibido el impacto en la nuez–, pero la organización se muestra implacable.

Desde su tribuna en primera fila, Carreño contempla la escena: Djokovic discute con los jueces.

La charla se prolonga, el serbio no parece asumir aquello que le están diciendo. Está expulsado. Fuera de la pista. Diez minutos más tarde, choca el puño con Carreño, se tapa el cuello con una toalla y se marcha hecho una furia.

El tenis es suyo. Pero no hay quien le comprenda.

Posteriormente, Djokovic presentaba sus excusas en un mensaje en sus redes sociales. “Lo siento”, escribió. “Presento mis excusas al US Open y a todos los afectados por mi comportamiento... Lo siento”, dijo el número 1 del mundo.

“Estoy muy triste y agotado después de esta historia. Me comuniqué con el juez de línea y el torneo me dijo que gracias a Dios (la jueza) se siente bien. Lo siento mucho por haberle causado tanto estrés. Fue completamente involuntario. Fue absolutamente incorrecto “, continúa el serbio.

“En cuanto a mi descalificación, tengo que hacer una introspección y trabajar en mi decepción para aprender una lección de ella para seguir adelante y desarrollarme como tenista y como ser humano”, concluyó.