El Real Madrid se impuso al Borussia Dortmund en la final de la Champions (0-2) gracias a los goles de Carvajal y Vinícius. Estas son las cinco claves tácticas del triunfo que permite a los blancos sumar su decimoquinta corona europea.
1) SABITZER Y LA PIZARRA:
Ninguna novedad en un Madrid que salió en el 4-4-2 habitual con la posición de Bellingham algo más atrás. Tampoco sorpresas en el once del Dormnund, pero sí matices tácticos interesantes. Sobre todo con la tarea de un Sabitzer que estuvo muy pendiente de la vigilancia de Toni Kroos saliendo de posición para saltar a por él. El alemán es tan bueno y tan inteligente en el campo que acabó encontrando la manera de participar alejándose de él recibiendo muy atrás o en el sector derecho. Pero el buen trabajo del futbolista del Dormund sí dificultó la progresión del juego por dentro habitual del Madrid. Y es que las basculaciones tan abajo de Kroos alargaron mucho las distancias entre sus mediocampistas. De hecho, el cuadro madridista, acabó con un total de 42 balones perdidos en la primera mitad.
2) MAATSEN, CAN Y LAS SALIDAS EXTERIORES:
Con balón, los alemanes también demostraron tener el partido muy bien preparado. Emre Can (mediocentro defensivo) se situó entre centrales y Maatsen (lateral izquierdo) pasó a jugar por dentro como elemento de pase extra. Y a partir de este encuadre, los de Terzic tuvieron muy claro por qué zonas hacer daño al Madrid en transiciones: las bandas. Cada recuperación del conjunto alemán fue seguida de un ataque rápido y dirigido al lado opuesto. Y es que, aún y el resultado, el Dormund creó más ocasiones de peligro que el cuadro blanco (tres a dos). En la primera mitad, dos manos a manos muy claros ante Courtois.
3) EL SABER COMPETIR DEL MADRID:
Los madridistas no estuvieron cómodos en casi ningún instante de la final. De hecho, fue la final reciente en la que el equipo blanco peor lo pasó. Buena prueba de ello es que, el primer disparo a portería, llegó en el minuto 51. Un tramo de partido largo en el que los de Ancelotti supieron pasarlo sin desesperar, sin precipitarse y con la calma competitiva necesaria de saber esperar su momento. Justo eso es lo que acabó dando otro trono europeo al Madrid y, justo eso, es lo que ha dado las otras Champions del equipo madridista. No es la camiseta sino el saber competir.
4) EL PIE DE KROOS Y LA CABEZA:
Sin duda, el momento clave de la final fue el 0-1 y tuvo dos de los protagonistas habituales. El primero, Toni Kroos. El alemán, que se despidió de la carrera como jugador con una enésima demostración de lo que es un organizador (108 intervenciones y 91 de 94 pases buenos), puso un balón perfecto al primer palo para que Carvajal lo rematara de manera excelente girando el cuello al palo largo. El lateral, que ya había avisado minutos antes, ganó el primer palo a los defensas alemanes que protegían la corta. Una acción muy propia de él y en la que saca ventaja de su mayor agilidad respecto a los rivales (normalmente más corpulentos en esas zonas del área).