–¡Que algo tan bonito acabe saliendo tan feo! –nos cuenta Sara Rodríguez.
Y habla de Álex Baena, su hijo.
Álex Baena (21) juega en el Villarreal, el club en el que había ido a parar a sus once años: es un canterano amarillo y además, es un futbolista agradecido. El domingo, tras marcarle un golazo al Almería, Álex Baena se pasaba la camiseta por encima de la cabeza para mostrar un mensaje en la camiseta interior: “Gracias por todo, Llaneza”.
(José Manuel Llaneza (74), fallecido tres días antes, había sido vicepresidente del Villarreal y un emblema del club y un mentor de Baena en su carrera profesional)
–Llaneza era como el dios del Villarreal, y siempre había estado pendiente de mi hijo, desde que era pequeñito. Y le preguntaba a Álex: ‘¿todo bien, Baena? ¿Qué necesitas?’ –dice Sara Rodríguez–. Y yo ya me imaginaba que, si Álex marcaba en alguno de estos partidos, algo iba a hacer para recordar a Llaneza.
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El problema es que la acción sobrepasaba el reglamento internacional del fútbol (IFAB), el que dice que “se amonestará al jugador que se quite la camiseta o se cubra la cabeza con ella”.
Seis minutos antes, Baena había recibido una primera amarilla por una dura entrada al almeriense Leo Baptistão. Y ahora, a cuenta de la celebración de su gol, De Burgos Bengoetxea aplicaba el reglamento a rajatabla y decretaba su expulsión.
No me duele tanto la expulsión como el hecho de que en Almería increpen a Álex por celebrar el gol. Mi hijo nació en Roquetas de Mar, pero nunca jugó en el Unión Almería"
–Quizás el error de Álex fue el haber cometido la acción de su primera tarjeta –dicen fuentes de su entorno–. Porque el gesto en homenaje a Llaneza lo tenía programado, lo traía de antemano. ¿Es expulsión? Tal vez, pero el árbitro no estuvo bien y podía haberse mostrado más flexible.
El problema está en el baremo de la flexibilidad.
Desde un punto de vista emocional, ¿qué exime de la obediencia al reglamento? ¿El homenaje a la madre fallecida, o a un amigo? ¿Y si hay un mensaje político encubierto? ¿O un mensaje racista encubierto?
Si la decisión depende del albedrío del colegiado, ¿todos mostrarán idéntica sensibilidad?
El asunto es recurrente en los foros del fútbol. Mientras fuentes jurídicas y del colectivo arbitral aplaudían la decisión del colegiado, el Villarreal tuiteaba: “Esta camiseta vale por un millón de expulsiones”.
El entorno de Álex Baena, que afronta una posible suspensión de un partido, dice que el magnífico rendimiento del jugador en las últimas jornadas le ha permitido “ganarse el respeto de Emery, el entrenador, y el poder equivocarse”.
Y Sara Rodríguez, la madre del futbolista, reenfoca su frustración:
–No me duele tanto la expulsión como el hecho de que en Almería (donde la familia vive) increpen a Álex por haber celebrado el gol. Es cierto, mi hijo nació en Roquetas de Mar. Pero nunca jugó en el Unión Almería. Nada le une a ese club. ¿Por qué no iba a celebrarlo?
El reglamento
La estricta normativa del fútbol internacional
“Incluso si el gol se anulara, se amonestará al jugador que realice algunas de las acciones siguientes: trepar a las vallas perimetrales o acercarse a los espectadores generando problemas de seguridad; actuar de forma provocadora o exaltada; cubrirse la cabeza o la cara con una máscara o artículos similares; quitarse la camiseta o cubrirse la cabeza con ella”. De Burgos mostró la segunda amarilla a Baena al entender que se había pasado la camiseta por encima de la cabeza.