Una segunda parte para tapar la primera mitad penosa. El Barcelona sacó el orgullo y se corrigió a tiempo tras poder ser humillado por el Alavés. La pegada de Lewandowski, contrastado a sus 35 años, no la tiene Samu, de 19. Esa fue la gran diferencia entre los dos equipos, el campeón de la temporada pasada y un recién ascendido. Solo el resultado se salva en el enésimo partido gris del Barcelona, que se ha abonado a los inicios de pena.
En el Barcelona empieza a dar igual que Cancelo juegue de lateral derecho o de izquierdo, que Pedri regrese al once casi tres meses después o que se recurra a Lamine Yamal tras tres suplencias consecutivas. El problema va más allá de nombres, lesionados, estados de forma malos o de rachas de delanteros. El equipo está en una crisis de identidad evidente. Va de mal en peor, desorientado también el banquillo. Sigue enganchado a la Liga pero por un fino hilo. Un cabezazo y un penalti de su nueve le mantienen en la pomada pero su juego y sus sensaciones no indican lo mismo. Maquillaje engañoso, que de momento da el pego.
No hay mejoría
Solo el resultado se salva en el enésimo partido gris del Barcelona, que se ha abonado a los inicios de pena
El Barcelona es reincidente en inicios desastrosos y no aprende que es fatal entrar así a los partidos. Como en Granada y en San Sebastián, los blaugrana sacaron de centro y antes de se cumpliese el primer minuto no solo había perdido la pelota sino que el Alavés se plantó en el área de Ter Stegen con una ocasión clarísima. En Anoeta, el alemán pudo evitar el gol de Barrenetxea. Pero esta vez no pudo. Samu remató a bocajarro en el área pequeña. A los 17 segundos, exactamente la misma marca que Bryan Zaragoza hace poco más de un mes.
Quiso el Barça sorprender al Alavés con una jugada ensayada. Fue un bodrio. Iñigo Martínez tenía que hacer un cambio de orientación hacia la banda derecha, donde se acumularon Araújo, Fermín y Lamine Yamal. La pelota nunca llegó a su destino porque la robó Guridi, que fue caracoleando hasta que vio a Javi López en la izquierda, donde cerraba Cancelo, que teóricamente debía estar en la otra banda. El jugador del Alavés pudo centrar con toda la tranquilidad, la misma con la que Samu empujó a la red. Un auténtico desastre.
Desorientación
El problema va más allá de nombres, lesionados, estados de forma malos o de rachas de delanteros. El equipo está en una crisis de identidad evidente
Hubo un tiempo que el Barcelona hacía internacionales a los porteros que tenía enfrente: Javi Varas, Diego Alves, Asenjo, Pacheco, Egdar Badia… todos se lucían. Ahora el conjunto de Xavi tiene la facultad dudosa de poner en el panorama a delanteros rivales con muy poco recorrido en la élite. Pasó con Zaragoza, Newerthon y también Samu Omorodion.
A los 19 años, el poderoso punta del Alavés, cedido por el Atlético, que lo sacó tras sufrirlo en la primera jornada de Granada, puede presumir de haber protagonizado cuatro ocasiones clarísimas a una defensa barcelonista que temblaba, además de estar mal situada y de liarse con el fuera de juego. Samu hasta sacó de quicio a la afición culé, que después de que en el minuto 9 le ganase la posición a Koundé en el área rematase en el lateral de la red, silbó.
Algunos pitos
Samu hizo padecer las de Caín a Koundé y tuvo cuatro ocasiones claras que provocaron el nerviosismo de la grada
Los nervios en Montjuïc estaban a flor de pie, porque lejos de la reacción local lo que se sucedían eran los cara a cara de Samu con Ter Stegen. En el 14 falló estrepitosamente solo ante el portero y en el 31 se topó con el larguero aunque la definición del sub-21 tampoco fue buena. Entre medio, Javi López estuvo a punto de aprovechar otro despiste de Koundé, muy blando en el área.
El Barcelona apenas daba noticias. Solo una ocasión de Lewandowski, que controló un gran pase por arriba de Gündogan y remató con la zurda pero Sivera le sacó el chut. Hay cosas lógicas, que casi caen por su propio peso, como que Araújo es mejor marcador en el cuerpo a cuerpo que Koundé o que el francés tiene mejor pie que el uruguayo para subir la banda. Xavi tardó más de media hora en corregirse. Aunque en la recta final de la primera parte parecía que João Félix y Lewandowski solo querían que les pitasen penalti en el área, en vez de empatar y acabar con sus sequías particulares y colectivas.
Reincidente
Como en Granada, el Barça volvió a encajar a los 17 segundos tras realizar él el saque de centro
El Barça fue más reconocible con esas modificaciones pero es que además tuvo la suerte de empatar nada más empezar la segunda parte. Lamine Yamal dejó atrás para que Koundé pusiese un centro tensado y con rosca al corazón del área, donde Lewandowski se levantó con un salto espectacular por encima de Rafa Marín para superar a Sivera con un cabezazo.
El 1-1 tuvo un efecto inmediato en la atmósfera, porque la grada creyó en la remontada. Aunque la entrada de Raphinha por Fermín rebajó las revoluciones de un Barça que quedó en una calma tensa. Curiosamente fue otro suplente, Ferran Torres, quien forzó el penalti decisivo al ganar la espalda a la defensa con un buen desmarque. Aqbar llegó tarde el corte y se llevó por delante al delantero valenciano, que había controlado la pelota pero no iba hacía la portería.
Un cabezazo y un penalti del 9
La diferencia de puntería entre el contrastado Lewandowski y el joven Samu fue la clave
La pena máxima la transformó Lewandowski, su séptimo gol en la Liga, para dar la vuelta al marcador, como en Pamplona en la segunda jornada. El Barça había hecho lo difícil pero estuvo cerca de volver a complicarse porque dio alas a un Alavés que cercó a Ter Stegen empujado por los buenos envíos de Ianis Hagi y el oficio de Kike. Los de Xavi salvan los muebles y poco más.
Ficha técnica
Barcelona, 2 - Alavés, 1
Barcelona: Ter Stegen, Araújo, Koundé (Balde 70), Íñigo Martínez, Cancelo, Gündogan, Fermín (Raphinha 63), Pedri (Romeu 81); Lamine Yamal, João Félix (Ferran 70) y Lewandowski.
Alavés: Sivera, Gorosabel (Tenaglia 85), Abqar, Rafa Marín, Duarte, Javi López, Guevara, Guridi (Ianis Hagi 79), Blanco (Mendes 85); Luis Rioja (Rebbach 63) y Samu Omorodion (Kike García 79).
Goles: 0-1, min.1: Samu Omorodion. 1-1, min.53: Lewandowski. 2-1, min.78: Lewandowski, de penalti.
Árbitro: Busquets Ferrer (Comité balear). Mostró amarilla a Lewandowski (min.62), Duarte (min.75) y Gündogan (min.92).
Incidencias: Partido de la jornada 13 de LaLiga EA Sports disputado en el Estadio Olímpico Lluís Companys ante 38.183 espectadores. Antes del inicio, la futbolista del Barcelona Aitana Bonmatí ofreció a la afición su Balón de Oro y los jugadores del Alavés salieron con una camiseta de apoyo a su central Alexandar Sedlar, lesionado de larga duración.