Koeman se hace fuerte en el vestuario del Barça
El nuevo técnico, por dentro
El holandés se hace fuerte en el vestuario pese al ruido ambiental exterior
Club ruidoso en su estado natural, el aterrizaje de Ronald Koeman en el FC Barcelona ha coincidido con una fase institucional de inestabilidad extrema. A la “crisis deportiva” reconocida por el presidente Josep Maria Bartomeu después del 2-8 de Lisboa, se sumó la institucional, negada por el presidente pero evidente una vez Leo Messi destapó su monumental enfado con la directiva y un sector de la oposición logró organizar un voto de censura que va tomando cada vez más cuerpo.
En medio de un panorama tan poco estimulante dio el sí Koeman a Bartomeu, después de una llamada que se produjo horas después de la derrota contra el Bayern. El holandés, símbolo de la entidad porque la cambió de un patadón en Wembley en el año 1992, sabía dónde se metía. Esa es su gran ventaja. El paracaidista esta vez conoce el terreno que pisa.
Jerarquía necesaria
Los jugadores reconocen una figura sólida, para la afición es un símbolo y para la junta, respiración asistida
Transcurrido poco más de un mes desde aquella llamada, la situación del club sigue sin normalizarse pero el vestuario empieza a impermeabilizarse. Necesitaban los jugadores de un jefe de filas consistente y Koeman ha encajado pronto en la descripción. Su currículum como jugador le protege (nadie puede soltar la miserable frase que escucharon algunos de sus predecesores: “¿y este con quién ha empatao ?”) y su fuerte carácter le blinda. Es directo, ha recuperado la intensidad en los entrenamientos y la plantilla, con apenas excepciones, está enchufada. El 4-0 contra el Villarreal ha despejado los temores que siempre acechan en el estreno. Falta ahora, obviamente, encadenar victorias para fortalecer unas relaciones que comienzan a establecerse.
Koeman ha encontrado en Gerard Piqué un primer aliado. Centrales ambos, les une una complicidad que solo puede dar beneficios. Responsabilizado por el fracaso rotundo de la pasada temporada (sus palabras post partido en Lisboa pidiendo cambios y ofreciéndose en sacrificio todavía resuenan), Piqué se ha tomado la reanimación del equipo como algo personal. Koeman aprecia su compromiso con el nuevo proyecto, y evidentemente, su rendimiento en los entrenamientos (y eso que Piqué los detesta) y los partidos.
Koeman también está satisfecho con la respuesta de Leo Messi. Enfrentado con el presidente, el argentino ya avanzó que eso no le impediría involucrarse con la causa y está actuando en consonancia con su discurso. La relación entre entrenador y capitán es cada vez más fluida. Los métodos de entrenamiento del holandés han captado la atención del número uno.
Su respuesta en el campo, pese a que su lenguaje corporal sigue transmitiendo pesadumbre en algunos lances, es buena como quedó claro en el estreno liguero. Participó mucho del juego ofensivo, más coral y menos focalizado en su figura, y se unió a la presión post pérdida en varias acciones. La marcha de Luis Suárez no ha contaminado el ambiente. Koeman ha tratado el asunto con mano izquierda, cumpliendo los códigos no escritos de cualquier caseta, yendo de cara en todo momento. Messi aprecia ese modo de hacer.
El sistema
Koeman necesita confirmar que el 4-2-3-1 funciona fuera de casa y ante rivales fuertes como Celta y Sevilla
Otro veterano con el que Koeman está encantado es Jordi Alba. La versión del lateral ante el Villarreal lo corrobora. Y entre el resto de la plantilla, Pedri, Ansu Fati al margen, es el joven que más le ha cautivado, mientras que de Coutinho espera un rol muy importante: llamó al brasileño desde el primer día para decirle que cuenta con él y le considera básico tanto en ataque como en el repliegue como tercer centrocampista para que el equipo, con el dibujo 4-2-3-1, no se parta en dos. Koeman necesita ratificar que ese esquema será bueno también fuera de casa o ante rivales potentes. Esta semana despejará la incógnita: mañana viaja a Vigo y el domingo llega el Sevilla al Camp Nou.
El holandés y algunos nombres propios
Gerard Piqué
Está encantado con la actitud del central. En el campo y en el vestuario.
Leo Messi
La relación empieza a ser fluida. Profesionalidad total del argentino.
Philippe Coutinho
Le quiso desde el primer momento. Le considera clave en las transiciones.
Pedri
Más allá de Ansu Fati, el joven que más le ha convencido. Jugará mucho.