Cisma total en la junta del FC Barcelona
Cambios en la directiva
Bartomeu elimina disidencias con una amplia remodelación
El cisma es total y descarnado en la junta del Barcelona. Josep Maria Bartomeu abrió la caja de los truenos, nuevamente, el martes al pedir por vía telefónica la dimisión a los vicepresidentes Emili Rousaud y Enrique Tombas y no quiere detenerse aquí. Hay más directivos con los que no cuenta como Silvio Elías y Josep Font y hay otras renuncias posibles, como las de Jordi Calsamiglia, este por motivos personales. La respuesta de Rousaud no se hizo esperar y el miércoles ya criticó duramente al presidente deslizando importantes acusaciones pero Bartomeu ha tirado por la tangente. Le queda un año de mandato, piensa agotarlo contra viento y marea y ha decidido que en una coyuntura social y económica como la que se vive necesita a su lado sólo a los directivos que le sean más afines. Es posible que el club emita este jueves un comunicado con los cambios.
El presidente llevaba semanas dándole vueltas a este movimiento sísmico y piensa que el equipo directivo que se estaba formando estaba más pendiente de preparar el terreno para la candidatura electoral de Rousaud que para gestionar las necesidades del club. Había perdido la confianza en el vicepresidente y cree que las declaraciones de Rousaud le dan la razón.
Bartomeu ha apostado por este órdago porque quiere evitar fugas de información como, las que a su juicio, se han producido en el asunto del recorte salarial a los futbolistas y está seguro que más pronto que tarde los directivos a los que ha instado a hacer las maletas no permanecerán en el puente de mando.
Cambios importantes
El presidente tampoco cuenta con los directivos Silvio Elías y Josep Pont y puede haber más renuncias
Dice entender que haya dirigentes con ambiciones de futuro a la hora de encaramarse a la presidencia del club pero que él ahora sólo ha de pensar en el día a día, en el presente, en un panorama que exigirá un plan de choque radical. Bartomeu ha decidido prescindir de un Rousaud al que en enero nombró vicepresidente institucional y al que designó, entre grandes alabanzas, como candidato continuista in pectore. Pero apenas tres meses después ha partido peras con él por dos asuntos de relieve.
El primero, el espinoso Barçagate , la revelación adelantada por la SER de los contratos con I3 Ventures, empresa que se dedicaba a crear cuentas falsas en las que se criticaba a personajes del entorno barcelonista e incluso a algunos futbolistas. Rousaud denuncia que se fraccionó el pago a esta empresa para evitar los controles internos de la junta. En este caso tanto el vicepresidente institucional como Tombas querían ir más allá que el simple anuncio de suspender de empleo y sueldo a Jaume Masferrer, el asesor presidencial que sigue moviendo hilos. Llegaron incluso a plantear en una cumbre de la junta un posible adelanto electoral tras esta controversia. La auditoría del Barçagate no ha sido completada y cuando se presente Rousaud y Tombas ya no formarán parte de la comisión delegada de la junta. Bartomeu puede ahorrarse así un problema. El presidente no puede obligar a nadie a marcharse de la junta pero sí tiene potestad para otorgar y quitar atribuciones.
El segundo caso en el que han colisionado Bartomeu, Rousaud y Tombas es el de la rebaja salarial. Ambos vicepresidentes consideraban que los futbolistas tenían que recortarse más el sueldo. Mientras, el presidente opina, como ha declarado públicamente, que ha habido filtraciones a los medios en este tema desde dentro de la junta y que eso ha enojado a los futbolistas. El enfado por las supuestas fugas de información lo verbalizaron los jugadores en el comunicado en el que aceptaban el ajuste salarial.
El futuro frente al día a día
Bartomeu cree que la junta estaba preparando más la candidatura de Rousaud que gestionando el club
Llegados a este punto la junta es como una ballena abierta en canal. Todos los asuntos se están ventilando a nivel externo. Fieles como el vicepresidente del área social, Jordi Cardoner, no se verían afectados por esta tormenta. Habrá que ver no obstante qué ocurre con el conocido como sector joven, los que venían a proporcionar aire fresco. Se trata de directivos como Xavier Vilajoana, Maria Teixidor o Oriol Tomàs. Rousaud creía tener el apoyo de este grupo en muchas de las objeciones que exponía.
También es muy importante observar el talante de los directivos que quedarán promocionados. Por un lado el incombustible Jordi Moix, en su día colaborador de Joan Laporta y que después se sumó al proyecto de Sandro Rosell y de Bartomeu. Responsable del Espai Barça y vicepresidente patrimonial ahora añadirá la cartera económica. La tesorería pasará a manos de David Bellver, directivo de nuevo cuño y hombre con una estrecha relación con Rosell. Durante el juicio en la Audiencia Nacional al expresidente siempre estaba presente. No hay que desdeñar la influencia de Rosell en este momento. Acostumbra a ser un consejero al que escucha su amigo Bartomeu.
De la misma órbita es también el expresidente de la Federació Catalana, Jordi Roche, que podría ser candidato en las próximas elecciones del Barça, unos comicios a los que ha expresado su voluntad de presentarse el empresario Víctor Font . Como habrá salidas de la junta puede haber entradas, que se producirían previsiblemente si el número de directivos desciende de 14 (ahora son 19). Pero Bartomeu no prevé la incorporación de Roche. Entre otras razones no le beneficiaría ahora aliarse con el proyecto blaugrana.
El presidente ha abogado por prescindir de directivos de marcado éxito empresarial, pues Rousaud es el consejero delegado de Factor Energía, y Tombas, fundador y presidente de Suma Capital. El que entre ha de tener en cuenta que la situación del Barça no está para tirar cohetes. El propio Rousaud dice que la capacidad de endeudamiento del club es pequeña. En este sentido el presidente no entiende que critiquen las decisiones económicas y comerciales directivos que han venido ocupándose de esas parcelas (como Tombas, Elías o Pont). Turbulencias eternas en el Barça.