Roglic ha vuelto: la Tirreno-Adriático es suya
Ciclismo
"No esperaba tener este nivel tan rápido", dice el esloveno; en septiembre, desaparecía de escena tras un accidente en la Vuelta
Pogacar se lleva la legendaria París - Niza
Primoz Roglic, este domingo en la Tirreno-Adriático
"No esperaba tener este nivel tan rápido", dice Primoz Roglic (33). Y quien le escucha asiente.
Muy maltrecho había acabado en septiembre, tras su segundo accidente en una grande, entonces en la Vuelta (un par de meses antes se había estrellado en el Tour).
El primer siniestro le había machacado la clavícula y el segundo, en la Vuelta, en un extraño sprint en Tomares, se lo había machacado todo. Aquellas imágenes son sobrecogedoras. Roglic se estrella a 60 km/h, se destroza medio cuerpo: el rostro, la misma clavícula, las rodillas, las muñecas, las manos...
Había tenido que pasar por el quirófano y de allí, al barbecho.
Seis meses ha tardado en reaparecer en escena.
Cuando lo ha hecho, en esta semana en la Tirreno-Adriático, ha sido un coloso.
La semana, primaveral en invierno, le ha salido maravillosa al ciclismo esloveno, la novedad de estos tiempos por su rareza. En otra época, no había noticias de los balcánicos. En la misma década se han juntado dos talentos únicos: al éxito de Roglic en las carreteras italianas se le une el éxito de Tadej Pogacar en la París-Niza, campeón también.
Roglic, ciclista con grandes en su currículum (tres Vueltas, un segundo puesto en el Tour, un tercero en el Giro...), se ha agigantado con el paso de los días. El jueves, en la cima del Tortoreto, se había echado encima de Lennard Kamna, aún virtual líder; el viernes, en la quinta, repetía victoria parcial y tumbaba definitivamente al alemán. El sábado, en la sexta, firmaba el hat trick y los rivales agachaban la cabeza.
¿Cómo contrarrestar eso?
Roglic, entre Almeida (UAE) y Geoghegan Hart (Ineos), este domingo
Con la general decidida, la última etapa ha ido de transición. Al sprint, la ha ganado Jasper Phillipsen. Roglic, que partía con 18 segundos de margen sobre Joao Pedro Almeida y 23 sobre Tao Geoghegan Hart, ya solo tenía que contemporizar.
Por detrás, resignados, han acabado los españoles. Enric Mas ha sido sexto de la general y Mikel Landa, décimo.
Quedan por ver los próximos destinos de Roglic. Su equipo, el Jumbo-Visma, debe decidir qué hacer. ¿Apostará por Roglic para el Giro y Jonas Vingegaard para el Tour, o unirá a ambos en su propio bien para buscarle las cosquillas al gran Pogacar en las carreteras francesas?