Repite Van Aert y Landa y Pogacar se dejan más de un minuto
107 Tour de Francia | Etapa 7
El Ineos logra cortar el pelotón de cabeza a 30km de meta y caza desprevenidos a varios jefes de filas
El belga Wout van Aert sumó su segunda victoria de etapa en el Tour 2020, al término de una etapa de las que dejan sello. Era un día de esprint y de abanicos y se cumplió el pronóstico, hubo esprint y hubo abanicos, pero además se rompió el pelotón en pedazos y el corte más importante, a unos 30 kilómetros del final, a la salida de Castres, se cobró piezas importantes. En un segundo pelotón, que perdió 1m21s, con unas 40 unidades, llegaron Tadej Pogacar, Mikel Landa, Richie Porte, Bauke Mollema, Esteban Chaves, Richard Carapaz... Cuando el grupo de líderes comprobó quién se había quedado cortado no hubo piedad y el Ineos incrementó el ritmo para abrir el máximo hueco posible.
Para Landa, que esperaba la llegada de los Pirineos a partir de este sábado, el golpe moral ha sido tremendo. Además, coincide que el año pasado ya tuvo un problema similar por esta misma zona de Francia. En 2019, en la etapa de Saint Flour a Albi, perdió dos minutos. Esta vez, de Millau a Lavaur, han sido 81 segundos muy valiosos. “Es una pena”, comentó su gregario Pello Bilbao. “Todo el día hemos ido delante, muy atentos y entonces nos ha pillado una caída, un frenazo, a tres del equipo y Mikel se ha quedado solo con Colbrelli. El problema es que estamos corriendo con sólo seis ciclistas, tras la retirada de Rafa Valls y lo mal que va Wout Poels”.
La etapa se rompió muy pronto por la iniciativa del Bora, que defendía las bazas de Peter Sagan en su lucha por el maillot verde. Rápidamente, en el primer puerto del día, se consolidó un corte importante en un tramo de viento y los rezagados empezaron a perder tiempo de forma alarmante. A partir de ahí, la carrera se estabilizó durante casi todo el día en tres grupos. Por delante, el de los favoritos, todos sin excepción. Ahí iba Sagan y ahí se puso el Bora a tirar a muerte durante kilómetros y kilómetros. Luego, un segundo grupito donde luchaba Sam Bennett, el portador del maillot verde, para no quedar fuera de combate. Y finalmente, un paquete algo más numeroso con la gran mayoría de los velocistas del pelotón: Viviani, Kristoff, Bol, Nizzolo, Ewan...
La situación se estabilizó con estos tres bloques y las rentas fueron creciendo sin parar. A 130 kilómetros de la meta el pelotón de la élite ya tenía al grupo Bennett a 47 segundos y al de los esprinters a casi dos minutos y medio. A 65 de meta, las diferencias eran enormes, de 5 minutos y de más de 8. La etapa se jugaría entre los de delante.
El problema es que estamos corriendo el Tour con sólo seis corredores...”
Tras una intentona de Thomas de Gendt que no fue a más, a la altura de Castres llegó el nuevo cambio de escenario, impulsado sobre todo por el Ineos. Era el punto que muchos tenían marcado en el libro de ruta y el equipo de Bernal se lanzó a tope. Se rompió el grupo cabecero y empezaron a caer los segundos contra Landa y compañía. El corredor alavés del Bahrain aún tuvo un punto de suerte: del grupo cabecero se descolgó Carapaz por un pinchazo y el Ineos retrasó a Castroviejo y dejó de tirar. El efecto inmediato fue que tomaron el relevo el Jumbo, el Astaná y el Groupama. No era lo mismo. En el bloque de cabeza se metieron los tres líderes del Movistar, Mas, Valverde y Soler, pero no dieron relevos.