Emili Rousaud, vicepresidente del Barça: “He sido siempre leal al club”
Entrevista
Su nombre como candidato continuista de la directiva de Josep Maria Bartomeu se ha venido abajo en poco más de tres meses
La proclamación oficiosa de Emili Rousaud (Barcelona, 1966) como candidato continuista de la directiva de Josep Maria Bartomeu se ha venido abajo en poco más de tres meses. Las maneras de entender el club de presidente y vicepresidente han colisionado de puertas adentro. ¿En qué han consistido los desencuentros? Rousaud, poco dado a conceder entrevistas, explica su versión de los hechos cuando, aún hoy, todavía pertenece a la junta.
El ‘barçagate’, detonante
“Se manipularon contratos y facturas para evitar pasar los controles del club, fue un desastre”
En el mes de enero se le consideraba internamente el candidato perfecto. En abril el presidente le invita a dimitir. ¿Qué ha pasado?
Lo que hizo cambiar las cosas fue el problema que tuvimos con el caso de las redes sociales.
El Barçagate. Se acusa a la directiva de usar dinero del club para crear cuentas que injuriaban a personas del entorno barcelonista...
Fue un desastre. Se manipularon contratos y facturas para evitar pasar los controles del club. Yo pertenezco a la comisión de adjudicaciones y redujeron las facturas, las fraccionaron, para que no las viéramos.
¿Ha existido fraude?
Promoví junto a varios directivos una auditoría externa para esclarecer los hechos. Necesitábamos investigar y yo personalmente quería saber si esa práctica se había llevado a cabo en otras ocasiones. ¿Hay más facturas que se están troceando?
¿Qué sabe hoy de la audi-
toria?
Yo nada. Con la crisis del virus se ha dejado de hablar del tema en el club. Yo nunca he tenido intereses personales escondidos. Hay que saber si todo el mundo actúa igual. Depurar responsabilidades.
¿Por qué no se fue en aquel momento?
Porque quería saber qué ha pasado. Si la auditoría se hubiera hecho ya y revelase irregularidades me hubiera marchado probablemente. Yo esas prácticas no las puedo asumir.
¿Dimitirá usted ahora?
Es un tema que tengo que reflexionar. Antes de que acabe la temporada lo haré, pero antes necesito ver cara a cara al presidente. Lo haré en el momento oportuno y no por imposición a través de una llamada de teléfono, en confinamiento y Semana Santa. Lo haré cuando yo decida.
¿Cómo le comunicó el presidente su decisión de instarle a abandonar la junta?
Me llamó el martes antes de comer pero sus razones no fueron convincentes ni reales. Fueron más bien surrealistas. Me dijo que yo había criticado a los jugadores y a algunos ejecutivos y eso es falso. Le pedí que me diera nombres y no me los dio. Después le pedí que me lo dejara pensar. Y por la noche de repente mi nombre ya salía en todos los medios de comunicación. Si la conversación hubiera quedado entre nosotros, no se hubiera armado este lío.
¿Es normal ser todavía vicepresidente y criticar públicamente al presidente?
¿Qué crítica he hecho? Que se había pedido una auditoría por el Barçagate ya se sabía. Es un hecho incontrovertible. Yo sólo critico las formas que se han utilizado para comunicarme esto. El presidente me puede degradar porque la vicepresidencia es potestativa, pero como directivo no me puede echar porque soy un miembro electo. Las formas no son las adecuadas. Merezco un respeto. Defiendo mi honorabilidad personal e intento ser honesto en mi vida. Es legítimo cambiar las cosas pero hacerlo así es muy discutible y de eso me quejo. Llevo cinco años en el club, dedicando esfuerzos.
¿Aún quiere ser presidente?
Igual esto no lo sabe mucha gente pero conocí a Bartomeu en el año 2015. Yo estaba creando una candidatura para presentarme a las elecciones y él me convenció. ‘Déjalo y ven conmigo’. Quiero decir con esto que mi deseo de ser presidente no es nuevo, me ha hecho mucha ilusión siempre. Me la hizo también cuando mis compañeros de junta me lo pidieron.
Pues a cuatro de esos directivos les han invitado a salir como a usted...
Es curioso que tanto yo como Enrique Tombas, Silvio Elías o Josep Pont tengamos los perfiles económicos más potentes.
¿Por qué lo dice?
Nuestras carreras y empresas nos avalan en el terreno de la gestión. Justo ahora el Barça, como todas las empresas, se enfrenta a un escenario difícil y muy complejo. Tombas, Elías y Pont formaban parte de la comisión económica... ¿Fuera los cuatro? La decisión no parece adecuada. Ahora se necesitan personas capaces de tomar decisiones valientes.
¿Qué hacer con el Espai Barça? ¿Quién financia ahora 800 millones de euros?
Mi visión sería convocar elecciones en el 2021 y dejar que la nueva junta afronte y decida qué hacer. Previo referéndum, lógicamente.
Tombas era un tesorero que parecía intocable...
Era la mano derecha del presidente hasta que explotó lo de las redes y vimos cosas incorrectas. Tombas es honesto y trasparente. Pensaba que había que llegar hasta el final y allí la química se perdió.
¿Qué papel cree que ha tenido Jaume Masferrer, director del área de presidencia en esta última crisis?
Un compañero de junta me dijo que le llamó. Yo pensaba que estaba suspendido de empleo y sueldo a raíz del Barçagate ...
¿Cree usted que los jugadores del primer equipo deberían haber rebajado más su salario?
Antes de ponernos a hablar con ellos, varios directivos considerábamos que el agujero económico que dejará la crisis es grande y creímos que valía la pena ser ambiciosos en ese terreno. Pero no he criticado a los futbolistas, aunque piense que el acuerdo al que se llegó pudo ser mejor para el club. Nunca critico ni a los jugadores ni a los empleados. Todo lo contrario, siempre he defendido el alto nivel de nuestros trabajadores.
¿Le han echado a usted los jugadores?
El club está buscando cabezas de turco. Como no pueden decir que prescinden de nosotros por ser inflexibles con el asunto de las redes sociales, aparece el descontento de los futbolistas como perfecta coartada. ‘Aquí tenéis, era Rousaud quien hablaba mal de vosotros’. Y eso es falso...
¿Es Bartomeu demasiado presidencialista?
Busca tener una junta que acepte cosas con las que otros no tragábamos. Ahora Bartomeu estará muy cómodo y con estas decisiones da un aviso a navegantes.
¿Quizás no acepte la des-
lealtad?
He sido siempre leal al club. Estoy decepcionado. Así no sé prescinde de la gente. Ya pasó con Valverde, que se enteró de que iban a buscar a Xavi, su teórico sustituto, cuando aún era entrenador. Así no se hacen las cosas.