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La época dorada del vestuario de televisión

Análisis

Series como ‘Ratched’ o ‘Killing Eve’ han devuelto la moda a la pantalla

El traje amarillo mostaza de la enfermera Ratched

Netflix

Cuando Carrie Bradshaw apareció por primera vez en pantalla, en el 1998, con vestidos lenceros, faldas de tul, bolsos de Christian Dior y zapatos de Manolo Blahnik, la gente se echó las manos a la cabeza. Hasta ese momento, los personajes de las series de televisión rara vez habían estado tan a la moda. Veintidós años después, lo de Sexo en Nueva York es algo anecdótico. Nos encontramos ante la época dorada del diseño de vestuario de las series de televisión.

Colores, texturas, tejidos, tendencias. La moda ha encontrado su sitio en unas artes cuya belleza estética había quedado relegada a un segundo plano en pro de la calidad de un buen relato. Sin restar importancia al contenido de una buena historia, por supuesto. Pero qué sería de Ratched –el último trabajo de Ryan Murphy y la serie original de Netflix más vista del 2020– sin esos uniformes verde azulados de las enfermeras del hospital psiquiátrico Lucía o sin ese conjunto de americana y falda amarillo mostaza que luce, porque lo hace, la actriz Sarah Paulson.

La serie Ratched, de Netflix

SAEED ADYANI/NETFLIX / SAEED ADYANI/NETFLIX

Porque Ratched es en sí una experiencia visual. Un espectáculo que invita al espectador a sentarse y observar detenidamente cómo se desarrollan los acontecimientos bajo una dirección de arte perfectamente ejecutada. Al estilo Wes Anderson, la serie está impregnada de una paleta de colores llamativa y sugerente, cargada de simbología.

Los uniformes, los muebles del hospital e incluso algunas paredes tienen variaciones de un verde azulado, color que representa la corrupción de la institución mental. Cuando el tono se torna más potente, más oscuras son las intenciones de los personajes. El verde representa la riqueza y la codicia. De hecho, la mansión de Lenore Osgood (Sharon Stone) está llena de plantas tropicales. El rojo simboliza la violencia y pérdida de control. Lo encontramos en las escenas de muerte y en los labiales de las enfermeras, muchas de ellas en peligro o con intenciones muy retorcidas.

Judy Davis había trabajado con el creador en 'Feud: Bette & Joan'

SAEED ADYANI/NETFLIX / SAEED ADYANI/NETFLIX

Killing Eve es otro claro ejemplo del triunfo del buen gusto. En una escena de la segunda temporada, una joven le pregunta inocentemente a Villanelle, la asesina de la serie: “¿Puedo hacerte una foto para mi Instagram?”. Ella le responde con su astucia característica: “Por supuesto que no. ¡Búscate una vida!”. La moda es un personaje más de la trama y funciona como forma de expresión del estado de ánimo de los personajes. Eve Polastri (Sandra Oh) viste como una aburrida funcionaria con ropa descuidada y colores apagados, mientras que Villanelle (Jodie Comer) sorprende en cada una de sus apariciones con conjuntos coloridos, tejidos vaporosos y firmas de lujo.

Estilismo de Villanelle (Jodie Foster) en la tercera temporada de 'Killing Eve'

Instagram

La prueba ferviente de que un buen vestuario puede incluso salvar una mala obra es Emily en París. La llamada a ser el nuevo Sexo en Nueva York resultó ser una serie estereotipada, caricaturesca y algo arrogante. Eso sí, el armario de Lily Collins, con especial mención al repertorio de boinas, está a la altura de lo que se esperaba. Entre baguettes y pains au chocolats, la protagonista pasea sus prendas Chanel vintage como si cualquier joven de 22 años, sin tener ni idea de francés, pudiera optar a un puesto de ejecutiva para costeárselo sin preocupaciones.

Emily (Lily Collins) en un momento de la serie

Instagram @emilyinparis

En el éxito de HBO, Por qué matan las mujeres , no es de extrañar que el creador de la serie, Marc Cherry, cuidara al detalle todos los estilismos. Las tres protagonistas vienen de tres épocas distintas –los sesenta, los ochenta y la actualidad– y la estética tenía que ser fácilmente reconocible y acorde a su tiempo. El valor añadido está en la capacidad que tienen los personajes de tomar conciencia sobre el poder de su vestuario.

Durante los sesenta, Beth Ann Stanton (Ginnifer Goodwin) guarda un patrón estético tradicional y conservador con vestidos a lo La casa de la pradera. Ella misma se da cuenta de que su ropa está desfasada y decide cambiar su estilo para conseguir sus propósitos. Por otra parte, el personaje interpretado por la actriz Lucy Liu, Simone Grove, representa el poderío de la alta sociedad de la década de los ochenta. Su perfeccionismo desquiciado y su afán de notoriedad se intuyen en cada detalle de su vestuario. De hecho, la exageración de los volúmenes, brocados y accesorios refleja el estado de ánimo del personaje.

Cartel promocional de la serie 'Por qué matan las mujeres'

Hbo

Otro proyecto de Ryan Murphy que también merece especial atención es The Politician . Pese a que el retrato de la política estadounidense en clave de humor negro no gustó demasiado a la crítica, la serie hace un excelente recorrido por los clichés estéticos que han vertebrado visualmente la democracia durante años y que hoy siguen estando vigentes: el político de los trajes de sastre, polos, jerséis de cuello vuelto y chinos de colores, la primera dama de las faldas de silueta evasé y camisas blancas recatadas y una oposición, encarnada por Astrid (Lucy Boynton), que viste con trajes de tweed de Chanel, camisas con logos de Gucci, calcetines largos blancos y boinas.

Fotograma de la serie de Netflix, The Politician

Netflix