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Susan Sontag o la erótica de la cultura

CULTURA/S

David Rieff, hijo de la polifacética pensadora estadounidense, recoge sus mejores ensayos en una nueva edición de su ‘Obra imprescindible’

Susan Sontag (1933-2004), una de las intelectuales clave en la segunda mitad del siglo XX 

Peter Hujar

“En lugar de una hermenéutica, necesitaríamos una erótica del arte”. Así termina Contra la interpretación , uno de los ensayos más conocidos de Susan Sontag. La autora norteamericana se está preguntando, en realidad, cómo relacionarse con la cultura –y con la crítica– de una manera más directa, menos velada por las parafernalias del academicismo y sus códigos cerrados. Lo hará a lo largo de toda su trayectoria. Y ese itinerario es el que el lector puede redescubrir ahora gracias a una nueva edición de su Obra imprescindible , una selección exhaustiva a cargo de su hijo, el también escritor David Rieff.

Entre las muchas páginas de gran lucidez, destacan fragmentos inéditos de su diario (su “miedo a escribir” y, de este modo, apartarse de la gente), y la incorporación de El tercer mundo de las mujeres , una sagaz mirada sobre los privilegios visibles e invisibles que se han ido trasmitiendo a lo largo de las generaciones, nunca antes recogido en un libro. También es especialmente interesante –además de los ya clásicos Sobre el estilo o Notas sobre lo ‘camp’ – el artículo que escribió narrando su experiencia en Sarajevo cuando, en julio de 1993, viajó a la ciudad asediada para dirigir Esperando a Godot con actores locales, y en un escenario rodeado por francotiradores e iluminado, únicamente, por la tenue luz de doce velas.

La obra es polémica precisamente porque su objetivo final no es la filiación ni el consenso, sino la invitación a pensar

Rieff explica en el prólogo que su madre siempre quiso ser recordada por la originalidad de sus ensayos, y no por “el frívolo relato de sus ambiciones” , tal y como el también historiador considera que hace la “banal” biografía de Benjamin Moser, publicada recientemente. El hijo de la pensadora reconoce que la antología fue idea, en realidad, del editor Claudio López Lamadrid, fallecido a principios de 2019. Entre los traductores de sus textos se encuentran, entre otros, Horacio Vázquez Rial, Juan Goytisolo, Marta Pessarrodona y Aurelio Major, quien, según explica el propio David Rieff, “supervisará los cometidos globales de la Fundación Susan Sontag” cuando él ya no pueda hacerlo. El volumen se ocupa, pues, de ofrecer un trayecto por los temas que más preocuparon a la escritora; sus sensibilidades y reflexiones, la pregunta por el cuerpo, su estrecha e íntima relación con el cine, su mirada aún radical sobre de la fotografía, el papel de la literatura y la traducción, su “historia de un amor” con Francia, o sus experiencias en lugares de conflicto.

Susan Sontag (1933-2004), la escritora americana, en Francia en noviembre de 1972.

Roger Viollet

Leer a Sontag quiere decir leer la historia de la crítica cultural desde una perspectiva electrizante, y una manera, también, de redescubrir obras tan dispares como la de Dostoievski, Joseph Brodsky, Simone Weil, Canetti, Walter Benjamin, o Bergman y Godard.

Algunos de los interrogantes que lanzó en su momento la norteamericana, desparecida en 2004, hoy resuenan con toda la fuerza. El silencio de la comunidad internacional ante los abusos de poder en zonas fuera del foco mediático, la irresponsable utilización de un lenguaje especialmente belicista para hablar de la enfermedad y las pandemias (se fija especialmente en el cáncer y el sida) y las potencialidades de la imaginación para abrir nuevas formas de relación son, como decíamos, problemas a los que nos invita a acercarnos desde un lugar que no queramos resolver como si estuviéramos ante una ecuación creada por un frío algoritmo.

A veces desde la tesis, pero también desde la tentativa y el esbozo, la voracidad de Sontag apela a nuestro hambre de conocimiento, a una curiosidad que sea todo menos acumulación de signos dados y significados cerrados. El compromiso, así, es de quien escribe y de quien lee, de quien está en acuerdo y en desacuerdo, en una obra que es polémica precisamente porque su objetivo final no es la filiación ni el consenso, sino la invitación a pensar juntos.

Susan Sontag

Obra imprescindibleLiteratura Random House. Edición de David Rieff. Traducción: Eduardo Goligorsky. 784 páginas. 26,90 euros