Antivirales
Cultura/s
Al igual que serio no es lo mismo que aburrido, trivial no es igual a irrelevante. La actualidad cultural deja detalles que nunca se contagiarán en las redes; compartirlos mejora la conversación
Al cine separados-pero-juntos
Metrograph, que es a la vez un cine de arte y ensayo de Nueva York y una distribuidora, está tratando de inventar algo que seguro que iremos viendo más a menudo: el cine separados-pero-juntos, programar películas para ver en casa pero a una hora concreta y con una introducción a cargo del director o de un presentador relevante. La idea es replicar en casa la experiencia de ir a la filmoteca con alguien. Lo han hecho ya con filmes de Claire Denis y Nan Goldin, con comentarios de la propia Goldin, y para agosto hay un menú variado que incluye desde un documental sobre una clínica de desintoxicación comunitaria hasta Two lovers , de James Gray. El precio es de menos de cinco euros al mes.
El miedo del músico
Cuando tenía 21 años, el trompetista Bernat Xamena acababa de volver a Mallorca de su primer curso en la Eastman de Rochester, considerada una de las mejores escuelas de música del mundo. Un día cogió la trompeta para ensayar y notó cómo el sonido temblaba sin que lo pudiera controlar. A partir de ahí, notó que no podía atacar la primera nota, ni la siguiente, hasta que llegó el día en que tan solo acercar el instrumento a su boca le generaba espasmos involuntarios. Lo que padecía se llama “distonía focal de embocadura” y se conoce en la profesión como “el cáncer del músico”. En el documental Bocca chiusa habla de eso y de los siete largos años que pasó en silencio hasta que pudo volver a tocar. Se emite en Filmin dentro del festival Atlàntida.
Cocido, vino y Casera
La artista Cristina Ban Ban pasó la cuarentena del Covid en Brooklyn, donde vive, pero con la cabeza puesta en el Baix Llobregat, donde estaba su familia. Así que empezó a pintar cuadros nostálgicos, como el titulado El Prat de Llobregat 2PM , en el que aparece toda su familia comiendo cocido y vino con Casera, y casi se oye el telediario de fondo, o La Costa Daurada , una escena playera con top-less, Xibeca, tortilla y rajas de sandía. Ambas piezas están en Tigre y paloma , su exposición en la galería 1969 de Nueva York.
Ideal para tu hermana sucia y borracha
Hace poco hablábamos por aquí de Graham Greene como espía (no era lo suyo) y hoy lo mencionamos de nuevo como lector a sueldo (mucho mejor). Fue Greene, que hacía informes de lectura para el sello Longman’s, quien intuyó el potencial de una novelita corta y extrañísima de un desconocido autor dublinés llamado Brian O’Nolan: Nadar-dos-pájaros, publicada con el seudónimo que quiso el autor, Flann O’Brien. Se vendieron 200 escasas copias y estalló la Segunda Guerra Mundial.
Todos los ejemplares sin vender quedaron destruidos cuando los alemanes bombardearon Londres –O’Brien bromeaba con lo mucho que odiaba Hitler su libro– y las críticas fueron mediocres tirando a malas. Pero el libro, que Harold Bloom entronizó en El canon occidental , empezó a ganar fans tan entusiastas como Borges y Dylan Thomas, a quien se le ocurrió un blurb que apareció en distintas ediciones: “Este es el libro para regalar a tu hermana, si ella es una chica borracha, sucia y gritona”. A ver si Nórdica, que acaba de publicar el libro en castellano, se lanza a utilizarlo en la faja.