Aprender a mirar arte

Opinión

Aprender a mirar arte

Mercè Ibarz tiene una obra literaria perdurable, recogida en el Tríptic de la terra (Anagrama, 2020), que comprende los tres libros dedicados a diversos aspectos de su Zaidín natal: La terra retirada (1993), La palmera de blat (1995) y Labor inacabada (2020). Ibarz, que pertenece a la primera generación de periodistas con titulación universitaria (1976), también ejerció como profesora en la UPF. La recuerdo en los noventa en el Institut Universitari de l’Audiovisual que dirigía Xavier Berenguer y también, en Valencia, en una inolvidable mesa redonda entre biógrafas de Mercè Rodoreda (con Carme Arnau y Montserrat Casals) que tuve que moderar con casco durante la semana de los Octubre.

Ahora publica un cuaderno breve en la colección homónima de Anagrama: No pienses, mira (Ante la obra de arte). Ibarz se expresa con prosa clara para narrar una experiencia tan íntima como nuestra relación con una obra de arte. Proclama la soberanía de un triángulo imbatible: corazón-ojos-cabeza, y comparte la primera imagen artística que la sacudió en su adolescencia: el cuadro de Matisse La habitación roja (1908). Ese punto de partida la lleva a considerar que una obra de arte es “un sensor de intimidades” que nos activa. La frase de tres palabras que toma prestada de Wittgenstein para el título va más allá del famoso verso de Bartrina “Si quieres ser feliz, como me dices, no analices, muchacho, no analices”. Ibarz no se niega a analizar la obra de arte, pero prioriza plantarse ante ella y mirarla, porque ante una obra de arte “llegas a ver si miras, la cosa no va al revés”. También recurre a una idea que Duchamp expuso en 1955 para subrayar la teoría de la recepción: “Todo cuadro está hecho no por el pintor sino por aquellos que lo miran y le conceden sus favores”. Ibarz añade que eso transforma al espectador en terapeuta del artista. Este power to the people, por decirlo con las palabras cantadas por Lennon & Ono, recorre todo el libro, que también contiene reflexiones interesantes sobre las relaciones entre el periodismo cultural y la crítica. La autora, que ha informado sobre innumerables exposiciones y propuestas artísticas, sigue creyendo que “la información es condición indispensable y previa a la crítica”, y define una exposición como un relato de no ficción de edición única.

Mercè Ibarz agraint el premi Trajectòria de la Setmana del Llibre en Català davant d'Ilya Pérdigo, president d'Editors.cat, i Cristina Domènech, directora de la Setmana

Mercè Ibarz agradece el premio Trajectòria de la Setmana del Llibre en Català

Terceros

Mercè Ibarz considera que una obra de arte es “un sensor de intimidades” que activa

Pero eso no quita que también exponga su acerada visión crítica sobre las miradas tóxicas de la historia del arte y las contradicciones documentadas de ciertas instituciones artísticas, con una crítica de fondo al Macba: “No trago con que la colección no sea suya sino de la fundación privada que la puso en marcha y saca rendimiento de ella, ni que las instituciones públicas de su patronato no quieran afrontarlo”.

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