La espléndida exposición de la artista Suzanne Valadon en el MNAC recrea la relación amorosa de esta con Erik Satie. Maricel Chavarría escribía hace unos días un artículo donde subrayaba cómo Satie superó la ruptura entre ambos componiendo sus obsesivas Vexations , una partitura de solo 18 notas que el autor quería que se repitiera 840 veces. Víctimas colaterales de esta fijación son los empleados de sala del MNAC, que soportan las repeticiones con una paciencia infinita.
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