La música atraviesa todos los elementos que componen la existencia humana, del silencio absoluto a la música de las esferas, del origen del universo hasta lo más profundo de nuestros corazones, y les otorga un orden matemático que permite comprenderla y, de este modo, comprendernos un poco más a nosotros mismos. Ese es el objetivo de Matemifasol, la exposición interactiva que hasta el próximo 12 de enero analiza la íntima relación entre música y matemáticas, y que puede visitarse en el Museu de la Ciència CosmoCaixa de Barcelona para comprobar que, como afirmó el compositor Pierre Boulez, “la música es una matemática en movimiento”.
Siete son las etapas que propone la muestra, las mismas que notas tiene la escala musical, asociada cada una con una cifra representativa de los cambios acontecidos a lo largo del tiempo en la relación entre la música y las matemáticas. Una treintena de módulos interactivos y una quincena audiovisuales son los encargados de facilitar este viaje a través de frecuencias, ritmos y longitudes de onda para “evidenciar el vínculo tan íntimo que existe entre las matemáticas y la música”, como explicó en la presentación Magda Polo, catedrática de Historia de la Música de la Universitat de Barcelona y asesora científica de la exposición junto al musicólogo Carlos Calderón, quien destacó que la música se puede entender como “aritmética del ritmo, geometría de la melodía y lógica de la armonía”.
La exposición se vale de instrumentos como el órgano de percusión, el tetracordio o el autotune, juegos como los dados de Mozart o viajes al origen del universo, el big bang, para descubrir qué sonido correspondió a este “bang” primigenio, antes del cual sólo existía un silencio absoluto que la muestra pone al alcance de los visitantes mediante un experimento para comprobar que el sonido, sin aire, muere como lo haría cualquier ser vivo. Otra opción es acercarse a un escáner que nos descubrirá los sonidos de nuestro propio cuerpo, como el del corazón y sus 100.000 latidos diarios, base del ritmo que nos acompaña a lo largo de toda la vida.
Una vez creado el sonido, un grano de arena que se deja caer sobre un plato refleja el mínimo audible por el ser humano, 0,00002 pascales, unidad mínima a partir de la cual se despliega un mundo de ruidos y tonos que se ordena gracias al descubrimiento de la relación entre música y matemáticas. Se lo debemos a Pitágoras, quien “robó” el secreto a los dioses tal como Prometeo robó el fuego, de ahí que la exposición se abra con la sinfonía que Aleksandr Skriabin dedicó al titán de la mitología griega, y cuente también con diversos ejemplares del monocordio, el instrumento que el filósofo de Samos utilizó para crear las siete notas naturales y que evolucionó hasta la lira. “Pitágoras logró racionalizar la música preguntándose por qué unas cosas suenan agradables y otras no”, apuntó Calderón.
La creación de la ópera en 1607 de la mano de Claudio Monteverdi y 'La fábula de Orfeo' es otra de las paradas de la muestra, que destaca así la popularización de la música y la aparición de las salas de conciertos en el paso del renacimiento al barroco. En aquella época vivió el astrónomo y matemático Johannes Kepler, protagonista de la última etapa de la exposición con su música de las esferas, un modelo dinámico y musical del cosmos heredero de las ideas de Pitágoras y que, siglos antes de que lo hiciera Coldplay, convirtió el movimiento de los planetas en música para demostrar la relación de éstos con las matemáticas.
La muestra, a la que se espera que asistan 300.000 personas, se completará con varias actividades que comienzan con un concierto inaugural hoy miércoles a cargo de la pianista y matemática Laura Farré con un recorrido por la historia de la música mediante piezas de Nenov, Chebotarian o Debussy. Los más pequeños podrán disfrutar en familia del espectáculo “La sandalia de Pitágoras”, una obra de teatro musical de divulgación científica donde se mezclan matemáticas y músicas. También tendrán a su disposición actividades para explorar el sonido y las emociones que acarrea. Para el público adulto se proponen varias charlas que permiten descubrir cómo las galaxias vibran conforme a un patrón rítmico al igual que un instrumento musical, tal y como han descubierto los investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias. Por suparte el profesor de matemáticas de Oxford Marcus du Sautoy ofrecerá la conferencia “Simetría: de la geometría a la música”, mientras que el cineasta Juanma Betancort presentará el documental “La partitura del cosmos”.