“Somos matemáticas hechas carne: eternos y mortales a la vez”

El tiempo se acelera con los años, tengo 57, pero las matemáticas y la música consiguen que lo olvide. Enseño en Oxford: celebramos el cruce de saberes y yo estudié matemáticas, historia y letras. Casado con una israelí que me enseña hebreo. He disertado en el CCCB y publico ‘Programados para crear’. (Foto: Cesar Rangel).

Marcus du Sautoy,catedrático de Matemáticas en Oxford, divulgador de ciencia en la BBC

Qué tiene que ver saber matemáticas con tocar el chelo?

Ya Pitágoras demostraba que la música y las matemáticas eran el mismo lenguaje. Aprender matemáticas en profundidad también te lleva, como a mí, a tocar el chelo en una orquesta...

¿No se requieren dotes especiales para llegar a entender esas conexiones?

Mi profesor Isaiah Berlin nos explicaba en Oxford que ante el desafío de desentrañar la complejidad del mundo hay erizos y zorros. Los erizos saben mucho de una sola cosa y los zorros, en cambio, acaban sabiendo algo de todo, porque al profundizar en cualquier materia siempre aparece otra.

¿Saber navegar de verdad, por ejemplo, requiere conocimientos de hidrodinámica?

Y en momentos de grandes progresos hay polímatas, como Da Vinci, que cruzan disciplinas y saberes, como en el Renacimiento.

¿Hoy estamos en un renacimiento?

La universidad está demasiado compartimentada, porque entender la realidad requiere cruzar conocimientos. Oxford es una excepción donde queremos ser polímatas y aprender de todo para saber algo..

¿No es exigir demasiado al estudiante?

Para entender el mundo hay que ver los hilos invisibles que lo unen todo. Y para explicarlo hay que contar cuentos, no soltar rollos. Yo aprendí matemáticas, historia y literatura.

Los matemáticos no suelen ser empáticos.

¡Es verdad! Solemos estar en el espectro autista y abundan los asperger con una mente capaz de focalizar y aislar cada problema; pero para ir más allá hay que cruzar saberes.

¿Todos somos capaces de tanto?

Todos somos el fruto de tanto. La maravilla no es el universo sino que seamos capaces de entender algo de él. Y las matemáticas captan esa verdad del instante para siempre.

¿Cómo?

Las mates están fuera del tiempo; nosotros no podemos estar más dentro del tiempo, pero entendemos las matemáticas. Por eso, somos matemáticas hechas carne; eternos y mortales a la vez.

¿Somos las sombras pasajeras en la pared de la cueva de las mates?

Las matemáticas son ese algo fuera y dentro del tiempo que explican y unen.

¿Las máquinas no nos ganan en mates?

La inteligencia artificial (IA) es buena para repetir lo pequeño y breve, pero carece de sentido y fin. Nosotros lo tenemos desde que tenemos conciencia de que somos y con ella, me temo, la certidumbre de que moriremos.

¿La conciencia fue el principio y el fin?

Con ella vimos que éramos finitos, pero también que teníamos la capacidad de entender el mundo de una forma que nos trascendía: el lenguaje matemático y otros que cuando muramos seguirán explicando la realidad a futuros humanos.

¿Qué piensa la IA ya mejor que nosotros?

GPT 3, por ejemplo, redacta bien lo concreto, pero no sabe razonar por qué es o no importante. Por eso, la música compuesta con IA es formalmente correcta pero aburrida. Carece de intención, de fin.

¿No cree que al reguetón le pasa igual?

Le pasa a todo músico o a cualquier creador que se repita y al repetirse deje de serlo, porque no innove ni arriesgue al crear.

¿En qué nos gana la máquina?

Es muy buena traduciendo e incluso escribiendo notas de economía con muchos datos, pero no sabe contarlos como un cuento.

¿Por qué?

Porque carece de la ilusión que nosotros tenemos de compartir la novedad. Sin emoción ni ilusión solo hay repetición.

¿Una máquina nunca será creativa?

No será creativa hasta que un día pase algo en ella que necesite contarnos: que ha descubierto algo dentro de sí misma. Porque en eso consiste crear: es compartir lo que sientes y cómo cambia tu mundo interior.

¿No habrá un momento Singularity en que la inteligencia artificial nos supere?

No, porque la inteligencia no acumula más y más saberes como un microchip cada vez más y más potente, sino que es cruzar dimensiones: no es lineal sino transversal. No es pintar un color más y más intenso, sino sinestesia que oye colores y escucha sabores.

¿Conectar lo diverso en lo común?

Un color puede ser traducido en un olor y este en un sabor... Eso es crear. Y es posible porque todos los sentidos tienen un equivalente en un lenguaje común a todos que une todo cuanto experimentamos.

¿La máquina nos hará más personas?

Esa es una de las paradojas de la creatividad: es crear, pero también discernir y escoger lo más relevante entre lo que hemos creado, como explicaba Klee... y Borges...

¿Qué explicaba Borges?

Su “biblioteca de Babel” contiene todos los libros, pero por eso mismo no sirve para nada, porque no ha sabido elegir los mejores.

¿La biblioteca de Babel no es internet?

Sí, y por eso Google hizo multimillonarios a quienes diseñaron su algoritmo buscador.

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