A Lucio se le han torcido todos sus planes. No ha logrado la plaza de profesor universitario a la que aspiraba. Su esposa le ha dejado por una mujer. Su hija está en fase preadolescente y su padre, enfermo. Todo eso le lleva a aceptar una plaza de profesor de literatura suplente en el instituto de un barrio marginal de Buenos Aires donde su padre ha puesto en marcha un comedor social. La nueva vida de Lucio no es fácil. Tiene que enfrentarse al desinterés de los alumnos y también echarles una mano con sus problemas, pues algunos de ellos pueden entrar en el peligroso mundo de las drogas.
El cineasta argentino Diego Lerman escribe y dirige El suplente, un filme que pasó por la sección oficial del último Festival de San Sebastián, que se llevó la Concha de Plata a la mejor interpretación de reparto para Renata Lerman (la hija del director en la vida real y de Lucio en la película) y que mañana llega a las pantallas españolas. "Con esta película he querido retratar las carencias y la pobreza de una parte de Buenos Aires y también la idea de frontera, de borde, que es donde se instala Lucio cuando llega a un barrio en el que no encaja", explica el director en una entrevista con La Vanguardia.
Pese a que la vida no le sonríe, "Lucio encuentra un desafío en su nueva vida: tiene que decidir si se implica o no con sus alumnos. Y hay una gran diferencia, porque enseñar no es solo impartir una materia, sobre todo con los adolescentes, pues a esa edad es cuando la educación tiene más que hacer porque es donde se crean transformaciones decisivas en las personas", señala el realizador cuyo cine, muy querido por los grandes festivales de cine, incide en temas sociales.
Lerman conoce bien las dificultades de esa etapa de la vida y no solo por ser padre: "Para escribir la película realicé una importante tarea de investigación, fui a clases en institutos de diferentes barrios de Buenos Aires, me resistía a introducir el tema del narco en la película, pero vi a los camellos en las puertas de las escuelas y tuve que aceptar que eso forma parte de la realidad. Así que busqué la manera de transmitir la importancia de la formación frente al dinero fácil y rápido que está a la vuelta de la esquina".
"En el barrio en que filmamos hay murales de chicos muertos a manos de la policía. Incluso vi algún funeral", añade el director que introdujo así una trama policial en El suplente. Esa inmersión en las zonas más duras de la capital argentina le permitió también completar el cásting que había empezado con una convocatoria a la que acudieron varios muchachos, que participaron en una clase de ficción. Los que fueron seleccionados "estuvieron tres meses en proceso de formación, de generar códigos y cuando se estrenó la película acudieron a pases en salas y escuelas del cono urbano, fue muy emocionante, era la primera vez que algunos de esos chicos iban al cine".
Antes de eso, Lerman contaba ya con la complicidad de Juan Minujín, que interpreta a Lucio, y Bárbara Lennie, que encarna a su ex esposa. Minujín se implicó en el proyecto desde un primer momento y Lennie, que tiene amistad con el director, no dudó en tomar un vuelo a Buenos Aires donde se instaló un par de meses para participar en el rodaje, que "fue muy duro por la pandemia del coronavirus". Hubo un momento en el que el realizador temió que no acabaría la película, pero lo logró y se vio recompensado con la llamada para participar en el Festival de San Sebastián y ahora con el estreno de El suplente en España.
Busqué la manera de transmitir la importancia de la formación frente al dinero fácil y rápido que está a la vuelta de la esquina"