Antònia Font, un regreso con más que alegría

Crítica musical

El grupo mallorquín ha cerrado su mini gira de regreso y presentación del álbum 'Un minut estroboscópica' en el Palau Sant Jordi

FOTO ALEX GARCIA CONCIERTO DE ANTONIA FONT EN EL PALAU SANT JORDI 2022/10/15

Concierto de Antònia Font en el Palau Sant Jordi

Àlex Garcia / Propias

El ambiente era el de las grandes ocasiones, por varios motivos. Antònia Font, uno de los grupos más queridos del pop en catalán, cerraba su breve nueva etapa llenando el Palau Sant Jordi en la que era su primera actuación en el templo laico de Montjuïc. Lo hacían además presentando un nuevo disco, Un minut estroboscópica, que no desentona entre sus clásicos. Se suponía, pues, que era la última ocasión para poderlos ver en directo, algo que no está tan claro que sea así y más cuando al finalizar su longevo concierto, de dos horas y cuarto y cerca 40 temas, antes de abordar la última canción, “Viure sense tu”, el cantante Pau Debon dijo “no ha acabat això, en veiem l’any que ve”. Unas palabras que hacen presuponer que al menos seguirán dando algún que otro concierto.

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Es lógico que así sea porque cuando hace casi una década decidieron dejarlo, a muchos de sus fans les costó asimilarlo. Sus canciones forman parte del patrimonio sentimental de varias generaciones. Quedó muy claro desde el minuto uno, a pesar de una sonorización que dejó mucho que desear en el primer tramo de una velada de alto octanaje emocional. Así fue casi literal el título de “Me sobren paraules” ya que costaba de entender la distintiva voz de Debon, con guiño a Serrat en la letra incluido. A nivel instrumental destacó un Jaume Manresa convertido en demiurgo de los teclados, ya fuera con el órgano de “Love song”, el sonido sintético que dominó la medio rapeada “Oh la la” o el piano acuoso de la también nueva “Miquel Riera”.

Cuando hace casi una década decidieron dejarlo, a muchos de sus fans les costó asimilarlo"

El ambiente se fue calentando con los rescates de “Armando Rampas”, “Vitamina sol” y “Robot”, con el crescendo guitarrero de Joan Miquel Oliver y su gran final. Fue el momento ideal para tocar las míticas “Dins aquest iglú” y “Vos estim a tots igual”, coreadas con entusiasmo. El tono nuevaolero de “Sol de taronges” supuso un bajón, lo mismo que el trance distorsionado y rapeado del ‘medley’ entre “Punyeta món” y “Astronauta rimador”. La minimalista “Cartes de Ramiro”, con introducción a capela de Debon, dio paso a la épica de “Una daixona de pols”, seguida por la trémula “Caramel.let” y la ironía trilingüe de “Holidays”. El momento mechero de la época digital correspondió a “Amants perfectes” y una gran apoteosis coronó “Tots es motors”.

El apartado bises fue como una segunda parte del concierto. En el primero de ellos sonaron diez temas emblemáticos, entre los que cabe destacar la agridulce y exótica “Bamboo”, un efervescente “Mecanismes”, con la guitarra de Oliver guiñando el ojo a la música africana, la imbatible “Batiscafo katiuscas”, el homenaje a “Clint Eastwood”, una exultante “Icebergs i geisers”, la seminal “Alegria”, propiciando el gran clímax de la noche, la sugestiva “Alpinistes-samurais” y un falso final, con confeti incluido, propiciado por “Wa yeah!”. Volvieron para rematar la faena reconociendo que el concierto “per nosaltres ha estat una fita”. Y para sus seguidores también porque hubo mucho más que alegría en la confirmación de que Antònia Font es el grupo más determinante de la historia del pop cantado en catalán.

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