"Recordamos este año el 50 aniversario del fallecimiento de uno de nuestros más grandes artistas, Pablo Picasso, que fue además director de este museo que hoy nos acoge. Pues qué mejor que recordar su célebre Guernica , símbolo ayer, hoy y siempre de la barbarie, el dolor, y la crueldad de cualquier guerra”, afirmó Felipe VI en su discurso de entrega, en el museo del Prado, de los Premios Nacionales de Cultura 2020 que la pandemia retrasó hasta el pasado miércoles y que, entre los premiados, figuraba nuestro compañero Sergio Vila-Sanjuán reconocido por su labor como periodista cultural.
Efectivamente, ya se ha puesto en marcha la maquinaria para conmemorar el año que viene esos 50 años de la muerte del célebre pintor malagueño. Una gran cita, sin duda. José Guirao, ex ministro de cultura fallecido el pasado lunes (y también ex director del museo Reina Sofía), presidía la comisión ejecutiva de la celebración de la efeméride, tal y como recordó también el Rey en sus palabras.
Fotografía de la exposición dedicada a Dora Maar en el Centro Pompidou de París en 2019
Pero antes de que llegue el esperado año de recuerdo, de hecho, hoy mismo, se conmemora otra efeméride de la que casi nadie habla. Hoy hace 25 años que moría Dora Maar, esa mujer, esa fotógrafa, esa artista, esa musa, esa amante que Picasso no solo abandonó, sino que maltrató tanto psicológica como físicamente. La historia es más que conocida. Varias biografías la cuentan, como Dora Maar con o sin Picasso de Mary Ann Caws (Destino) o Dora Maar (Circe) de Victoria Combalía.
Hoy se cumplen 25 años de la muerte de la fotógrafa, amante de un Picasso que la maltrató
Ella tenía 29 años y él 55 cuando coincidieron en un bar de París. Ella ya era una fotógrafa reconocida, miembro del círculo surrealista de los años 30. Él, un gran artista idolatrado. Durante los siete años de relación muy carnal y tempestuosa, con varias amantes de por medio, Picasso pintó el Guernica y Maar documentó el proceso en unas fotografías que no tienen precio y de las cuales nunca recibió ni una peseta o franco francés. Pero casi se diría que es lo de menos. Porque tras la ruptura (Picasso la dejó por Françoise Gilot), Dora nunca llegaría a recuperarse. Incluso se sometió a electroschocks y acabó apartada de su mundo, aquel en el que había reinado, hasta morir sola a los 89 años en su piso refugio de París.
'La mujer que llora', retrato hecho por Picasso de Dora Maar
Picasso la pintó llorosa. Ya sabemos porqué. La relación con el genio malagueño le hizo saltar lágrimas. Y no fue la única mujer víctima del otro genio de Picasso. En mayo, un simposio de expertos sobre el artista trató precisamente esta cuestión, quizá para intentar enfocar el gran escollo de la inminente celebración picassiana en tiempos del #metoo.
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Recordemos que hace un año la artista Maria Llopis y sus alumnas de la Escola Massana protagonizaron una acción de denuncia en el museo Picasso de Barcelona. Qué ocurrirá sobre este aspecto oscuro de Picasso en su año, es un misterio. De lo que no hay duda es que los 25 de la muerte de Dora Maar son apenas recordados. No deja de ser curioso que en el Guernica sea la mujer que sostiene la lámpara, ella, que acabó perdida entre tinieblas.