Salen a la luz los Sert ocultos de Cambó

En el Empordà

El conjunto de cinco plafones ‘Evocaciones catalanas’ que adornaba el domicilio familiar se exhibe por primera vez en el hotel Mas de Torrent

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‘Montserrat’, uno de los plafones de Sert que ahora pueden verse en el hotel Mas de Torrent

Pere Duran / NORD MEDIA

Cuando en 1899 se instala en París, Josep Maria Sert (Barcelona, 1874–1945) es poco más que un niño bien que pisa fuerte, un artista diletante sin obra acabada que sin embargo tiene ya la determinación de convertirse en un pintor decorador y se percibe a sí mismo como el Titán que un día llegará a ser. Así que, buscando una oportunidad para demostrar su talento, le propuso al obispo Torras i Bages –a quien había conocido en el Cercle Artístic de Sant Lluc- que le permitiese decorar una iglesia. Este le ofreció mucho más que eso: la catedral de Vic. Sert inició la obra en 1905 y fue el leitmotiv de su vida artística, volviendo una y otra vez a ella durante cuarenta años hasta el momento mismo de su inauguración, dos semanas antes de su muerte.

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Detalle de 'Montserrat' 

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El camino hasta llegar a culminar su gran obra no fue sencillo y estuvo plagado de vicisitudes, incluida la destrucción de las primeras pinturas durante el incendio de la Guerra Civil. Sert, que a través de Albéniz se había introducido en la élite cultural de París (se codea con Stravinski, Chanel, Degas, Rodin, Proust o Cocteau), presentó los primeros esbozos en el Salón de Otoño de 1907 ante una gran expectación. “Era muy listo. Logró despertar una gran curiosidad sobre algo que nadie había visto pero de lo que todo el mundo hablaba”, señala Pilar Sáez Lacave, una de las máximas expertas de Sert, autora de una tesis y comisaria de la exposición que en 2012 le dedicó el Petit Palais, para quien el pintor fue “un Dalí avant la lettre”, en el sentido de que supo crear “una mitología en torno a su personaje”. Conoce a Misia “y entre los dos se comen París”. Empiezan a lloverle encargos, estalla la Gran Guerra... y poco a poco va dejando aparcado el proyecto de Vic cuyas condiciones económicas, además, distan mucho de las del artista cotizado y célebre en que se ha convertido.

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'Els castellers de Valls' 

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El político puso dinero para que pudiera continuar el proyecto de la catedral de Vic; a cambio, Sert decoró un salón de su casa en Via Laietana

Será el político Francesc Cambó, que había ejercido de padrino de la boda con Misia (la madrina fue Coco Chanel) quien aportó el dinero necesario para que pudiera reemprender el proyecto. En agradecimiento, Sert le regaló un conjunto de cinco paneles, Evocaciones catalanas , para uno de los salones de su ático ajardinado en el primer edificio que se levantó en Via Laietana. Allí han permanecido todo este tiempo, a excepción de los cinco años -entre 1942 y 1947- que estuvieron en Argentina, a donde viajaron con su propietario, regresando a Barcelona en valija diplomática el mismo año del fallecimiento del político.

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'La sardana' 

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 “Nunca han salido a una exposición”, señala su nieto Pau Guardans, quien ha decidido sacarlos ahora a la luz en el remodelado Mas de Torrent, el lujoso hotel del Baix Empordà que regenta Único Hotels desde 2019. “Las vidas de Cambó y de Sert se van entrecruzando, fueron amigos, compartieron viajes y experiencias, y murieron con dos años de diferencia. Me parecía bonito volverlos a reunir aquí, en el Empordà, donde nació mi abuelo (en Verges) y se instaló Sert con su segunda esposa Roussy”. El famoso Mas Juny, por el que pasaron desde Marlene Dietrich y Visconti a Lola Flores, Walt Disney o Grace Kelly.

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'La imocentada' y 'Els Tres Tombs' 

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Sert, “el mayor pintor-decorador del periodo de entreguerras”, cuyas obras adornaron el hall del Rockefeller Center, la Liga de las Naciones Unidas en Ginebra o el salón de baile de la residencia londinense de sir Philip Sassoon -actualmente en el MNAC- , ideó un conjunto de aromas goyescos inspirado en tradiciones populares catalanas: Montserrat, Els Tres Tombs , Els castellers de Valls , La sardana y La inocentada . Los plafones de madera sobre fondo de plata, ahora diseminados en distintas estancias, pueden visitarse con reserva telefónica previa.

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'La Sardana' 

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El gran crítico Robert Hughes escribió a propósito de Sert que “la historia de la pintura del siglo XX no registra ninguna caída en desgracia tan espectacular” como la suya, acaso porque como señala Sáez Lacave, “tras la Segunda Guerra Mundial el mundo cambia y se desprecia la pintura decorativa”. También por su decantamiento final hacia el franquismo. “Pero su obra –dice–es grande porque embelleció los espacios, alterándolos y transportando al espectador a otros mundos”.

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