Lo mejor del 2020 en artes escénicas

TEATRO, ÓPERA Y DANZa

Los teatros dejan este año producciones importantes a pesar de los meses de cierre

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Terceros

Si los habituales rankings culturales de diciembre intentan reunir lo mejor del año en cada área, en el 2020 por primera vez solo se puede hablar de lo mejor del exiguo medio año que teatros y óperas han podido estar abiertos debido al coronavirus. Que aún así ha sido mucho y bueno, a veces producto de la propia pandemia, como el ingenioso y cálido Covid-451 que Sergio Blanco montó en el festival Grec con personal sanitario de los hospitales catalanes. 

Aún así, antes de hacer listas, no está de más recordar que el año próximo lo mejor del año será menos: los teatros están sufriendo de manera durísima esta crisis y el lunes anunció su cierre definitivo un referente de la escena española, el Pavón Teatro Kamikaze de Madrid, encabezado por Miguel del Arco. Un teatro privado con vocación pública al que la pandemia ha dado la puntilla debido al escuálido apoyo de las administraciones pese a ser Premio Nacional de Teatro del ministerio en el 2017. Y pese a haber montado premiadísimos montajes como Jauría o Iphigenia en Vallecas . O como el catártico Las canciones de Pablo Messiez, actualmente en cartelera y en el que el público acaba abandonándose a la música. Un duro final de año teatral.

Teatro: serranos y calóricos

¿Ha sido el mejor espectáculo teatral del 2020 La letra escarlata de Angélica Liddell con su brutal –y provocador y fascinante– grito por la libertad del arte, Les tres germanes de Julio Manrique con la emoción de Chéjov trasladada a nuestro mundo, en plena emergencia climática, o quizá la acerada mirada al mundo de la posverdad de The mountain de los Señor Serrano con un Putin digital sobre las tablas? O quizá la mejor ha sido... 

En un año honestamente difícil para ensayar y estrenar, para conectar con el público detrás de las mascarillas –un público, eso sí, ya casi sin toses– lo mejor ha sido la voluntad de seguir adelante. La apertura de festivales como el Grec, Mérida o Almagro, y luego de Temporada Alta, cuando los festivales de Europa cerraban. La voluntad de volver a contar historias y de volver a reunir a la comunidad, a la polis, para compartir.

A veces, para reír desmesuradamente, como en Feísima enfermedad y muy triste muerte de la reina Isabel I , sin duda uno de los espectáculos del año y que muestra la potencia de las numerosas compañías nacidas hace ahora algo más de una década en Barcelona y que por fin empiezan a tener acceso masivo a los grandes teatros. Feísima es una pieza que la compañía La Calòrica montó hace una década con cuatro duros y que este año pudieron remontar con ayuda del Teatre Lliure. La agonía de Isabel de Castilla se convierte a la vez en una comedia desternillante y en una aguda reflexión sobre el poder.

Más compañías: la jovencísima José y sus hermanas se ha puesto con Explore el jardín de los Cárpatos el mundo por montera para explorar el turismo de masas en España desde el franquismo. Y lo ha logrado con toallas, bañadores, talk shows televisivos y coplas con la letra bien arreglada. 

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The Mountain, de la Agrupación Señor Serrano 

Terceros

Otra compañía, Azkona&Toloza, vasca y chileno residentes en Barcelona, logró un gran éxito en el Grec con Teatro Amazonas, una mirada al colonialismo a través de proyectos desmesurados de ayer y hoy en Brasil. Se verá de nuevo en el Lliure en breve, igual que The Mountain de los Señor Serrano, una obra poderosa en la que se mezcla el mundo de las fake news con el trabajo de estos barceloneses, que además de con maquetas y vídeos siempre juegan con lo verdadero y lo falso, con la confianza del espectador.

Una obra más de otra compañía tan internacional como los Serrano: Se respira en el jardín como en un bosque , de El conde de Torrefiel, creada para tiempos de pandemia. No hay actores profesionales, los propios espectadores son sucesivamente intérpretes y público, que ven a cargo de otra persona la misma pieza que acaban de interpretar. Un juego sobre el teatro y la empatía que no deja a nadie incólume.

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Por supuesto, no todo son compañías jóvenes . Las grandes salas han tenido poderosos montajes. Les tres germanes de Julio Manrique impactan en estos momentos en el Lliure, como lo hicieron de manera mucho más lisérgica Les tres germanes de la alemana Suzanne Kennedy en el lejano enero, con sus actores usando rostros de plástico y con su mezcla con las ideas de Nietzsche. En la misma sala grande del Lliure se pudo ver este año El quadern daurat de Carlota Subirós, protagonizado por Nora Navas. El trabajo de síntesis del monumental libro de Doris Lessing es excepcional.

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'The Scarlett Letter', espectáculo de Angélica Liddell en el festival Grec 2020  

Bruno Simao

El debut de la poeta Juana Dolores en los escenarios deslumbró en el TNT y el Antic Teatre con Juana Dolores, massa diva per a un moviment assembleari , una obra desafiante y potente, en la que se cruzan Pasolini, la Monroe y la memoria musical de sus padres andaluces. Xavier Bobés entregó una de sus delicadas y fascinantes obras de teatro de objetos con Corpus , en L’Auditori y Temporada Alta, y en ese festival se estrenó Història d’un senglar, del uruguayo Gabriel Calderón y protagonizada por un Joan Carreras en estado de gracia. La escenografía de Laura Clos, un trono que es a la vez las tripas de un teatro, eleva esta obra sobre la pasión, el poder y el teatro a partir del Ricardo III de Shakespeare.

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En el TNC brilló la Justícia de Guillem Clua protagonizada por Josep Maria Pou, una mirada a 80 años de historia de Catalunya, pujolismo incluido, que ganó el Premio nacional de Literatura Dramática. Y en el propio TNC vuelve a estar en escena la Solitud de Víctor Català llevada a las tablas con buen pulso por Alícia Gorina. Y en la Biblioteca de Catalunya Oriol Broggi volvió con fuerza y muchas cámaras a su autor fetiche, Wajdi Mouawad, con la intensa Assedegats y la belleza y rabia de sus jóvenes protagonistas.

Vertical

Joan Carreras protagoniza 'Història d'un senglar' en Temporada Alta

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Por último, el festival Grec permitió ver La letra escarlata de Angelica Liddell y también el teatro-danza de Peeping Tom, que cautivó con su mezcla de humor oscuro, mirada cinematográfica y mucho misterio en el díptico La puerta ausente y La habitación perdida , ambientada en un barco.

El valor de hacer ópera

Por si a alguien le quedaban dudas, la pandemia ha evidenciado que la ópera es la más compleja de las artes escénicas, cosa por la que los principales teatros del mundo, salvo honrosas excepciones, ni siquiera se han planteado levantar una producción durante estos meses. España y más concretamente el Teatro Real se convirtió en faro internacional al plantarle cara a la Covid y subir a escena La Traviata en plena desescalada estival. 

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También al inaugurar temporada con una producción de Un ballo in maschera a la que se habían practicado retoques para adaptarse a las medidas de seguridad. Sería luego con su excepcional Rusalka cuando el coliseo lírico madrileño haría olvidar que el mundo vivía una pandemia.

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‘Rusalka’, la ópera de Dvorák con montaje de Christoph Loy en el Teatro Rea l

Javier del Real

Paralelamente, el Liceu se marcó un tanto con el debut de Gustavo Dudamel dirigiendo en concierto su primer Il trovatore , un éxito de crítica, que además le descubrió como un gran director de voces. El Gran Teatre ha sufrido las idas y venidas de los niveles de contagios y las medidas decretadas en Catalunya, tanto en Don Giovanni , con que inauguró curso, como en La Traviata de esta Navidad. Y entre lo mejor que ha vivido el teatro en cuanto a ópera -aún sin escenificar- hay que citar el Mitridate, re di Ponto del que Marc Minkowski y Les Musiciens de Louvre hicieron doblete en un mismo día.

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El barítono Christopher Maltman y la soprano Leonor Bonilla en una escena de 'Don Guiovanni' en el Liceu 

Llibert Teixidó

El Palau de Les Arts de Valencia tuvo un gran gesto de normalidad al estrenar en España Fin de partie, de G. Kurtag, considerada la última gran ópera de la escuela del siglo XX. Y como ejemplo de esfuerzo y talento local, la Maestranza de Sevilla estrenó Così fan tutte con montaje de Rafael Villalobos.

Y en Europa alguna cosa si muove : el Festival Donizetti de Bérgamo, por ejemplo, celebró la restauración de su teatro con tres títulos aún sin público. Y en la Ópera Estatal de Berlín, Calixto Bieito ha dirigido un estimulante Lohengrin con el que el tenor Roberto Alagna demostró que a sus 57 años sigue siendo un gran debutante: su primer Wagner se pudo ver en streaming.

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Sol Picó en 'Malditas plumas', un espectáculo que estrenó en Temporada Alta 

Terceros

La danza, de autor

Las compañías de ballet que en algunos países retomaron la actividad van pasando por episodios de cuarentena tras descubrirse algún positivo entre sus filas –la CND acaba de hacerlo–, de manera que este ha sido el año de las compañías de autor. Creadores como Mal Pelo, dedicados a la investigación, han ido en esta pandemia al fondo de la cuestión. Temporada Alta ha canalizado estrenos como el de Rocío Molina (Al fondo Riela), Sol Picó (Malditas plumas) y Lali Ayguadé.

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