Ricardo Darín, estrella reincidente del Tívoli

Ricardo Darín vuelve al Tívoli. Por tercera vez en cuatro años. Con la misma obra. El éxito es tal que no necesita montar otra y además, asegura, Escenas de la vida conyugal , el clásico de Ingmar Bergman sobre las relaciones de pareja, le provoca todavía suficientes turbulencias como para seguir explorándolo. Por espectadores no será. En el Tívoli, donde está desde hoy hasta el día 24 junto a Andrea Pietra, ha logrado llenos totales y taquillas de infarto en las ocasiones anteriores. Y son muchas más de mil localidades. “¿Por qué el éxito del montaje? Bueno –sonríe Darín–, Romeo y Julieta lleva más años todavía, parece que hay conflictos que no desaparecen, son perennes, y además los planteamos en escena sin un dramatismo que no te deje respirar”. Pietra tiene el éxito más claro: “La obra está llena porque a Ricardo le adoran en España, lo veo por la calle”. Pero Darín dice que no es de estrellatos: “Soy un muchacho grande ya y conozco el oficio desde muy temprana edad. Soy hijo de padres actores y eso hace que estés con los pies en la tierra: trabajo, entrega, agradecimiento y alegría por ser un privilegiado haciendo lo que me gusta. Porque lo más difícil para un actor es encontrar estabilidad”. La primera vez que llegó con Escenas de la vida conyugal a Barcelona le acompañaba en escena la actriz Érica Rivas y antes la había interpretado con Valeria Bertuccelli. Ambas acabaron peleadas con él y le acusaron de maltrato. Darín explica sobre las sonadas rupturas escénicas que “aparecieron cuestiones más personales que profesionales, cuando una obra se extiende en el tiempo es difícil que para los integrantes de un elenco signifique lo mismo”. Y afirma que él defiende la pieza “a ultranza” porque cree en ella. Una obra que recorre dos décadas de la vida de una pareja y en la que, afirma, Bergman se permitió un poco más de humor que en la serie original. “Estar atravesada por nosotros, con sangre latina, le ha dado aún más, pero hay un humor intrínseco en ella, ácido y áspero, que tiene que ver con el arrojo de decir ciertas cosas de forma bestial”. Y baraja que “seguro que Bergman se divertiría viéndola... o nos llevaría directamente a juicio”.

“Seguro que Bergman se divertiría con este montaje o nos llevaría directamente a juicio”, afirma el intérprete

Más humor hay en su nueva película, La odisea de los giles , que protagoniza por primera vez junto a su hijo, Chino Darín, y que representa a Argentina en los Oscar. “Habla de la historia de mi país de un modo que sólo es posible 20 años después de un hecho traumático. Hoy podemos tener una mirada más humorística sobre el corralito, que fue un colapso económico pero también humano, con mucho dolor”. Sobre la Argentina actual y la reciente victoria peronista, dice que “el gobierno saliente está llegando a su término y para nosotros es importantísimo”. Otros gobernantes, como De la Rúa, no lograron acabar el mandato. “Somos muy enfervorizados y pretendemos cambios bruscos. Pero estamos aprendiendo y es saludable”, concluye.