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El Prado abre hueco a las mujeres ‘a cuchillo’

Perfomance de María Gimeno

‘Performance’ de la artista zamorana María Gimeno para dar visibilidad a las artistas borradas por el machismo en la Historia del Arte

La artista María Gimeno realiza su performance "Queridas Viejas"

Pedro Martínez de Albornoz

La Historia del arte del austriaco Ernst Gombrich, considerada como expresión escrita del canon en la materia, incluye a una sola mujer, la alemana Käthe Kollwitz, en sus 688 páginas sobre los máximos representantes del mundo de la creación. Ante tal injusticia, la zamorana María Gimeno protagoniza una performance en la que literalmente abre a cuchillo el libro en cuestión a fin de hacer hueco a noventa mujeres artistas de los siglos XI al XX.

La actuación, titulada Queridas viejas y que Gimeno creó y empezó a representar hace cinco años, se escenificará el sábado en el Museo del Prado como actividad complementaria de la exposición Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana. Historia de dos pintoras, muestra dedicada a las dos pintoras italianas más destacadas del siglo XVI.

Bordados de María Gimeno sobre sendos autorretratos de Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana

MUSEO DEL PRADO

La presentación del sábado da continuidad a las dos obras que la propia Gimeno tiene en esa misma exposición, por cierto segunda que el Prado dedica sólo a mujeres en sus 200 años de historia (la primera la celebró en el 2016 con obras de la flamenca Clara Peeters). Se trata en primer lugar de la intervención titulada Habitando ausencias , consistente en sendos bordados de dos autorretratos de Anguissola y Fontana. Gimeno presenta los bordados al revés, “negando los rostros de las retratadas –como la historia hizo con sus obras– a la mirada de quien se sitúa delante de ellos”. Para ver el envés de ambas piezas, el espectador tiene que buscar su reflejo en un espejo colocado a ese efecto. Es “el espejo del tiempo”, dice la autora.

En su performance, Gimeno abre hueco a noventa mujeres dentro de la gran ‘Historia del arte’ del austriaco Ernst Gombrich

La otra aportación de Gimeno dentro de la muestra, al final de su recorrido, se denomina Timeline y es un extenso diagrama con los nombres de cientos de artistas, incluidas setenta y ocho mujeres. Se trata de corregir el relato oficial de la Historia del Arte desde el siglo X hasta 1881, año este último del nacimiento de Picasso y marca temporal designada en su día para fijar la división entre las colecciones del Prado y del Reina Sofía.

Envés del autorretrato de Lavinia Fontana, visible sólo a través del espejo

MUSEO DEL PRADO

La actuación Queridas viejas, que el Prado acogerá a las siete y media de la tarde del sábado en su gran auditorio, persigue la misma meta que Timeline pero de manera más teatral y rompedora. En la performance, la lista de artistas a las que Gimeno abre hueco en el texto de Gombrich –mediante un cuchillo de grandes dimensiones– se inicia con la iluminadora española Ende, primera pintora europea documentada.

La actuación de María Gimeno da continuidad a las dos obras con las que ella misma complementa la exposición dedicada en el Prado a Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana

La inclusión de esta y las otras noventa mujeres seleccionadas por la autora para integrarlas en el libro junto a sus colegas masculinos sigue las cuatro reglas que se impuso Gombrich al escribir el tratado: hablar solo de obras cuya imagen pueda mostrarse; hacer referencia en exclusiva a artistas con trayectoria profesional; mostrar únicamente verdaderas obras de arte, evitando en lo posible criterios personales y limitándose a obras que hayan sido corroboradas por otras historiadoras; y, por último, romper con cualquiera de las anteriores reglas, de considerarlo necesario.