Elon Musk, propietario de Space X y Tesla; y Jeff Bezos, propietario de Amazon y la espacial Blue Origin, están metidos de lleno en una particular carrera: ser los primeros en viajar al espacio. La obsesión por los multimillonarios por conquistar el espacio con el lanzamiento de satélites en una órbita baja para crear una constelación que permita ofrecer internet por satélite en todo el mundo; ha dado un salto, y es que ahora ambos quieren ser ellos mismos los que viajen al espacio exterior. Pero claro, sabiendo lo que sabemos de cada uno de ellos, uno se para a pensar en si estarán preparados para la tarea.
Porque, ¿sabías que un total de 569 personas de 41 países diferentes han ido al espacio? Parecen muchos, vista la cifra, pero ese medio millar representa a los casi ocho billones de personas que hay en nuestro planeta; y eso, refiriéndonos a que hayan salido del planeta Tierra con ‘ir al espacio’, sin meternos en el tipo de misión. Son pocos, muy pocos; unos elegidos para uno de los trabajos más cotizados del mundo: explorar el espacio exterior.
Pero, ¿cómo se llega a astronauta? ¿Pueden cualquiera aspirar a cumplir el sueño de tantos? Para convertirte en astronauta de la NASA (o cualquier otra agencia espacial), normalmente se requieren una serie de cualidades de los candidatos, que se someten a un proceso de selección muy estricto y que explica por qué solo unos pocos consiguen el objetivo final, que en cada proceso resulta en 8-10 elegidos.
Para empezar, si uno quiere ser considerado para unirse al programa de astronautas de la NASA, tiene que ser ciudadano estadounidense, o al menos, poseer la doble nacionalidad. Tras cumplir ese primer requisito, la agencia espacial norteamericana pide otros tres que el candidato habrá de poseer como mínimo: primero, tener un grado y máster universitario obligatorio en ingeniería, biología (y derivados), ciencias, informática o matemáticas. Segundo, han de poseer más de 1000 horas de experiencia como pilotos, o poseer tres años de experiencia relacionada con el pilotaje, incluyendo como docente; también experiencia en operaciones y situaciones que requieran mucho estrés, como rescates en zonas remotas. Para terminar, los aspirantes deberán pasar con éxito el examen físico de NASA, en el que tendrán que demostrar cualidades como una visión perfecta.
Sorprendentemente, los encargados del proceso de selección prestan mucha atención a lo que los candidatos incluyen como ‘aficiones’. Cuanto más creativos y originales, más probabilidades tendrán de pasar a la siguiente fase. ¿El motivo? Encontrar a gente que no solo sepa actuar bajo presión, sino que también sepan sacar partido al tiempo en misiones de muy larga duración.
También sorprende otro detalle: no existen limitaciones por edad. Obviamente, los aspirantes deberían ser mayores de edad para poder tomar decisiones libremente, pero no está especificado en la normativa. Las edades de los aspirantes van desde los 26 a los 46 años, inclusive, lo que demuestra que la edad no importa demasiado. Es más, si pensamos en cómo el astronauta John Glenn, primero en completar la órbita de la Tierra, volvió al espacio a los 77 años, se demuestra que todo es posible.
Eso sí, siempre que cumplas con los requerimientos a nivel físico. NASA pide que los candidatos puedan llevar el traje espacial (de tallaje único y diseñados para hombres, recordemos la polémica con los trajes para la primera expedición femenina, que tuvo que ser cancelada ante la falta de vestimenta adecuada), y puedan moverse con libertad dentro de lo posible en las diferentes cápsulas espaciales, ya que dependiendo de las misiones, se busca un tipo de astronauta (un ejemplo es la cápsula espacial rusa Soyuz, que requiere una altura y peso muy estricto, al ser muy estrecha y compacta).
Para ser seleccionado por la NASA no hay límite de edad
En el caso de la Agencia Espacial Europea (ESA), su último proceso de selección (el tercero desde su fundación en 1975), finalizado el pasado 28 de mayo, llamó la atención por un requisito particular: buscaba especialmente mujeres. En la historia de la agencia solo ha habido tres mujeres astronautas, y solo una de ellas, la italiana Samantha Cristoforetti, sigue en activo. Para ser elegido, se requería pasar seis fases, entre las que se incluyen exámenes médicos,evaluaciones psicológicas. Los candidatos ‘ideales’ suelen tener entre 27-37 años, son ciudadanos de la Unión Europea o estados asociados, tienen un máster y al menos tres años de experiencia en ciencias, medicina, ingeniería, matemáticas o informática; son capaces de hablar inglés a nivel avanzado y a nivel intermedio en otras lenguas no nativas.
Así que ya sabes, si reúnes los requisitos, siempre podrás probar suerte. De momento, desde la agencia espacial hay planes de volver a la luna en 2024, además de las ansiadas expediciones a Marte en un futuro no muy lejano.