El lenguaje no solo es una herramienta de comunicación, sino que también tiene un impacto profundo en nuestra forma de pensar, sentir y actuar. Según el doctor Mario Alonso Puig, reconocido conferenciante y especialista en desarrollo personal, las palabras que usamos a diario pueden afectar nuestra percepción de la realidad y nuestro bienestar emocional.
Durante su intervención en Herrera en COPE, el experto explicó cómo ciertos términos pueden condicionar nuestra actitud ante la vida, aumentando el estrés y generando una sensación de impotencia. Por ello, recomienda eliminar del vocabulario una palabra y una expresión en particular, ya que considera que fomentan una mentalidad negativa y limitante.
La palabra que deberías dejar de usar
Mario Alonso Puig advierte sobre el uso de la palabra “pero”, una conjunción que puede invalidar todo lo positivo que se haya dicho antes en una conversación.

Mario Alonso Puig en una publicación reciente
Por ejemplo, si alguien dice: “Me encanta mi trabajo, pero...”, inmediatamente lo que sigue suele ser negativo, anulando lo anterior.
Solución. El doctor sugiere reemplazar “pero” por “y además”, ya que esta pequeña modificación cambia el enfoque de la frase y mantiene un tono más constructivo. “Me encanta mi trabajo y además quiero seguir creciendo profesionalmente.”
Este simple cambio evita el efecto negativo del “pero” y transforma la comunicación en algo más positivo y motivador.
La expresión que debes erradicar de tu vida diaria
Otra recomendación clave de Mario Alonso Puig es eliminar la expresión “es que”, ya que coloca a la persona en una posición de víctima de las circunstancias.

Mario Alonso Puig en una de sus intervenciones
Ejemplo. Frases como “Es que hace mucho frío”, “Es que mi jefe no me deja avanzar”, o “Es que mi pareja no me entiende”, generan una sensación de impotencia y falta de control.
Solución. En su lugar, el doctor sugiere reemplazarla por “hay que”, ya que esta expresión invita a la acción y a la búsqueda de soluciones:
- “Hay que abrigarse bien para no pasar frío.”
- “Hay que buscar maneras de mejorar la relación con mi jefe.”
- “Hay que hablar con mi pareja para entendernos mejor.”
Este cambio de perspectiva activa una mentalidad proactiva y ayuda a encontrar soluciones en lugar de quedarse atrapado en la queja o la pasividad.
El impacto del lenguaje en nuestra química cerebral. El doctor Mario Alonso Puig también explicó cómo el lenguaje afecta la química del cerebro. Durante su etapa como cirujano en Boston, conoció un estudio que demostró que las palabras negativas aumentan los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Por el contrario, cuando se utilizan términos positivos y motivadores, el cuerpo reduce la producción de cortisol y aumenta la adrenalina, que nos impulsa a la acción. Por ejemplo, en lugar de decir “tengo un problema”, el experto recomienda decir “tengo un desafío”, ya que el cerebro reacciona de forma diferente ante ambos conceptos.
Vía Herrera en COPE