Kennebec, Agria, Monalisa... ¿Qué patata va mejor con cada receta?

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La Monalisa, por ejemplo, da buenos resultados para freír y para tortilla porque absorbe poco aceite

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Patatas en una cesta

El momento de recolección también se usa para clasificar estos tubérculos 

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No hablaremos aquí de las 150 variedades de patatas que se cultivan en España, que son apenas unas pocas de los miles de tipos que existen de este tubérculo, quizás el alimento más popular del mundo que se produce a nivel global.

Se trata de un tubérculo, es decir, la raíz de una planta, que crece bajo el suelo. Ahora casi todas las patatas que encontramos en el mercado suelen presentarse lavadas, pero no es extraño que algunas variedades, sobre todo las de recolección tardía, tengan restos de tierra, que por otra parte, ayuda a conservarlas.

Agricultor recolectando patatas

Agricultor recolectando patatas 

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Originaria de Perú, llegó a Occidente de la mano de los conquistadores españoles en el siglo XVI, aunque no se empezó a consumir como alimento hasta un par de siglos después, ya que se consideraban no comestibles.

Fue gracias al agrónomo y nutricionista francés Antoine-Agustin Parmentier, que, convencido de que ese alimento podía ayudar a paliar el hambre de las clases bajas en su país, consiguió con mucho esfuerzo que se levantaran las leyes que prohibían su cultivo. Esta iniciativa le valió el pequeño homenaje de dar su nombre a la crema de patatas con leche y mantequilla, o lo que es lo mismo, el puré a la francesa.

El momento de la recogida

Al margen de la variedad, hay otras características en las que los expertos se han puesto de acuerdo para clasificar las patatas. Una de ellas es el momento de recolección que, sea de unas u otras variedades, se acaban produciendo a lo largo de todo el año. Lo más habitual es hablar de patatas nuevas o viejas, pero el asunto es algo más complejo.

Las primeras, o precoces, se recogen entre el 15 de enero y el 15 de abril. Entre marzo y junio llegan las tempranas, que se llaman así porque se obtienen antes de haber alcanzado la maduración completa. Esto es importante ya que provoca que tengan más contenido en agua, lo que hace que se estropeen con relativa rapidez. Suelen ser pequeñas y lisas de piel, con la carne más húmeda, compacta y un ligero sabor dulzón.

Las patatas tempranas tienen más contenido de agua y se estropean con mayor rapidez

Son más propias de zonas costeras mediterráneas, que son los primeros lugares donde se recolectan. Luego llegan las gallegas, principalmente de A Coruña. Spunta y Monalisa son las variedades más frecuentes en esa época del año.

Las de estación, o semitardías, alcanzan su punto de maduración entre junio y finales de verano. Son más grandes y secas que las tempranas, pero no tan sabrosas como las que se recolectan más tarde. Más versátiles en la cocina, proceden de regiones de interior, donde existe una producción importante, sobre todo en Castilla, La Rioja, Lugo y Orense, aunque en menor proporción se cultivan prácticamente en toda España.

Dos personas comprando patatas

Las patatas son un producto muy accesible 

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Las variedades principales son las Kennebec y Red Pontiac. En casa pueden mantenerse hasta un mes sin que se estropeen ni les aparezcan puntos de germinado.

De esas mismas variedades se obtienen las tardías, que se recogen después, sobre todo en zonas más cálidas. Llegan a los mercados a partir de otoño y hasta mediados de enero, pero pueden mantenerse hasta la primavera. Tienen la piel más gruesa y arrugada, porque han superado el momento de maduración. Por ese motivo tienen menos agua, un sabor más intenso y mayor proporción de almidón o fécula.

Conocer por lo menos algunas variedades facilita el cocinado, porque unas son más adecuadas para hervir, otras para guisos o para freír, aunque la mayoría son bastante versátiles y sacan de cualquier apuro culinario.

Las patatas tardías llegan a los mercados a partir de otoño

No se eligen unas u otras por capricho o porque nos guste más o menos su aspecto. Su comportamiento en la cocina depende básicamente de la proporción entre el agua, la fécula (o almidón) y los azúcares de su composición. Y según estos parámetros unas quedarán más ricas cocidas, mientras otras darán su mejor versión fritas o en tortilla.

Estas son algunas de las variedades más frecuentes o peculiares:

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