Pollo asado al horno: los peores errores que puedes cometer en la receta
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“Pollo asao, asao, asao, asao, con ensalada, buen menú, buen menú, buen menú señor”. Es lo que dice la canción del grupo humorístico Golden Apple Quartet para describir las cualidades del plato dominical por excelencia en muchas casas. Una receta sana, barata y fácil de preparar que gusta tanto a grandes como a pequeños. Un “buen menú”, como dice la canción, que nos asegura salir airosos de cualquier situación.
Pero ojo, porque aunque la receta sea la mar de sencilla, hay que andarse con cuidado con esos pequeños detalles que pueden hacer que el pollo nos quede más seco que la mojama o que no tenga sabor alguno. Te explicamos los cinco errores que más solemos cometer.
1. Sacar el pollo de la nevera pocos minutos antes de cocinar
Si lo haces así ya empiezas mal. “Hay que sacarlo de la nevera mínimo 3 horas antes”, explica el cocinero Jordi Vilà, al frente del restaurante más hermoso del mundo –Alquimia, en Barcelona, que en 2017 recibió el premio internacional al mejor restaurante de diseño SBID 2017– y de Al Kostat, la cara B de Alkimia a tan solo unos pasos del comedor.
“No hay que tener miedo a sacarlo de la nevera antes de tiempo”, continúa el chef, quien explica que “no se va a poner malo de ninguna manera” y que este sencillo detalle sí que va a influir en que se ase mejor. “La trasmisión de la temperatura será mucho más progresiva al cocinarlo”, dice Vilà, por lo que la carne nos quedará mucho más tierna al no pasar bruscamente de frío a calor.
2. Poner el horno a la máxima potencia
Iremos más rápidos sí, pero las prisas en la cocina nunca son buenas. Lo sabe bien Eugeni de Diego, ex director del BulliLab y chef de A Pluma, un pequeño local de Barcelona en el que los pollos a l’ast son los protagonistas.
De Diego recomienda poner el horno a 180ºC y dejar que el pollo se vaya cocinando a su ritmo. Tardará unas dos horas pero quedará “tierno y meloso” porque “la carne del pollo solo se cuece cuando llega a 74ºC en su interior”, dice el cocinero. Hacerlo rápido y con el turbo del horno puesto es la principal razón por la que a veces el pollo asado queda más seco que la mojama.
3. Asarlo con la pechuga hacia arriba
La posición del pollo en la bandeja también es importante. Nos lo confiesa Jordi Vilà, quien además nos revela su gran secreto: “El pollo hay que asarlo con la pechuga hacia abajo porque así sus jugos internos precipitan hacia abajo y queda mucho más tierno”, dice el cocinero, añadiendo que en los últimos 10 minutos es cuando hay que darle la vuelta para que se tueste bien por arriba.
Este cocinero también es contrario a las prisas y al uso del turbo: “Es un calor ventilado que lo único que hace es resecar. Ningún ingrediente dentro del horno lo agradecerá”, añade.
4. Sazonarlo mal
Nada de esparcir un poco de sal por encima minutos antes de cocinar, al pollo antes de asarlo hay que sazonarlo como Dios manda. “La sal tiene que penetrar bien en las carnes si queremos que quede sabroso”, dice el cocinero de Alquimia, ya que sino la sal se queda en la corteza y se tuesta al asar. No olvidemos tampoco que el pollo en sí mismo es “un ingrediente bastante soso e insípido”, recuerda De Diego.
¿Y cuál es la técnica para sazonarlo como Dios manda? “Salpimentarlo un día antes”, afirma Vilà. Simplemente se trata de dejarlo en sal marinando, por ejemplo durante una noche, para que la sal penetre. Un truco muy fácil para el que solo se necesita un poco de previsión.
5. Trincharlo mal
Parece una tontería, pero cortarlo y servirlo mal después de todo el trabajo es un pecado. Por eso, De Diego nos ofrece una serie de consejos a la hora de trincharlo: “Hay que empezar cortando las pechugas y, una vez separadas, pasar a la parte de la espalda que ha quedado sujeta”.
El siguiente paso es cortar por esa parte de la espalda para separar el pollo en dos, “pechuga y pata”. Una vez se separa el hueso que une a estas dos partes el pollo quedará separado en cuartos, que a su vez se pueden cortar por la mitad. Con estos consejos, y una buena tijera corta aves, no lo volverás a destrozar.