Los tomates son uno de los productos estrella del verano. Desde el ingrediente perfecto para añadir a una ensalada hasta la base de algunas sopas frías como el gazpacho y el salmorejo. Estas dos últimas se pueden elaborar de mil maneras, pero en ellas el tomate no es opcional.
Hay quienes escaldan o pelan el tomate antes de licuarlo con los demás ingredientes cuando se lanzan a prepararlas. Lo más seguro es que las pieles restantes terminen en la basura, como cualquier otro desecho de cocina. Pero si buscamos reducir el desperdicio alimentario, un buen truco para aprovechar este ingrediente en su totalidad es secar las pieles del tomate para luego pulverizarlas.
El tomate es uno de los grandes protagonistas del verano
El polvo que resulta al secar la piel del tomate, "lo puedes echar por encima de los macarrones, por las patatas, por donde quieras", explica Conchita Polo (@maximiliana.es), quien recientemente publicó un vídeo en TikTok donde enseña su receta tradicional de salmorejo, mientras aprovecha las pieles de los tomates que utiliza.
Una vez pelados los tomates, el procedimiento a seguir es bastante fácil: "esa piel se guarda, se mete al horno a 150º durante 15 minutos y te queda churruscadita", explica. Luego solo es necesario pasar las pieles tostadas por un mortero para pulverizarlas y así convertirlas en polvo de tomate.
La cocina de aprovechamiento nos ayuda a ser más sostenibles y desperdiciar menos alimentos. Puedes conservar este polvo de tomate en un recipiente hermético y utilizarlo como potenciador de sabor en tus preparaciones, como salsas, pasta e incluso en el mismo salmorejo.
Lee también
