¿Tienes rosácea? Combátela con estos alimentos
Materia prima
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La rosácea es una dermatosis crónica que afecta aproximadamente a un 10% de la población. Pese a que no suele tener repercusiones graves para la salud de quienes la padecen, sí que puede suponer una carga emocional a causa de su dimensión estética. Así lo señala el artículo 'Rosácea: revisión y nuevas alternativas terapéuticas', realizado por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), que destaca la importancia de que el médico de familia conozca las múltiples opciones de tratamiento disponibles y pueda derivar al dermatólogo a aquellos pacientes que puedan beneficiarse de sesiones de láser u otros tratamientos específicos. "Se debe explicar al paciente las características de su enfermedad en lo relativo a cronicidad, factores desencandenantes, etc., lo cual reduce frustraciones, falsas expectativas y ansiedad", señala el estudio.
Según la doctora Cristina Villegas, jefa del servicio de Dermatología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja, "la rosácea es una afección cutánea que consiste en un proceso inflamatorio crónico que se manifiesta en forma de enrojecimiento, hinchazón, dilatación de vasos sanguíneos y en casos más severos pústulas. Afecta a la cara, principalmente nariz y mejillas, y suele originar brotes de lesiones de forma recurrente. Su origen es desconocido, aunque el estrés y otros factores ambientales, alimentarios, infecciosos y hereditarios pueden influir en su aparición". Aunque puede darse en el conjunto de la población, la doctora destaca que suele ser más habitual en mujeres de entre 35 y 50 años.
Entre los condicionantes que pueden llevar a un agravamiento de los síntomas encontramos "los cambios hormonales, los cambios bruscos de temperatura, la exposición al sol, algunos medicamentos vasodilatadores, alimentos muy especiados o picantes, las bebidas alcohólicas y, sobre todo, él estrés", explica Villegas. En este sentido, la doctora recomienda a cada paciente aprender a reconocer los factores desencadenantes para evitarlos en la medida de lo posible. Recuerda, además, que existen diferentes tratamientos para la rosácea, "que deben ser siempre individualizados en función de la fase de la enfermedad y de la gravedad de las lesiones". En este sentido, "son de mucha utilidad los antibióticos orales y tópicos, así como el metronidazol aplicado de forma regular en las lesiones. Otro fármaco que podemos utilizar es la ivermectina tópica, y en casos mas resistentes la isotretinoina oral a dosis bajas. La luz intensa pulsada es muy útil para tratar las dilataciones vasculares", concluye la dermatóloga.
La doctora insiste en la necesidad de reducir el estrés, de evitar los cambios bruscos de temperatura y la exposición al sol directa, empleando siempre una crema de fotoprotección con textura no grasa. En cuanto a la alimentación, como consejos generales Villegas recomienda "evitar las comidas muy especiadas o picantes, así como las comidas y bebidas muy calientes y las bebidas alcohólicas, además de reducir los alimentos con chocolate". Por el contrario, entre los alimentos que las personas con rosácea deben introducir en la dieta para mejorar la sintomatología encontramos los siguientes:
Sardinas
Los pescados azules como sardinas, caballa, salmón o atún son muy recomendables para las personas que padecen rosácea gracias a su alto contenido en ácidos grasos omega 3 y omega 6. Lo explica Isabel Sánchez, nutricionista de BluaU, de Sanitas: "La dieta de las personas que padecen rosácea está orientada a disminuir la inflamación cutánea por lo que siempre se recomienda apostar por alimentos antiinflamatorios, especialmente si son ricos en omega 3 y 6". En esta categoría encontramos, además de los pescados azules, otros alimentos "como las nueces, las semillas de lino, de calabaza o los aceites vegetales como el de girasol o el de maíz", continúa la nutricionista.
Agua
Sánchez afirma que es fundamental un correcto aporte de agua para garantizar la hidratación cutánea. Esta debe ser siempre la bebida de elección, que podemos consumir directamente o en forma de sopas o infusiones, siempre asegurándonos de no consumir estas últimas excesivamente calientes. "Todos los alimentos y bebidas muy calientes tienen un efecto vasodilatador, de manera que pueden agravar los síntomas de la rosácea, por lo que conviene evitarlos en la medida de lo posible", explica la especialista.
Almendras
Son ricas en vitamina E, un antioxidante fundamental para prevenir el desarrollo de la rosácea. Otros alimentos ricos en esta vitamina son los cacahuetes, los pistachos, el aguacate y los aceites vegetales, así como espinacas, espárragos y avellanas. Diversos estudios han relacionado el consumo de vitamina E con el alivio de enfermedades dermatológicas como el eccema o la psoriasis, aunque de momento no existe evidencia científica de que esta actúe contra el cáncer de piel, las estrías o las cicatrices y heridas de acné, entre otros.
Naranjas
La vitamina C es uno de los antioxidantes más presentes en nuestra alimentación y uno de los que presentan también mayores beneficios para la salud dermatológica. Se encuentra en alimentos como fresas, kiwis o, sobre todo, pimiento rojo, aunque conviene obtenerla siempre de aquellos alimentos de temporada, como es el caso de naranjas y mandarinas en esta época del año.
Cacahuete
Las vitaminas del grupo B pueden ayudar a reducir la rosácea. Según un artículo de Jaime Piquero Martín, dermatólogo del Hospital Vargas de Caracas, concretamente la vitamina B3 es un potente antiinflamatorio que "mejora la función de la barrera y disminuye en un 2% la excreción sebácea", cosa que puede mejorar los síntomas de la rosácea. Otros alimentos ricos en vitamina B3 son el atún, el pollo, el cordero o el salmón, entre otros.
Ostras
Es uno de los alimentos más ricos en zinc, un mineral que contribuye a la buena salud de la dermis, que encontramos también en la carne roja, el huevo, el germen de trigo, los crustáceos, el hígado o las pipas de calabaza. La nutricionista de Nutricionistas Barcelona, Marta Abardia, señala que el zinc "actúa en múltiples funciones y, dado que su capacidad de almacenamiento en el cuerpo es muy limitada, conviene tomar una dosis suficiente en la dieta diaria". La experta recuerda que en los países desarrollados no suele darse una deficiencia de zinc, pero señala que "un tercio de la población mundial vive en países identificados por tener un alto riesgo de deficiencia de este mineral", explica la experta.
Huevo
Sánchez recuerda, por último, que para mejorar la rosácea conviene introducir en la dieta alimentos ricos en selenio. El huevo presenta 192 microgramos de este mineral por cada 100 g, lo que cubre se sobras los requerimientos diarios. Además del huevo, otros alimentos que contienen selenio son el marisco, el arroz, el trigo, la carne de cerdo y las nueces de Brasil, entre otros.