Ajo crudo: descubre los nutrientes que se necesitan para subsistir
Ajo
Es un alimento perfecto para incluir en la dieta, pero algunos de los efectos que se le atribuyen, como su potencial anticancerígeno, aún no están probados científicamente
Ajo: propiedades, beneficios y valor nutricional
El ajo es un alimento tradicional de nuestra gastronomía y su consumo aporta beneficios para la salud. Fundamentalmente porque es muy nutritivo, ya que contiene minerales y vitaminas como el manganeso, vitaminas B6 y C, selenio, calcio, cobre o potasio, por señalar algunas. Lo cierto es que tiene rastros de prácticamente todo lo que se necesita para subsistir, aunque en cantidades ínfimas. Tiene pocas calorías y se aconseja incluirlo en el marco de una dieta equilibrada.
Además, contiene alicina, con propiedades antibióticas. Pero eso sí, tampoco hay que creerse todos los supuestos milagros que se le atribuyen. Se suele decir que combate el colesterol, favorece el sistema inmunitario, reduce la presión sanguínea, es antiinflamatorio, evita resfriados, mejora el asma, adelgaza y que, incluso, tiene efectos anticancerígenos.
Valor nutricional del ajo crudo por cien gramos
- Energía: 149 Kcal
- Grasa Total: 0 g
- Carbohidratos: 33,1 gr
- Colesterol: 0 mg
- Sodio: 17 mg
- Agua: 58,58 mg
- Proteína: 6,36 g
Una cosa es que el ajo sea un alimento interesante a la hora de incluirlo en la dieta y otra que tomar un ajo crudo por las mañanas vaya a curar todos los males. De hecho, estudios como este llevado a cabo en Vancouver -en el que se analiza sus propiedades frente a enfermedades cardiovasculares- concluye que “no existen evidencias suficientes para determinar que el ajo proporciona beneficios terapéuticos en términos de reducción del riesgo de mortalidad y morbilidad cardiovascular en pacientes diagnosticados con hipertensión”.
Y según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, sus potenciales beneficios el cáncer no son irrefutablemente concluyentes y es preciso seguir investigando.
Propiedades y beneficios del ajo crudo
1Es un potente anticoagulante. Contribuye a diluir la sangre y previene la trombosis.
2Tiene efectos antibacterianos. Puede ser efectivo contra numerosas bacterias, entre ellas la salmonela y la escherichia-coli.
3Es antifúngico. Reduce la necesidad de oxígeno de algunos hongos, lo que ralentiza su crecimiento
4Reduce el colesterol malo. Consumir entre medio y un gramo al día produce un ligero descenso en los niveles de este colesterol.
5Actúa sobre la presión sanguínea. El sulfuro que contiene este vegetal relaja y mejora la elasticidad de las venas y permite un paso más fluido de la sangre.
6Es antioxidante. Los extractos de ajo contienen sustancias antioxidantes que pueden ayudar a prevenir enfermedades degenerativas.
7Tiene propiedades antitóxicas. En dosis elevadas, los sulfóxidos del ajo son una barrera contra la toxicidad de los metales pesados.
8Antiviral. En investigaciones in vitro se ha establecido que tiene alguna actividad contra la gripe.
Se sabe que comer ajos crudos no tiene contraindicaciones importantes en dosis normales, excepto para personas a quienes produce irritación de estómago o alergia, pero se advierte que puede contrarrestar el efecto de medicamentos para la circulación sanguínea (es un potente anticoagulante) y también se ha determinado que puede disminuir la efectividad de fármacos como el saquinavir, utilizado en el tratamiento del VIH.
Comer ajo en ayunas que tiene los mismos efectos tomado a cualquier hora del día, pero no sirve de mucho si se traga entero. Lo correcto es machacarlo o, mejor aún, cortarlo en finas láminas y, si se quiere suavizar un poco el sabor, mezclado con aceite de oliva, de lino, nuez o coco. Esto se debe a que sus principales virtudes terapéuticas provienen de la alicina, un componente que no está en el ajo, sino que sólo se libera cuando la aliína, un aminoácido azufrado que si está presente en él, entra en contacto con el oxígeno. Tiene también otras sustancias, muchas de las cuales actúan en simbiosis con esta.
Algunos de sus principios activos se encuentran en los extractos que se venden en tiendas naturistas y herbolarios, pero los efectos son distintos según el método por el que se han obtenido. El más parecido al natural es el prensado en frío, aunque para algunos usos se requiere una cierta temperatura.
Otra de sus características es que es la alicina -el contenido medio en el jugo del ajo es de 4 miligramos por gramo- es muy volátil y su efecto tan inmediato que en apenas segundos llega a los pulmones, y por eso se considera apropiado para tratar infecciones respiratorias. Es incluso capaz de atravesar la piel y alcanzar los capilares sanguíneos. Se puede experimentar fácilmente en casa, comprobando cómo después de ponerse unos dientes pelados en los pies y en contacto con la piel, se nota su sabor en el paladar en unos instantes.
Ajo
La alicina es muy volátil y su efecto tan inmediato que en segundos llega a los pulmones, y por eso se considera apropiado para tratar infecciones respiratorias
Los componentes sulfóxidos, entre ellos la aliína, que son los que le proporcionan sus característicos olor y sabor, entran en el organismo a través del tracto digestivo y según los expertos tienen un potente efecto biológico.