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Los insectos que no sabes que te estás comiendo: hasta un kilo al año

Materia prima

Los consumimos de forma rutinaria en frutas, verduras o harinas

El debate sobre comer o no insectos viene de lejos. Cuando hace cinco años la FAO publicó un estudio recomendando incluirlos en la dieta para combatir el hambre en el mundo, muchos pusieron el grito en el cielo. El hecho es que más de 2.000 millones de personas toman insectos por la alta cantidad de proteínas y minerales que contienen, además del impacto ambiental positivo que tiene su consumo.

En este tema –como en muchos otros-, Europa va un paso atrás respecto a Estados Unidos. No ha sido hasta este 2018 cuando se ha dado luz verde a la comercialización de insectos de forma abierta. En México les debe dar la risa leyendo esta noticia, su cocina incluye desde tiempos milenarios platos con chapulines, hormigas o huevas de mosca.

Pues bien, aunque no nos lo creamos también aquí comemos insectos cada día. “Los consumimos de manera rutinaria, en nuestra dieta, porque es casi imposible hacerlos desaparecer de las frutas, verduras, harinas…”, cuenta a Comer Javier Morallón, profesor de biología y experto en tecnología alimentaria.

“La agricultura no se da en un entorno aséptico. Cuanto más ecológica y libre de productos químicos es, más insectos contendrán los productos, aunque no los veamos”, escribía este especialista en un artículo sobre el tema e+n el Diario Sur. Según datos de la FDA (Food and Drug Administration) de los Estados Unidos, se calcula que consumimos, sin darnos cuenta, entre 453 y 907 gramos de insectos al año.

Como la agricultura no se da en un entorno aséptico, podemos llegar a consumir 900 gramos de insectos al año

Mujer comiendo ensalada

Happycity21 / Getty

“Este organismo marca unos límites sobre cuantos insectos pueden contener los alimentos”, cuenta Morallón. Pongamos algunos ejemplos. El brócoli congelado puede contener algunos pulgones o ácaros; el chocolate, exoesqueletos de insectos. “227 mililitros de zumo de naranja pueden contener legalmente cinco moscas de la fruta y 100 gramos de espinacas congeladas, 50 ácaros, pulgones y un poco de oruga”, escribe este especialista.

Pero el sorprendente listado de insectos que admite la FDA en los alimentos contiene otras curiosidades. Para el zumo de tomate el límite son cinco huevas de mosca y un gusano por cada vaso pequeño de zumo o 100 gramos. En las setas dan más libertad: 20 gusanos por cada 100 gramos de champiñones escurridos o por 15 de setas secas.

Surtido de setas

Flickr / Ferran Pestaña

En Europa estamos lejos de este punto de legislación sobre los insectos permitidos legalmente en productos de origen vegetal. “Cuando hay un tema sobre el que no se ha regulado, normalmente nos dejamos llevar por la FDA, que es como la hermana mayor”, apunta.

¿Debe preocuparnos, tomar esas pequeñas cantidades de insectos que en Estados Unidos ya recoge la ley? “En absoluto. Nuestro sistema digestivo tiene muchos mecanismos de defensa y esos insectos suelen estar en alimentos procesados con tratamientos térmicos. Si hubiera cualquier posible riesgo de infección, en los tratamientos habría desaparecido”. Más bien al contrario que preocuparnos, “se trata de proteína extra, no contábamos con ella”.

“No debe preocuparnos esta cantidad de insectos que comemos sin saberlo. Se trata de proteína extra. No contábamos con ella”

Algunas culturas tienen como alimento habitual la ingesta de insectos y arácnidos, lo consideran un plato delicioso

Getty

Recordemos que según los estudios nutricionales sobre los insectos, contienen hasta un 40 o 50% de proteínas, una cifra muy elevada en comparación con la carne de ternera –por poner un ejemplo-. “Las proteínas de los insectos no son de tanta calidad como las de los huevos o la carne, pero se trata de un perfil de aminoácidos muy interesante”, nos explica Javier Morallón. Un kilo de insectos tiene más materia alimenticia aprovechable que un kilo de pollo.

Se vuelve a abrir el debate sobre la cuestión cultural: si una ostra cruda o un caracol nos parece una delicia, ¿por qué no un saltamontes? “Entre las 1.600 especies comestibles documentadas, seguro que encontraremos alguna que nos agrade al paladar”.