En Barcelona, donde se cruzan culturas, lenguas y acentos de todo el mundo, la Navidad adquiere un matiz especial. Cada rincón de la ciudad refleja la multiplicidad de costumbres que sus habitantes traen consigo y, aunque muchos desearían estar en sus hogares de origen, la magia de la gastronomía se convierte en el puente perfecto para acercarlos a sus raíces.
“Muchos clientes me han dicho que sabe a México y es mi bebida favorita”, afirma Dulce González, dueña de la pastelería mexicana Casa Dulce. El ponche navideño, disponible en su pastelería solo durante estas fechas, es una de las tradiciones culinarias más típicas de México. “No hay casa donde no se beba”. Caliente y aromática, combina frutas de temporada, especias y piloncillo (azúcar sin refinar). “La versión original lleva canela en rama, flor de Jamaica (hibiscus), tamarindo, guayaba, manzana, caña de azúcar entera y tejocote”, explica Dulce, quien ha logrado replicar la receta casi idéntica a la que preparaba su abuela. La ausencia de tejocote en Barcelona la ha llevado a sustituirlo con piel de cítricos. El ponche suele servirse con trozos de fruta de la cocción, y no falta quien le agregue un piquete –un chorrito de tequila– para darle un toque extra festivo.
En Suecia, los bollos de Sankta Lucia o ‘Lussekatt’ son un símbolo de la Navidad
Jesper Bengtsson, originario de Suecia, lleva 13 años viviendo en Barcelona y ya tiene perfectamente claro dónde encontrar los ingredientes necesarios para replicar sus platillos navideños favoritos. Uno de ellos es el sill , un arenque marinado que se sirve acompañado de diversas salsas, como mostaza dulce, crema agria con cebollino, o remolacha. “La comunidad sueca está muy triste por el cierre de Pappa Sven”, el único restaurante que, según Bengtsson, ofrecía un auténtico bufet navideño sueco. Sin embargo, aún se pueden encontrar tres lugares en Barcelona donde conseguir productos típicos. El primero es Ikea, que, además de muebles, ofrece una selección de alimentos tradicionales y un menú especial durante la temporada navideña. El segundo es El Sueco, un supermercado especializado en productos escandinavos que cuenta con comida congelada lista para disfrutar.
Por último, se encuentra Fiket, una pastelería en Sant Gervasi. Allí se pueden degustar los bollos de Sankta Lucia o Lussekatt . Estos panes de azafrán en forma de espiral son un símbolo de la Navidad en Suecia. Fiket ofrece otros clásicos como el kanelbulle , el popular bollo de canela que, aunque no es exclusivo de las fiestas, se disfruta especialmente durante la temporada, y galletas de jengibre ( pepparkakor).
Se acerca el 25 de diciembre y una larga fila de clientes comienza a formarse fuera de Bendito Pecado, una panadería especializada en platillos venezolanos. Durante las fiestas navideñas, allí predominan los platos salados, siendo el pan de jamón el más solicitado. “Están rellenos de jamón braseado, beicon, olivas y pasas”, explica su dueño, Johanns Bermúdez. “Durante el resto del año se vende muy poco, quizás uno por encargo, pero ahora siempre los tenemos disponibles, ya que la gente viene específicamente a pedirlos”. Allí también se consiguen las hallacas , rellenas de carne, pollo y cerdo, acompañadas de aceitunas, pasas, alcaparras y un guiso. Todo esto se envuelve en una base de masa de harina de trigo y se cubre con hojas de plátano. También es tradicional la ensalada de gallina, similar a la ensaladilla rusa, pero con pollo y manzana. “Estos forman nuestro plato navideño, y lo acompañamos con un dulce de papaya, que en Venezuela llamamos lechosa ”.
En Inglaterra, es tradición rociar el pudding con brandy y prenderle fuego
Las navidades son sinónimo de hogar y para Nicole Ramiro ese hogar está lleno de sabores de Alemania. “Me formé en una escuela alemana y, sin importar a dónde vaya, siempre busco esos productos para celebrar la Navidad como en casa”. Entre sus imprescindibles se encuentran el Spekulatius (unas galletas especiadas), el Lebkuchen (pan de jengibre) y el Stollen (pastel de frutas secas y pasas, cubierto con azúcar glas). Para complementar estos dulces, nada mejor que un buen Glühwein , un vino caliente y especiado que se convierte en el compañero perfecto para las noches frías. Esta bebida tradicional alemana se puede encontrar en el restaurante Devil’s Kitchen en Hostafrancs.
Camilla Parker Bowles, reina consorte de Inglaterra, celebró recientemente el espíritu navideño al ayudar a encender un Christmas pudding durante una comida solidaria. “¡Sujétense el cabello!”, dijo mientras vertía generosas cantidades de brandy sobre el postre, antes de prenderle fuego. La tradición se remonta a la Edad Media, cuando se preparaba un pudín de carne, pero con el tiempo evolucionó hasta convertirse en un pastel de frutas secas y especias, cocido al vapor. En Barcelona, se puede adquirir en el supermercado A Taste of Home, que cuenta con tiendas en Barcelona, Sitges y Cubelles.