Hace semanas que la temporada de cenas de empresa dio el pistoletazo de salida. La dificultad de encontrar mesa para grupos el último mes del año ha hecho que cada vez sean más quienes deciden cambiar cena por comida u optan por avanzar el encuentro a noviembre o dejarlo para la primera semana de enero. Y, desde hace unos años, gana terreno una nueva tendencia: sustituir la clásica mesa compartida (es clave con quién te toca sentarte) por un plan alternativo que, en muchos casos, se acerca más al team building .
Lo corroboran varias compañías que ofrecen estas experiencias en Barcelona. “Este mes hemos hecho sold out ”, explica Gerard Pintó, fundador de The Playcook junto a Oriol Cabanas. Desde 2018, organizan competiciones de cocina para particulares y empresas al más puro estilo MasterChef en unos locales habilitados para ello (empezaron en Sant Cugat del Vallès y acaban de abrir el segundo en Barcelona), y el éxito ha sido rotundo. “Dividimos a los empleados en equipos y, guiados por nuestros cocineros, preparan una receta con los ingredientes que les entregamos. Pueden cocinar desde un secreto ibérico a una crema catalana que al acabar la actividad, les servimos en una mesa acompañados con bebidas”.
El mediodía cada vez es más compatible con estos encuentros que ya no se limitan a una comida
Sus concursos cada vez se solicitan más en estas fechas, algo que creen que se debe a que las empresas buscan actividades estimulantes que van más allá de la diversión, donde los equipos trabajen la delegación de tareas o la asertividad a la hora de comunicarse con los compañeros. “Al final, la competición no la gana quien cocina mejor, sino el grupo que demuestra estas aptitudes”.
Son habilidades que también precisan los escape rooms, otro fenómeno en alza y que en Enigmatiumroom armonizan con cenas. Las tres experiencias que ofrecen, que combinan juegos, espectáculo, comida y bebida, están disponibles todos los meses del año, pero en diciembre tienen una gran demanda. “Se nota que las empresas ya no quieren ofrecer la tradicional comida navideña a sus empleados”, dice José Luis González, responsable en Barcelona y Valencia de este grupo que cuenta con tres restaurantes temáticos en la capital catalana. En estos espacios los comensales pueden encontrarse en un refugio de la Guerra Civil o un templo del placer, según la opción que se elija. Su propuesta más popular es Enigmatium, en que el primer enigma de la noche consiste en descubrir dónde se sitúa el restaurante.
Las cenas de empresa se complementan con otras actividades, como catas de vino o salidas en barco
Otro plan que gana adeptos es el de las catas de vino, “que también ayudan a generar vínculos entre los compañeros de trabajo”, apuntan Isabel Sala y Enric Català, de Taca de Vi, que, entre otros servicios, disponen de sumilleres a domicilio. Además de organizar catas con catering en las instalaciones de la misma compañía que los contrata o en restaurantes para complementar la clásica comida de empresa, proponen otras actividades que en estas fechas se solicitan mucho. Desde una competición por equipos en que los participantes deben adivinar la región o la variedad de la uva de distintos vinos a la visita a una bodega junto a un sumiller que también puede incluir una comida. “Con esto, las empresas buscan obsequiar al trabajador de un modo diferente”, señalan.
Y para quienes buscan emociones parecidas a las de un viaje, también se celebran cenas de empresa en catamaranes. Sondevela es una de las compañías que las ofrece: se puede elegir entre un catering o un chef privado, que prepara los platos al momento como si de un restaurante flotante se tratara. “Organizamos cenas con el barco amarrado en el puerto o navegando, siempre que el mar esté en buenas condiciones”, explica Adrià Pessarodona, fundador del proyecto, quien revela que acaban de estrenar este servicio, pero que ya hace tiempo que ofrecen actividades corporativas en su catamarán que van de la pintura y el vino a la pesca o la meditación.