Victoria Beckham dijo una vez hacia el 2006 que “España huele a ajo” y aún se lo recuerdan. Su comentario ofendió a muchos, pero no se puede negar la importancia de este producto en nuestra gastronomía. El ajo está presente en platos de todas las comunidades autónomas, desde el ajoarriero típico de Navarra, la Rioja o Cuenca, a la sopa de ajo, cuyo origen se suele situar en Castilla y León. No obstante, hace tiempo que los productores españoles de esta planta bulbosa aseguran que está en crisis.
El último aviso lo ha lanzado la Mesa Nacional del Ajo en una asamblea celebrada en las Pedroñeras (Cuenca), una de las zonas del país donde más se cultiva este producto. En esta reunión se ha estimado que este año habrá un descenso de la superficie sembrada de en torno al 16% respecto a la campaña anterior. Andalucía es la más perjudicada, ya que las plantaciones dedicadas a este alimento han descendido notablemente a causa de la sequía de los últimos años.
Plantación de ajo
Andalucía es la región que ha registrado el mayor descenso de superficie sembrada
Miguel del Pino señalaba a EFE hace unas semanas que las 20.926 hectáreas que se prevén de siembra en esta campaña suponen una disminución de 9.000 hectáreas en cuatro años, desde las 29.826 que efectivamente se sembraron en 2021, que fue la más elevada de los últimos años.
La falta de rentabilidad para el agricultor, las dificultades que tiene para encontrar mano de obra y las limitaciones de acceso al agua son algunas de las causas que explican esta reducción de las superficie sembrada y que se han expuesto en el encuentro.
Por otro lado, se están detectando problemas por hongos, como el penicillium, “que se piensa que pueden estar acentuados por las elevadas temperaturas registradas en enero, que eran inusuales para la época del año”, añadía del Pino.
En la reunión se ha analizado igualmente el uso de fitosanitarios, ya que la escasez de materias activas para el control de hierbas de hoja ancha y enfermedades está incrementando los costes de forma exponencial debido a un descenso de la producción. Al mismo tiempo, esto está dificultando el correcto desarrollo del cultivo.
Otro hecho que se ha destacado en la Mesa Nacional del Ajo es que, pese a que su precio ha aumentado, esto no beneficia demasiado a los productores, que deben afrontar unos altos costes de producción.
La difícil situación por la que atraviesa el ajo se ha trasladado al delegado provincial de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural en Cuenca, Rodrigo Fernández, al que se le ha pedido ayuda para mejorar las condiciones que están restando competitividad al cultivo