Una nueva partida de 2.000 kilos de fresas de Marruecos, que llegó al Puerto de Bilbao con destino a otro país europeo, ya ha sido destruida por estar contaminada con hepatitis A. Es el segundo caso de fresas procedentes de este país que presentan el virus, probablemente por haber sido regadas con aguas fecales infectadas. Gracias a la Red de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF), esta tanda no ha llegado a los consumidores.
Como explica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), "la hepatitis A es una infección de transmisión fundamentalmente fecal-oral", aunque otras vías de transmisión menos habituales son por vía parenteral, mediante el uso de jeringuillas compartidas, por contacto sexual y por transmisión vertical (de madres a hijos).
Síntomas
La hepatitis A puede provocar fiebre, dolor de cabeza, malestar gastrointestinal y diarrea, entre otros
Este virus suele detectarse en zonas con condiciones sanitarias deficientes. Para una correcta prevención de la hepatitis A, es fundamental el "correcto saneamiento del agua, y el lavado de alimentos vegetales frescos y de manos y, en determinados grupos, a través de la vacunación", confirma la organización.
La enfermedad se suele curar sola y no deja secuelas. Además, a veces puede pasar desapercibida, aunque algunos de sus síntomas más comunes son fiebre, dolor de cabeza, malestar gastrointestinal y diarrea, falta de apetito, cansancio, orina oscura, heces blanquecinas e ictericia.
La OCU defiende que las fresas "están en su mejor momento", de manera que en vez de dejar de consumirlas, hay que aprender a lavarlas correctamente para evitar posibles contaminaciones, ya que suelen comerse crudas.
El primer consejo de la organización es "lavar las frutas y verduras cuando se vayan a comer y eliminar todas las zonas dañadas". Es decir, no recomienda limpiarlas cuando todavía no se van a consumir, por ejemplo, en el momento de comprarlas, sino justo antes de ingerirlas.
Advertencia de seguridad
La lejía debe estar etiquetada como apta para la desinfección de agua de bebida y usarse en muy poca cantidad
Otra sugerencia de la OCU es sumergir la fruta y verdura durante cinco minutos en agua potable con una cucharita de postre de lejía (4,5 ml) por cada 3 litros de agua, sobre todo si se va a consumir cruda. Es fundamental que la lejía esté etiquetada como apta para la desinfección de agua de bebida. Pasados los cinco minutos, hay que aclarar la fruta y verdura con abundante agua corriente.
La última recomendación de la OCU es "frotar la piel para eliminar una mayor cantidad de residuos y otros posibles contaminantes, siempre y cuando la superficie de la fruta o vegetal lo permita, como por ejemplo en el caso de manzanas, peras o calabacines". De nuevo, este consejo es útil si se va a consumir el alimento crudo y sin pelar.
Actualmente, son cuatro las notificaciones de la RASFF por hepatitis: una de moluscos bivalvos procedentes de España, otra de bayas de Polonia y las dos que se han producido en relación con las fresas de Marruecos. Aunque no hay que alarmarse, es recomendable mantenerse al día de estas alertas como medida de precaución.