La salud ha sido uno de los temas centrales de la primera jornada de Alimentaria & Hostelco 2024, el gran salón de carácter bienal dedicado a la industria de la alimentación que ha arrancado hoy en Barcelona con una gran afluencia de visitantes de todo el mundo. Chuletas ricas en omega-3 o batidos con colágeno son algunas de novedades que se han presentado este lunes en el abarrotado recinto Fira de Barcelona Gran Vía y que confirman el auge de la comida enriquecida y de otros productos que buscan favorecer el organismo.
Las proteínas son seguramente el nutriente con más presencia en la feria, ya que destacan en numerosos alimentos y bebidas, como un pan que presenta un 170% más de proteínas o una cerveza enriquecida. También han sido el hilo conductor de algunas ponencias, como la que ha protagonizado Emma Schofield, directora asociada de Mintel, quien ha señalado que el auge de las dietas plant-based generará un nuevo interés por la proteína de calidad y procedente de fuentes naturales.
En esta primera jornada, además, se ha conversado sobre cómo conseguir que los menús de los colegios y las residencias de mayores sean saludables o qué hábitos alimenticios pueden favorecer la longevidad. Sobre esta última cuestión ha tratado la charla de Marius Robles, CEO de Youngr - Exponential Life, qué arrancaba con la siguiente pregunta: "¿Comer un chuletón te quita 30 minutos de vida?".
En 2040, la industria de la longevidad será una de las más importantes
Los espectadores han tenido que esperar al final del encuentro para conocer la respuesta. Antes, Robles ha explicado que el interés por retrasar el envejecimiento es cada vez mayor, incluso entre personas de 40 años o menos, y que en 2040 la industria de la longevidad será una de las más importantes. Asimismo, se ha referido a que, si bien el tiempo que vivimos también depende en un 15-20% de la genética, la prevención es clave.
En este sentido, el experto ha recomendado dormir ocho horas, reducir el estrés o socializar, además de seguir una dieta equilibrada. Esto significa, priorizar los alimentos integrales, asegurar una buena hidratación, incorporar proteínas de origen vegetal, limitar el azúcar, elegir grasas saludables, planificar las comidas y cuidar el tamaño de las porciones. También asegurar la presencia de ciertos alimentos en la dieta, como los cereales, los frutos secos, los huevos, el aceite de oliva, los huevos o las legumbres. "La dieta mediterránea funciona", ha añadido.
Robles, no obstante, ha insistido en la importancia de que los alimentos generen felicidad y placer, emociones que influyen positivamente en la salud. Por ello, ha resuelto que comer chuletón -con moderación y teniendo en cuenta el resto de consejos mencionados- "también puede alargar la vida".
La dieta en los colegios y residencias
Distintos agentes que colaboran en la creación de menús escolares también han debatido en Alimentaria sobre cómo lograr que estas comidas sean saludables al tiempo que sostenibles. Y, en un mes en que las protestas de los trabajadores y trabajadoras del campo han tenido un gran protagonismo, se ha hecho mucho énfasis en utilizar productos de proximidad.
Han coincidido en este encuentro la consultora en hostelería sostenible, Isabel Coderch; la dietista-nutricionista de la Agència de Salut Pública de Catalunya, Gemma Salvador; la cocinera especializada en colectividades sostenibles, Nani Moré; y la directora de Fidelización y RSC de Serunion, Tatiana Pérez. Todas ellas han señalado que el comedor debe ser un espacio educativo no reglado, en el que se explique a los niños y niñas los efectos que puede tener su alimentación sobre el medioambiente. Pero esta enseñanza también debe venir de las familias y el profesorado, se ha insistido, un trabajo en equipo que no siempre es fácil que se produzca.
Y es que aunque a los pequeños se les insista que deben comer saludable, si jamás comen frutas y verduras en casa, será difícil que lo hagan en el comedor, han puesto como ejemplo las ponentes. En este debate también se ha señalado que no hay que obligar a los niños y niñas a comer, y que la inversión en las cocinas de los comedores es clave para que quienes trabajan en ellas puedan ofrecer platos sanos y apetecibles. Por último, se ha alertado sobre la creciente oferta de productos malsanos en las cantinas de los centros de secundaria, que dificultan que los adolescentes sigan una dieta saludable el resto del día.
Y los menús de las residencias, con los que la opinión pública suele ser muy crítica, han sido también tema de debate. En una conversación que han protagonizado Anna Pons, del Departament de Drets Socials de la Generalitat de Catalunya; Mercè Saltor, gestora comercial de Central Borne; Marta Galindo, enfermera del grupo Landus, y Antoni Vidal, director de operaciones de ACRA, se ha asegurado que "la comida puede decir mucho sobre la calidad de estos centros".
Aquí, la solución que se ha dado para que los mayores coman mejor y no se dejen comida en el plato es la personalización. "Hay que hablar con las personas, ver qué les gusta, escucharlas", ha asegurado Pons. Y deben ser todos los trabajadores del centro los que trabajen para conocer los gustos de los usuarios y para que estos lleguen a la cocina. Aunque también se ha insistido en que es difícil apostar por la calidad y por un trato tan cuidado en un sector infrafinanciado.