Este nuevo complemento alimenticio se elabora a partir de la pulpa y piel liofilizadas de una baya endémica de África Occidental (popularmente conocida como miracle berry) que posee la propiedad de enmascarar los sabores ácidos y transformarlos en dulces si se consume previamente a la ingesta de alimentos y bebidas.
La startup Baïa Food, especializada en nutrición funcional, se ha convertido en la primera empresa española en recibir la autorización de la Comisión Europea bajo el reglamento 2015/2283 para comercializar este nuevo alimento en el mercado de la Unión Europea.
El efecto de esta baya tiene una duración aproximada de una hora
La Synsepalum dulcificum, como científicamente se conoce a esta baya, estuvo ocho años bajo investigación y desarrollo (I+D) y con el reciente dictamen favorable de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (Efsa), se avaló su seguridad para el consumo humano en formato de comprimido masticable. La compañía obtiene ahora el derecho de su comercialización en exclusiva durante un periodo de cinco años.
El "poder" de esta fruta endémica -que se cultiva principalmente en Ghana, Costa de Marfil y Benín- se debe a la glicoproteína extraída de su pulpa llamada miraculina, responsable de conseguir la transformación de la percepción gustativa. Su efecto tiene una duración aproximada de una hora, pero abre un nuevo horizonte de posibilidades clínicas para tratar a pacientes con trastornos del gusto o restricciones alimentarias.
Personas con hipersensibilidad a la acidez o falta de saliva, pacientes diabéticos o con obesidad a las que les está vetado el azúcar o mayores de 65 años que sufren alteraciones o pérdidas de gusto, lo que en términos médicos se conoce como disgeusia. Para todas ellas, este complemento sensorial puede representar una nueva motivación en su dieta, dado que la miraculina permite captar el dulzor de los alimentos sin azúcar ni edulcorantes añadidos.
También muchos pacientes oncológicos con tratamientos de radio o quimioterapia padecen este tipo de trastorno gustativo, que les hace percibir los alimentos con sabores metálicos y en muchos casos desagradables. Y, actualmente, por los efectos secundarios de la Covid-19, se cuentan por miles las personas que han experimentado diversas alteraciones en el sentido del gusto.
Según explican los fundadores de la startup, Loand Bensadon y Guillermo Milans del Bosch, el dulzor producido por esta baya se consigue en dos pasos. Primero, se consume el deshidratado de la baya (en forma de comprimido masticable), y luego se ingiere el alimento cuyo sabor ácido se quiera transformar a dulce, como una kombucha, un yogur o una limonada.
La compañía espera que puedan llegar a las farmacias españolas durante el primer trimestre de 2022. Para ello, Baïa se encuentra en conversaciones con inversores y posibles partners del ámbito de la nutrición clínica, consumer healthcare y alimentación. En esta primera fase, sus mercados objetivos son los de España, Portugal, Francia, Italia y Alemania.
Asimismo, la startup española continuará trabajando en el desarrollo de diversos formatos para el consumo oral de este complemento alimenticio que se adecúe a cada tipo de consumidor.