La hostelería atraviesa una época complicada marcada por la inflación, la falta de personal cualificado y los crecientes costos operativos. A estos, se suma un fenómeno problemático: las reseñas.
En una nueva denuncia publicada por @soycamarero en Twitter, un cliente dejó una reseña negativa tras consumir un plato fuera de carta, valorando el local con una estrella. El comentario denunciaba el precio de las bebidas y unas bravas, describiéndolas como “patatas congeladas del Mercadona con salsa sospechosamente salada”. Además, concluía que la estrategia del restaurante era fomentar el consumo de más bebidas a través de la sal.
La respuesta del propietario no se hizo esperar. En un mensaje contundente, este defendió que las bravas no estaban en la carta y que, aun así, accedieron a prepararlas como un gesto de cortesía. Además, añadió que el cliente y sus acompañantes habían terminado el plato, dejando las raciones “relamidas”, algo que, a su juicio, contradecía la crítica.
El incidente pone de manifiesto la tensión entre consumidores y negocios en un contexto donde las plataformas digitales amplifican las opiniones. Para muchos propietarios, el impacto de una mala reseña puede ser pesado, sobre todo si no refleja con precisión la realidad del servicio o los productos ofrecidos.
Reacciones
Yo soy el del bar y directamente no hago nada fuera de carta"
Las reacciones no tardaron en llegar. “Opino que los comercios y locales de restauración deben poder puntuar a los clientes al igual que ellos pueden”, “¿y qué más quiere? Una ración, según en qué sitios y no estando en la carta, te puede costar 10 € de entrada”, “yo soy el del bar y directamente no hago nada fuera de carta”, entre otros comentarios.