Las inmunoterapias aceleran los avances contra el cáncer

Desafíos del 2023

Los ensayos clínicos que se completarán en 2023 hacen prever avances en el tratamiento del cáncer, el alzheimer, la esclerosis múltiple y la obesidad

Para combatir las células del cáncer es necesario invertir en investigación

Imagen virtual de células inmunitarias atacando una célula tumoral 

La Vanguardia / La Vanguardia

La ciencia, ya se sabe, es una carrera de fondo. Premia la persistencia y penaliza a los velocistas. Y aunque los descubrimientos revolucionarios son impredecibles, se puede anticipar qué proyectos alcanzarán nuevas metas en los próximos meses. En el campo de la investigación biomédica, estas son las áreas en que se esperan novedades importantes este año.

Cáncer

La eclosión de las inmunoterapias

En junio se cumplirán diez años de la presentación de los primeros resultados de fármacos de inmunoterapia que revolucionaron el tratamiento del cáncer. En los primeros ensayos clínicos solo participaron pacientes con melanoma metastásico y solo una minoría respondió al tratamiento. Los inicios, como es habitual con nuevos tratamientos disruptivos, fueron lentos y difíciles.

Una década más tarde el campo de las inmunoterapias del cáncer está en plena eclosión, informa Josep Tabernero, director del Instituto de Oncología de Vall d’Hebron (VHIO) en Barcelona. Miles de médicos y científicos en todo el mundo están investigando cómo se puede enseñar al sistema inmune de los pacientes a eliminar las células cancerosas.

En 2023 se esperan resultados de ensayos clínicos que aumentarán el número de pacientes que se benefician de las inmunoterapias. Se ampliarán previsiblemente los tipos de cáncer que se pueden tratar con ellas y se aprenderá a utilizarlas de manera más efectiva -por ejemplo, en fases más iniciales del cáncer o administrándolas antes que otros tratamientos, que son cuestiones que están ahora en estudio-.

Los avances esperados este año no se limitarán a fármacos de inmunoterapia (los llamados inhibidores de puntos de control), sino que se ampliarán a vacunas (se esperan resultados de la vacunas de ARN mensajero de Moderna, entre otras) y a terapias celulares (como las células CAR T y los linfocitos TIL que se infiltran en los tumores). Con todo ello se espera mejorar el tratamiento de cánceres que en este momento todavía tienen mal pronóstico.

Alzheimer

Anticuerpos contra la proteína beta-amiloide

En 2022 se ha demostrado por primera vez que un fármaco, el lecanemab, puede frenar la progresión del alzheimer. Se trata de un anticuerpo que actúa contra la proteína beta-amiloide, que se acumula en el cerebro de personas con la enfermedad. Su eficacia refuerza la hipótesis amiloide, que propone que esta proteína es la causa (o una de las causas) del alzheimer y que los fármacos contra ella pueden ser un tratamiento eficaz.

Pero el éxito del lecanemab se ha visto empañado por los pobres resultados de otros anticuerpos diseñados contra la proteína beta-amiloide. Además, el lecanemab ni cura ni revierte el alzheimer, aunque frena la velocidad a la que progresa la enfermedad, lo que puede ayudar a los pacientes a mantener su autonomía durante más años.

En 2023 se presentarán más datos de ensayos clínicos que deben aclarar qué puede esperarse de los inhibidores de beta-amiloide. “Estamos viviendo un cambio de era en el campo del alzheimer, será un año lleno de noticias”, declara Alberto Lleó, jefe del servicio de neurología del hospital de Sant Pau en Barcelona y uno de los investigadores que han participado en el desarrollo clínico de los nuevos fármacos. El 6 de enero ya se ha aprobado el lecanemab en Estados Unidos. En julio se conocerán resultados del donanemab contra la beta-amiloide. Y en otoño se espera que lleguen los del aducanumab.

Esclerosis múltiple

Nuevos fármacos y mejor diagnóstico

También en el campo de la esclerosis múltiple hay grandes expectativas. En la segunda mitad del año se conocerán los resultados de los dos primeros ensayos clínicos de fase 3 de un nuevo tipo de fármaco para tratar la enfermedad neurológica: los inhibidores de la enzima BTK. Tienen la ventaja de que se pueden tomar por vía oral (a diferencia de los fármacos actuales que se inyectan) y sobre todo de que pueden llegar al cerebro (mientras que los tratamientos actuales no pueden cruzar la barrera hematoencefálica y no actúan en el cerebro). 

Si se cumplen las expectativas, “dispondremos por primera vez de un tratamiento capaz de frenar la progresión de la esclerosis múltiple”, declara Xavier Montalban, neurólogo del hospital Vall d’Hebron y director del Centre d’Esclerosi Múltiple de Catalunya (Cemcat).

De manera paralela, un grupo internacional de expertos -entre ellos Montalban- está revisando los criterios de diagnóstico de la esclerosis múltiple. Presentarán su propuesta en 2023. En lugar de basar el diagnóstico únicamente en los síntomas que refieren los pacientes, propondrán que se tengan en cuenta indicadores biológicos objetivables, como podrían ser las lesiones que se detecten por resonancia magnética en el cerebro. Con ello se espera mejorar el diagnóstico precoz de pacientes que ya han iniciado el proceso neurodegenerativo de la esclerosis múltiple pero que aún no presentan síntomas claros.

Obesidad

Una nueva generación de medicamentos

Después de décadas de esperanzas frustradas, el tratamiento de la obesidad está a punto de entrar en una nueva era con la llegada de los dos primeros fármacos capaces de conseguir pérdidas de peso equivalentes a los de la cirugía bariátrica. En 2022 se ha autorizado la semaglutida para tratar la obesidad tanto en Europa como en EE.UU. En el segundo trimestre de 2023 deben completarse los ensayos clínicos de fase 3 de la tirzepatida, cuyos resultados preliminares han mostrado una alta eficacia con pocos efectos secundarios, y se espera que se autorice para la obesidad en EE.UU. en el tercer trimestre.

Ambos fármacos, que se administran con inyecciones una vez por semana, están autorizados ya para la diabetes tipo 2. Dado que el número de personas con obesidad es muy superior al de personas con diabetes, las compañías que producen los fármacos (Novo Nordisk y Eli Lily) pueden tener dificultades para responder a la demanda hasta que aumenten su capacidad de producción. Preocupa especialmente que la demanda por parte de personas con obesidad cause problemas de desabastecimiento para personas con diabetes.

La semaglutida y la tirzepatida son las pioneras de una nueva generación de fármacos que transformarán el tratamiento de la obesidad en los próximos años. “Están empezando ensayos clínicos con moléculas de varias compañías farmacéuticas”, informa Andreea Ciudin, coordinadora de la unidad de obesidad del hospital Vall d’Hebron en Barcelona. “Nunca antes había habido tantos estudios con tantas moléculas para tratar la obesidad”.

Psiquiatría

Evaluar la eficacia y seguridad de las terapias psicoactivas

Desde el 1 de enero el estado de Oregón en EE.UU. autoriza el uso terapéutico de la psilocibina, un alucinógeno derivado de hongos. Unos cientos de kilómetros más al norte, en la provincia canadiense de Alberta, se ha autorizado el uso terapéutico del LSD, la mescalina, la ketamina, la dimetiltriptamina (DMT) y el éxtasis (MDMA), además de la psilocibina, también desde este mes de enero.

Estas sustancias tienen en común el hecho de tener propiedades psicoactivas: afectan al funcionamiento del cerebro y alteran funciones como la percepción, el estado de ánimo, la cognición o la conducta. Son utilizadas de manera creciente tanto en Norteamérica como en Europa para el tratamiento de enfermedades psiquiátricas que no responden a otras terapias, una tendencia que continuará este año.

Las enfermedades en que algunas de las sustancias psicoactivas pueden ser útiles incluyen depresión, ansiedad, adicciones, trastornos de conducta alimentaria y estrés postraumático. Pero su uso médico, basado en la experiencia de pacientes a los que han beneficiado, no está sustentada en estudios que hayan evaluado su eficacia y seguridad con el mismo rigor con que se evalúan nuevos fármacos. Aunque algunos pacientes han mejorado, falta aclarar qué porcentaje de pacientes responde a las sustancias psicoactivas, cuánto duran los efectos, cuál es el mejor tratamiento para cada enfermedad y para cada persona, en qué dosis, y por qué algunas personas empeoran en lugar de mejorar, a veces hasta el punto de suicidarse.

Esta situación está empezando a cambiar. En 2023 debe terminar un ensayo clínico de fase 3 en que se está evaluando la eficacia del éxtasis para pacientes con estrés postraumático. Si los resultados son positivos, pueden abrir la vía a que las agencias de medicamentos aprueben el éxtasis para el tratamiento de este trastorno. Por otro lado, a medida que los psiquiatras tratan a más pacientes con sustancias psicoactivas, aprenden a utilizarlas mejor. Y los datos cada vez más numerosos de pacientes tratados con sustancias psicoactivas facilitará que se puedan estudiar mejor su eficacia y seguridad.

Infecciones

La duda no es si surgirán nuevos patógenos, sino cuáles serán

El virus de la viruela del mono ha salido de su hábitat natural en África en 2022 y se ha extendido por todo el mundo. El virus de la polio ha reaparecido en Londres y en Nueva York. En Uganda ha reaparecido la variante de Sudán del virus del ébola, donde ha causado su mayor brote de los últimos veinte años. Haití está sufriendo una nueva epidemia de cólera -infección causada por una bacteria- después de tres años sin casos. Y a Catalunya ha llegado el virus del Nilo Occidental, transmitido por mosquitos del género Aedes .

Los motivos por los que aparecen nuevos patógenos y reaparecen otros viejos se han agravado en los últimos años y se mantienen en 2023. La relación de abuso de los humanos con la naturaleza ofrece a los virus oportunidades constantes de infectar a personas, como ocurrió con el de la covid en 2019 y el de la viruela del mono en 2022. El cambio climático les facilita la expansión a nuevos territorios, por ejemplo con los mosquitos que transmiten el zika o la fiebre del Nilo Occidental.

Estas tendencias se mantendrán en 2023. La incógnita no es si habrá nuevos patógenos emergentes, sino cuáles serán y dónde aparecerán. Merece especial vigilancia el virus H5N1 de la gripe aviar, originario del sureste asiático, que en el último año ha causado una epidemia sin precedentes en aves de Europa y América, tanto de granja como silvestres. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se han notificado 240 casos de gripe por H5N1 en personas desde 2003, de las que 135 han muerto, lo que indica que el virus tiene una baja capacidad de contagio pero puede tener una alta virulencia en seres humanos. 

La extensión de la actual epidemia aviar ofrece al virus H5N1 oportunidades de evolucionar y de infectar a personas. Si adquiriera mutaciones que aumentaran su capacidad de contagio en personas y no redujeran su virulencia, podría causar en un futuro una pandemia de graves consecuencias. El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades valoró el 20 diciembre que el riesgo para la población general en este momento es bajo.

Vacunas

En busca de antídotos universales contra gripe y covid

La covid ha reavivado el interés por la investigación sobre vacunas, que han demostrado ser un salvavidas frente a nuevos virus. Pero las vacunas actuales de la covid, que son muy eficaces para prevenir complicaciones graves de la infección, son mucho menos eficaces para prevenir contagios. Además, no están adaptadas a cada nueva variante del SARS-CoV-2 que emerge ni serán adecuadas para proteger frente a otros coronavirus que puedan surgir en el futuro. 

La estrategia para mejorarlas se centra en crear vacunas pancoronavirus, capaces de inmunizar frente a variantes que todavía no han surgido e incluso frente a futuros virus. Al mismo tiempo, se están investigando vacunas orales y nasales con el objetivo de conseguir una inmunidad más efectiva en las vías respiratorias altas y reducir así el riesgo de contagio.

También con la gripe se está buscando una vacuna universal que pueda inmunizar contra cualquier cepa de virus gripal. Si se consigue, se podría eliminar la necesidad de vacunar cada año a las personas vulnerables y, lo más importante, reducir el impacto de la próxima pandemia de gripe.

Una tercera infección respiratoria donde se esperan novedades este año es la del virus sincitial respiratorio (VSR), que puede ser grave en niños pequeños y en personas mayores. Después de los resultados positivos de ensayos clínicos de fase 3 anunciados en 2022 por Pfizer y por GSK, ambas compañías esperan que sus vacunas contra el VSR sean aprobadas este año.

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