Un fármaco contra la obesidad ha conseguido una reducción de peso superior al 20% en la mayoría de los pacientes, y superior al 25% en más de un tercio, resultados que lo convierten en la primera alternativa farmacológica a la cirugía bariátrica. Sin embargo, el fármaco difícilmente será cubierto por la sanidad pública para perder peso en España dado que la obesidad no está reconocida como enfermedad crónica, según ha denunciado la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO).
“Para decir que la cirugía es un éxito, consideramos que los pacientes deben perder por lo menos un 20% de su peso. Es la primera vez que podemos conseguir este resultado con un fármaco. Es algo que estábamos esperando desde hace tiempo”, valora Andreea Ciudin, coordinadora de la unidad de obesidad del hospital Vall d’Hebron en Barcelona y miembro de la junta directiva de la SEEDO.
En España la sanidad pública no cubre los fármacos contra la obesidad, que no está reconocida como enfermedad
La eficacia y la seguridad de la tirzepatida para el tratamiento se han evaluado en un estudio internacional en el que han participado 2.539 voluntarios. Se trata de un ensayo clínico de fase 3, el último paso que exigen las agencias de medicamentos antes de autorizar un fármaco. La tirzepatida ya está aprobada en Estados Unidos para el tratamiento de la diabetes tipo 2, pero todavía no de la obesidad.
Los voluntarios, de los que el 67% eran mujeres, tenían una media de edad de 45 años y un peso medio de 104 kilos. Incluían desde personas con sobrepeso moderado (con un índice de masa corporal inferior a 30) hasta personas con obesidad mórbida (con un IMC superior a 40).
Los resultados, presentados en la revista The New England Journal of Medicine, indican que una inyección semanal de 15 miligramos de tirzepatida durante 72 semanas consigue una pérdida de peso media del 21%, lo que equivale a bajar el peso medio de los participantes de 104 a 82 kilos. El 91% de los participantes perdieron más de un 5% de su peso; un 83% perdieron más de un 10%; y un 57%, más de un 20%.
El tratamiento se debería ofrecer a todas las personas obesas, según la endocrinóloga Andreea Ciudin, de Vall d'Hebron
Los efectos secundarios fueron mayoritariamente leves y transitorios. Los más comunes fueron náuseas (que afectaron al 31% de participantes en las primeras semanas de tratamiento) y diarrea (al 23%).
“La tirzepatida puede ser una herramienta importante para el tratamiento médico de la obesidad”, concluyen los autores del ensayo clínico, coordinado desde la Universidad de Yale (EE.UU.).
Los mejores resultados de la tirzepatida respecto a fármacos anteriores se explica porque es el primero que tiene una doble acción contra la obesidad. Por un lado, activa el péptido GLP-1, que reduce la sensación de apetito y que es la diana de otros fármacos ya existentes como la semaglutida. Además, activa el péptido GIP que, según se cree, regula la acumulación de grasa en el cuerpo.
Un 57% de personas obesas han perdido más de un 20% de peso con el tratamiento
“No tiene por qué ser un tratamiento crónico”, explica Andreea Ciudin, de Vall d’Hebron, que participa en otro ensayo clínico de este fármaco. “Se puede administrar el tratamiento durante un año hasta estabilizar la pérdida de peso, y después retirarlo con el objetivo de mantener el peso que se ha conseguido”.
Cuando el fármaco esté aprobado para perder peso en Europa, la endocrinóloga es partidaria de ofrecerlo a todas las personas obesas, que en España son el 18% de la población adulta, “porque es mejor actuar antes de que aparezcan las complicaciones de la obesidad”. Pero para ello “sería conveniente que la sanidad pública cubriera los tratamientos farmacológicos de la obesidad. Es absurdo que cubra la cirugía bariátrica y no los tratamientos que pueden evitar tener que recurrir a la cirugía”.