Parece ser que uno de los primeros exoplanetas descubiertos directamente a partir de imágenes nunca existió. Esta es la conclusión a la que han llegado dos astrónomos de la Universidad de Arizona (EE.UU.) y que publican en la revista PNAS. Según afirman, las observaciones realizadas por el telescopio espacial Hubble de la NASA en realidad son una nube de partículas de polvo muy finas de dos cuerpos helados que se estrellaron entre sí. Hubble llegó demasiado tarde para presenciar la colisión, pero capturó sus secuelas.
“Estas colisiones son extremadamente raras”, dijo en un comunicado Andras Gaspar, astrónomo asistente del Observatorio Steward de la Universidad de Arizona y autor principal del artículo. “Creemos que estábamos en el lugar correcto en el momento adecuado para haber presenciado un evento tan poco probable con el telescopio espacial Hubble de la NASA”.
El presunto exoplaneta, llamado Fomalhaut b, se anunció por primera vez en 2008 en base a datos tomados en 2004 y 2006 por Hubble. Fue claramente visible durante varios años de observaciones del telescopio, donde aparecía como un punto en movimiento alrededor de la estrella que le da nombre a 25 años luz . Hasta entonces, la evidencia de los exoplanetas se había inferido principalmente a través de métodos indirectos, como sutiles oscilaciones estelares de ida y vuelta o tránsitos de los planetas que pasaban frente a sus estrellas.
Sin embargo, a diferencia de otros de estos cuerpos detectados directamente a partir de imágenes, una serie de incógnitas surgieron con Fomalhaut b. “Nuestro estudio, que analizó todos los datos de archivo disponibles de Hubble sobre Fomalhaut, reveló varias características que juntas crean la imagen de que el objeto del tamaño de un planeta podría no haber existido nunca”, explicaba Gaspar.
El objeto brillaba con luz visible, algo inusual para un exoplaneta, demasiado pequeño para reflejar suficiente luz de su estrella anfitriona para ser visto desde la Tierra. Los astrónomos conjeturaron que el brillo adicional provenía de un enorme caparazón o anillo de polvo que rodeaba el planeta y pudo haber estado relacionado con una colisión.
También resultaba raro que no presentara ninguna firma de calor infrarrojo detectable, ya que un planeta debería estar lo suficientemente cálido como para brillar en el infrarrojo y especialmente uno joven como Fomalhaut b.
La gota que colmó el vaso de las extrañezas se produjo cuando su análisis de las imágenes de Hubble tomadas en 2014 mostró que el objeto había desaparecido, para la incredulidad de los investigadores. “Claramente, Fomalhaut b estaba haciendo cosas que un planeta auténtico no debería hacer”, dijo Gaspar.
Los investigadores creen que la colisión ocurrió no mucho antes de las primeras observaciones tomadas en 2004 y que la nube de polvo que dejó se está expandiendo desde entonces. Se estima que la nube ha llegado a un tamaño de más de 300 millones de kilómetros de ancho, mayor que la órbita descrita por la Tierra alrededor de nuestro Sol. El tamaño de las partículas es tan pequeño, más o menos el grosor obtenido al dividir un cabello humano 50 veces, que están por debajo del límite de detección de Hubble y por eso dejó de ser visible.
“El sistema estelar Fomalhaut es el laboratorio de pruebas definitivo para todas nuestras ideas sobre cómo evolucionan los exoplanetas y los sistemas estelares”, agregó George Rieke, profesor regente de astronomía en el Observatorio Steward y segundo autor del artículo. “Tenemos evidencia de tales colisiones en otros sistemas, pero nada de esta magnitud se ha observado en nuestro sistema solar. Este es un modelo de cómo los planetas se destruyen entre sí.
Gaspar y Rieke, junto con otros miembros del equipo, observarán el sistema Fomalhaut con el próximo telescopio espacial James Webb de la NASA durante su primer año de operaciones científicas. El equipo tomará imágenes directamente de las regiones cálidas internas del sistema y, por primera vez en un sistema estelar que no sea el nuestro, obtendrá información detallada sobre la arquitectura del escurridizo cinturón de asteroides de Fomalhaut. El equipo también buscará planetas en órbita alrededor de Fomalhaut que aún puedan esperar ser descubiertos.