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Alicia Sintes: “Me he cansado de escuchar ‘esto no es para ti, no vas a poder”

La mujer en la ciencia 8M

Profesora titular en el área de Física Teórica de la Universitat de les Illes Balears y jefa del Grupo de Gravitación y Relatividad de la UIB

Alicia Sintes, investigadora de la Universitat de les Illes Balears

Gemma Miralda

“Que me dedique a la física es gracias a la profesora de inglés que tuve cuando tenía 10 u 11 años. Era una mujer impresionante”, explica Alicia Sintes . En su pueblecito, Sant Lluís, en Menorca, sus padres contrataron a una escocesa de casi 80 años. Junto a su marido, había sido piloto de avión e incluso había trabajado en el servicio de inteligencia británico en la Segunda Guerra Mundial.

“Estudiar con ella inglés era nefasto, porque aprendíamos con un libro de Ivanhoe. Así es que pedagogía cero. Pero cuando se acababa la clase, me ponía casetes de sonidos de ballenas, me enseñaba las constelaciones, leíamos reportajes de National Geographic. Sin duda, despertó en mi una enorme curiosidad, básica para la ciencia. Gracias a ella empecé a hacerme preguntas sobre la naturaleza, sobre el mundo, y sigo haciéndomelas. Ella fue, sin duda, un modelo para mí”.

Sintes decidió que quería estudiar física, “porque es la ciencia que intenta explicar todo, el mundo, lo pequeño y lo grande”. “En mi familia nadie tenía estudios superiores y yo tenía muy claro que la única forma de salir de mi entorno, de prosperar, de realizarme, era ir a la universidad y estudiar una carrera”. Lo hizo en Palma de Mallorca, en la Universidad de las Islas Baleares, “entonces casi no había chicas pero tuve la suerte de asistir a las clases de Montserrat Casas, catedrática en física nuclear que acabó siendo la primera mujer rectora de les Illes. Fue un referente para mí”.

Hay que dar visibilidad a las mujeres científicas, muchas de ellas han sido silenciadas por la historia. Es muy lamentable que si le preguntas hoy a adolescentes por referentes de mujer te digan que sus madres, y por referentes de hombre y te nombren deportistas, empresarios e incluso conozcan a algún científico hombre”.

Hay que dar visibilidad a las mujeres científicas, muchas de ellas han sido silenciadas por la historia”

Para Sintes, tener referentes es crucial, para inspirar y para demostrar que las mujeres también pueden tener una carrera investigadora. Ella es la muestra. Lidera el único grupo de investigación en España que participó en el consorcio LIGO, que en 2016 consiguió detectar ondas gravitacionales, predichas por Einstein. Aquello fue un hito de la física y de la ciencia, y marcó un antes y un después en la astronomía. Aunque para lograrlo tuvo que esperar más de 20 años y enfrentarse a mensajes desalentadores: “Esto no es para ti, no vas a poder”. “Me cansé, me acostumbré pero como soy muy testaruda, decidí que, a pesar de todo lo que me decían, yo iba a estudiar las ondas gravitacionales”.

Cuando estaba a medias con su tesis doctoral, que hizo sobre cosmología teóricas, un verano asistió a una escuela de verano de física en Alemania. Allí oyó hablar de las ondas gravitacionales y le fascinó. Al regresar a Mallorca y decirle a su director de tesis que quería dedicarse a estudiarlas, le dijo que no. Pero Sintes no se amedrantó.

“Escribí una carta a la persona que en Europa en aquel momento lideraba el estudio de las ondas gravitacionales para ver si podía ir a trabajar con él. Entonces se estaba creando un nuevo Instituto Max Planck de física, él iba a ser el director y me dijo que si iba con financiación, me aceptaba. Y me hice con una beca Marie Curie, una de las primeras que se dieron. Y me fui al Max Planck, a Alemania”.

Allí, Sintes coincidió con otra postdoc de su misma edad, italiana, quien también fue una figura inspiradora para la física menorquina. “A su pareja lo habían hecho catedrático en los Estados Unidos y ella me dijo que nunca jamás abandonaría su carrera por un hombre. Eso me impresionó y me hizo pensar. Al final, acabaron casándose, viviendo cada uno en un país y teniendo hijos. Y yo, seguí su camino. También con mi marido acabamos viviendo a caballo entre países hasta que al final fue él quien dejó su carrera para venir conmigo a Baleares, donde me habían dado una plaza, cuando tuvimos a nuestra hija. Fui la primera mujer que consiguió una plaza permanente en la universidad”.

“Siempre me he tenido que abrir camino y luchar contra el ‘no’. Pero he tenido compañeras inspiradoras, que eran cabezotas, empecinadas en seguir sus carreras, duras de pelar. Y han acabado liderando grupos en distintos institutos. Para mí ellas han sido mis referentes”.

Ahora Sintes trata de inspirar y de comunicar a las mujeres que trabajan en su grupo o en el de su marido, también físico investigador en la Universitat de les Illes Balears, que ellas también pueden lograrlo. “Al final, cómo te han educado, quién es tu director de tesis, si realmente te apoya y te da un buen tema, los investigadores con quienes empiezas a trabajar, tus compañeros, la sociedad… Hay un sinfín de cosas que condicionan tu futuro, aunque no eres consciente de ello de joven. Por eso yo intento, ahora, ayudar a las chicas que empiezan a ser científicas a serlo. Hoy, la carrera de mujeres sigue siendo más dura que la de los hombres”.