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Por qué cerramos los ojos al besar

Es una cuestión sensorial

Jonathan Knowles / Getty

Tus ojos se cruzan con los de esa persona especial. Poco a poco os vais acercando, mientras permanecéis inmersos en una mirada. Entonces los labios se tocan y, acto seguido, los ojos se cierran .

Rara vez dejamos los ojos abiertos cuando besamos. Pero, ¿por qué?

Se trata de una cuestión sensorial. Al menos eso es lo que apunta un estudio llevado a cabo por psicólogos de la Universidad de Londres.

La investigación ha determinado que los estímulos visuales hacen que nuestro cerebro pierda la capacidad de concentrarse en los demás sentidos.

Aunque para llegar a esta conclusión no hubo ninguna prueba en la que los participantes tuvieran que besarse, una de las psicólogas que lideró el estudio, Polly Dalton, explica que los “resultados podrían explicar por qué cerramos los ojos cuando queremos centrar la atención en otro sentido”.

Los participantes del estudio tuvieron que completar tareas visuales mientras los investigadores medían su sentido del tacto aplicando una vibración en sus manos.

Al estar trabajando con los ojos, las personas responden menos a los otros sentidos

Tim Macpherson / Getty

Los resultados mostraron que al estar trabajando con los ojos, las personas respondieron menos al tacto, el sentido involucrado en los besos.

“Al cerrar los ojos tenemos más capacidad para centrarnos en los otros aspectos de la experiencia que no son el visual”, añade Dalton.

El psicólogo y sexólogo, Ignasi Puig Rodas, coincide con las conclusiones del estudio: “cuando eliminas la visión el cerebro tiene que explorar otros sentidos a los que no estamos tan acostumbrados”.

Así, “la sensación se potencia y resulta más estimulante e intensa”, añade Puig Rodas.


Consejos para besar bien

Ellos prefieren que la pareja lleve la iniciativa en el beso y ellas que las dejen respirar y no las sofoquen

Betsie Van Der Meer / Getty

Cerrar los ojos y dejarse llevar por las distintas sensaciones que generan los besos puede que no sea fácil para todos.

Por esto, el autor William Cane recopiló en su libro El Arte de Besar distintas encuestas realizadas hombres y mujeres para descubrir cómo les gusta ser besados.

Lo que no les gusta a las mujeres es que les metan la lengua hasta la garganta. Prefieren que las dejen respirar y no las sofoquen. Lo mejor es intentar acompasarse a su ritmo.

Ellos, en cambio, prefieren los besos más ‘mojados’ y con más acción en la lengua. También les gusta que sea su pareja quien lleve la iniciativa, que haya un poco de agresividad y más actividad con la lengua.