Qué significa realmente tener un pene pequeño
España supera ligeramente la media europea, pero para ellos ¿es suficiente?
13,58 centímetros. Es el tamaño medio del pene en España. Son datos de un estudio realizado por la Asociación Española de Andrología entre 582 españoles, todos ellos de raza caucásica, entre 22 y 75 años. Aunque parece que para algunos no es suficiente. Porque a los hombres el tamaño también les importa.
Una competición que se desarrolla con miradas furtivas en urinarios o prueba de fuerzas entre amigos y que para algunos resulta un verdadero tormento. ¿Satisface la media nacional las expectativas del hombre ibérico?
En la media de Europa
O ligeramente por encima de nuestros vecinos, ya que una investigación realizada el pasado año y publicada en la revista British Journal of Urology International fijaba en 13,2 la longitud del miembro viril del continente.
“Existen muchos estudios de medias y tamaños , en el mencionado los datos también apuntaban a 9,16 cm de largo y 9,31 de circunferencia en estado de flacidez. Estas cifras son ligeramente superiores a estudios en población asiática y claramente inferiores a estudios en población africana”, dice el dr. Jesús Eugenio Rodríguez, director del Instituto Sexológico Murciano.
Las comparaciones son odiosas
Sin embargo, para algunos estar en los límites de la normalidad resulta un problema.
“La inmensa mayoría de hombres que piensan que su pene es pequeño están dentro de la media entre 10 y 15 centímetros en erección. Los últimos estudios hablan que 12% de hombres consideran su pene pequeño, pero en realidad solo uno de cada 10.000 hombres tiene un micropene”, añade Jesús. Parece que el problema responde, una vez más, a unos cánones desproporcionados que la sociedad promueve como extensivos.
“Normalmente la percepción de que el pene es pequeño se hace por comparación con otros penes. Por ejemplo, la comparación con los actores porno o en los vestuarios del gimnasio (lo que se conoce como el síndrome del vestuario). Muchas veces es un problema de apreciación óptica, nuestro pene lo vemos desde arriba, el de los demás frontalmente o de perfil. Es lo que los psicólogos llaman acortamiento en perspectiva”, indica el Dr. Ferrán García, Secretario General de la Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva.
Existen también otros factores que pueden repercutir en la apreciación de un miembro acortado como un exceso de grasa o vello púbico. “Los actores porno tienen el vello púbico rasurado porque así estéticamente el pene parece de mayor longitud”, indica el doctor.
Distorsionar la realidad
Si resulta que la percepción del tamaño no cumple las expectativas de su portador, pueden desencadenarse procesos psicológicos negativos.
“El tamaño del pene ha sido en la mayoría de culturas y será algo asociado a la masculinidad, la capacidad reproductiva y sexual, un símbolo de poder por el que muchos hombres sufren llegando a padecer en los casos más graves un cuadro denominado Trastorno Dismórfico Corporal”, señala Jesús Eugenio.
Este desorden se manifiesta pérdida de autoestima, ansiedad, depresión, inseguridad y temor al inicio de relaciones de pareja. “Se trata de una alteración mental donde existe una elevada ansiedad y preocupación. Conlleva serias limitaciones al hombre a la hora de relacionarse, evitando actividades como ducharse en un gimnasio o mantener relaciones sexuales. Aproximadamente uno de cada 100 españoles padece esta alteración”, dice Rodríguez.
Otra cosa es el placer
Por más que la cultura popular se empeñe en que a grandes dimensiones, mayor satisfacción, parece que la ciencia se resiste a corroborar esta afirmación, al menos en algunos tipos de relaciones.
“El placer de la mujer está relacionado con el contacto con el clítoris, la zona exterior de la vulva y la entrada de la vagina, por lo que la obsesión por el tamaño del pene no tiene ningún fundamento funcional o de placer, sino solo estético. Lo mismo podemos decir en cuanto a la reproducción. Personalmente no conozco ningún caso en el que el tamaño del pene sea causa de esterilidad”, continúa Ferrán que aboga por convencer a quienes tienen un falo normal de que el problema no está en su pene.
El límite patológico
Más allá de falsas percepciones comparativas, se puede comenzar a hablar de pene pequeño en aquellos que miden menos de siete centímetros en erección. “Se considera micropene al que, siendo normal en cuanto a su función y estructura, presenta una longitud igual o menor a 2.5 veces la desviación estándar. Esta sería la definición científica”, comenta García sobre un fenómeno que solo afecta a uno de cada 10.000 hombres.
El doctor aclara que en estos casos, sí están indicados los tratamientos de alargamiento. “Existen métodos no invasivos sobre los que no hay ninguna evidencia científica en lo que respecta a su eficacia, con excepción de los extensores de pene (como el Jes extender o el Andropenis). Son los únicos que presentan un cierto grado de eficiencia. Deberían utilizarse bajo supervisión médica, aunque cualquiera los puede comprar por internet. Pueden alargar el pene entre 1.5 y 2.5 cm, pero sólo después de más de 1000 horas de tracción”, asegura el experto.