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¿Eres una Persona Altamente Sensible?

Qué significa

La característica más llamativa es la sobrestimulación y no se debe confundir con la introversión

El 20% de la población mundial son Personas Altamente Sensibles (PAS)

BrianAJackson / Getty

¿Te agobian las luces brillantes, los ruidos y olores persistentes o los tejidos ásperos en contacto con tu piel? ¿Te saturas cuando debes hacer muchas cosas en un período corto de tiempo? ¿Necesitas retirarte del mundo, en la cama o en una habitación silenciosa, o incluso a oscuras, tras un día especialmente ocupado? ¿En tus interacciones con los demás, te fijas en pequeños detalles en los que nadie más repara? ¿Cuando eras pequeño, tus padres o profesores te tenían por un niño tímido o introvertido? ¿Son tus sentidos especialmente agudos, capaces de detectar y de encontrar placer en los olores, sabores y sonidos más sutiles? ¿Disfrutas especialmente de las artes, el teatro y la música?

Si has contestado que sí a la mayoría de estas preguntas podrías formar parte del 20% de la población mundial de Personas Altamente Sensibles (PAS), una denominación que hace referencia a un rasgo de la personalidad todavía poco conocido que nombró por primera vez la doctora Elaine N. Aron en los años noventa del siglo pasado.

¿En qué consiste?

Karina Zegers de Beijl, presidenta de Honor de APASE (Asociación de Personas con Alta Sensibilidad de España) define la Alta Sensibilidad como un conjunto de características que aunque a veces se puedan confundir con la introversión no son de ningún modo lo mismo ‒hay que tener en cuenta que existen Personas Altamente Sensibles de tipo extrovertido‒. La característica más llamativa es la sobrestimulación: “Estas personas tienen un sistema sensorial muy, muy sensible, muy despierto, que recibe estímulos sin parar, ya sea auditivos, visuales, olfativos, táctiles… Una PAS recibe muchísima más información que una persona que no comparte este rasgo”.

La respuesta emocional de estas personas también suele ser muy alta, debido precisamente a la agudeza de su sistema neuro-senrorial. “Esto funciona para bien y para mal, explica Zegers. “Si estamos felices estamos muy felices y si estamos tristes, la emoción también es muy fuerte”. La persona con alta sensibilidad, además, procesa la información recibida de forma intensa y profunda, por lo que suele reflexionar mucho y dar muchas vueltas a las cosas para comprenderlas.

Las Personas con Alta Sensibilidad tienen una gran facilidad para captar las sutilezas.

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La tercera característica de la Alta Sensibilidad es su facilidad para captar las sutilezas, tanto los pequeños cambios en el entorno como en el estado emocional de las otras personas. Una especie de sexto sentido o intuición que les hace ir por delante de la realidad en muchas ocasiones. Todo este cóctel hace que sus cerebros se mantengan muy ocupados todo el tiempo hasta llegar a veces a saturarse. Y esta saturación puede traerles problemas en sus relaciones. Según Zegers de Beijl “Una madre PAS, por ejemplo, se cansa el triple porque está absolutamente en todos y cada uno de los detalles. Le resulta necesario desconectar de vez en cuando, y esto puede ser difícil si no hay un conocimiento previo de la situación o no es entendido o acogido por la pareja o por los hijos”.

Consejos para evitar problemas

Lo que para algunos expertos podría ser una ventaja evolutiva de la personalidad, ya que se suele hablar en estos casos de personas con una gran empatía y un especial cuidado en aspectos éticos o del medio ambiente, además de una enorme sensibilidad artística, también conlleva una serie de problemas si no se es consciente de que se posee el rasgo. Por ello, los expertos recomiendan, en primer lugar, conocerse a uno mismo.

“El consejo cinco estrellas es: infórmate acerca del rasgo, entérate de qué es, porque a veces se confunde con algunos trastornos con los que comparte alguna característica. Es muy importante que un PAS sepa que lo es para poder entenderse, respetarse y tomar medidas en su día a día”, explica Karina Zegers de Beijl. A propósito de esto, la Dra. Elaine N. Aron desarrolló un sencillo test para saber si somos o no Personas Altamente Sensibles.

Una mujer reflexiva frente a la ventana.

Martin Dimitrov / Getty

Lo más importante es aprender a poner límites, a decir no, porque hay una tendencia a querer ayudar a todo el mundo”

Dra. Elaine N. Aron

“Una vez que has entendido lo que es y qué conlleva”, continúa, “lo más importante es aprender a poner límites, a decir no, porque hay una tendencia a querer ayudar a todo el mundo. Y no puedes ayudar a los demás de forma equilibrada si no te ayudas a ti mismo. Aprender técnicas de Comunicación No Violenta, por ejemplo, puede ayudar mucho en esto”.

También es crucial, según los expertos, hacer muchas pausas durante el día, tantas más cuanto más ocupada tengamos la jornada. “Una pausa sirve para desconectar, para vaciar un cerebro que va a tope de información. Puede ser algo simple y corto, tan solo respirar unas cuantas veces y cambiar el foco de atención: buscar una planta, una vista bonita o algo estético sobre lo que poder reflexionar para salir de este hilo de pensamientos sin fin. Refrescar la mente. Comer bien, dormir lo suficiente para descargar el cerebro… y tener cuidado con la tecnología, sobre todo en el caso de los niños”.

Es aconsejable que las Personas Altamente Sensibilidad trabajen su estado de serenidad.

Sergey_Peterman / Getty Images/iStockphoto

Ted Zeff, autor de The Highly Sensitive Person’s Survival Guide (Guía de supervivencia para Personas Altamente Sensibles) habla en su libro de la importancia de crear una rutina al despertar para minimizar los efectos de la sobrestimulación. Para ello recomienda levantarse veinte minutos antes y realizar alguna actividad que nos sirva para centrarnos ‒yoga, estiramientos, respiración consciente, meditación‒ y así empezar el día en un estado de serenidad que permita manejar mejor los retos de la jornada. También recomienda realizar una rutina para bajar revoluciones ya cerca de la hora de acostarse, para así mejorar la calidad del sueño, especialmente delicada e importante en estos casos.

PAS en niños

¿Y qué hacemos si sospechamos que nuestro hijo podría ser una Persona Altamente Sensible? “Lo primero será contrastarlo”, explica Karina Zegel de Beijl “Y lo segundo, observarse a uno mismo y al entorno. Al ser un rasgo genético, lo más probable es que el padre, la madre o ambos también lo posean”. En este caso será fundamental reflexionar acerca de la propia juventud e infancia.

“Podemos preguntarnos qué fue bien y qué fue mal, darnos cuenta de lo que hubiéramos necesitado y no recibimos cuando éramos niños. Y desde ahí, ser conscientes de lo que podemos ofrecer ahora a nuestros hijos.

Un niña huele una flor.

denniswong en Flickr

Es fundamental no quitar importancia al lado sensible de estos niños. Nunca decirles que no lloren, que eso no duele, que están exagerando… Tampoco compararlos con los demás. Y sobre todo, dar valor a su personalidad. Ayudarles para que tengan contacto con el arte. Que dibujen, que hagan teatro, que puedan tocar un instrumento musical…. Son niños que nacen profundos y se les puede explicar, porque lo comprenderán muy bien, que nuestro mundo necesita de personas altamente sensibles y también de personas que no lo son, porque cada uno tiene su papel y la humanidad necesita de esa diversidad”.